EDITORIAL
Julio Ricardo Blanchet
Cruz
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¿Masoquismo?…
Entendiendo por masoquismo algo similar al auto-castigo, ya que consiste en
obtener excitación y satisfacción sexual o mental a través del propio dolor
físico o psíquico, generalmente a través del sometimiento. O también cuando hay fruición -placer- con el
solo hecho de recordar un hecho especialmente desagradable o hasta doloroso…
El calificativo cae como anillo al dedo en estos tiempos en que las fuerzas
vaticanas contraatacan para regresar al poder que antaño tuvieron y que los
hizo poseedores de más del 90% de las tierras cultivables que por aquél
entonces había…
Sin olvidar que durante el genocidio que cometieron en América -al que
pomposamente le llamaron conquista- llevaron a cabo el $anto Oficio, durante el
cual perpetraron las más perversas atrocidades que se pueden llegar a imaginar
-como el empalamiento- y todo en nombre de su inventado dios…
Y en su nombre torturaron, robaron y asesinaron a quien no creyera en sus
patrañas de resucitados y milagros, poniendo por delante a un ser omnipotente
-que lo puede todo- pero que no ha podido acabar con las guerras; más bien las
ha propiciado y fomentado…
Quitando a Colombia, que este lunes dio por terminada su guerrilla contra
las FARC, todavía hay 21 naciones involucradas en conflictos armados -entre
connacionales, o contra otras naciones- en los que diariamente, por no decir
que cada minuto muere un ser humano de manera violenta…
¿Y su omnipotente y todo poderoso dios involucrado en los conflictos? ¿Qué hace? ¿Dónde está? Por qué no, siquiera para lavar su nombre,
para los conflictos. Siendo supuestamente
hijo de una mujer; ¿qué hace para evitar los feminicidios? ¿Por qué no acaba con la miseria y reparte
las riquezas de manera equitativa para que ya no mueran niños de hambre?...
Pero si el Vaticano no puede desprenderse de sus riquezas; y para sus entes
la humildad y la pobreza son tan falsas como el perdón de los pecados. ¿O es acaso que no es tan poderoso como su
hermano Lucifer, el “Ángel caído”; porque nadie puede decir que va
ganando...
Las evidencias hablan por sí solas, y el amor -el amor sano, se aclara,
porque hay amores enfermos- y la hermandad entre los hombres no se ve que le
vayan ganando a la crueldad, a la perversión, a la ambición, a la envidia, al
odio…
Y son tan hipócritas, que encima de que lo descrito es irrebatible,
irrefutable, son hechos históricos tan actuales como el hoy, todavía atacan y
censuran a los que ven a “San Malverde” y a la Santa Muerte…
Tan inventados e irreales como su Jesús y su María; pues finalmente tampoco
protegen de nada a sus seguidores. Pero
les restan mercado y eso afecta sus finanzas.
Eso es lo único verdaderamente
cierto…
Son tan perversos, que para enterrar las creencias de nuestros ancestros,
El Sol, La Tierra, la lluvia, el viento, etc. literalmente enterraron sus
santuarios, no solo el Templo Mayor, sobre el que pusieran la catedral; para lo
que tuvieron que enterrar todo lo que hoy es el centro histórico para que
quedara planito…
También enterraron la pirámide de Cholula, llamada por los originarios
Tlachihualtépetl, que significa “Cerro hecho a mano”. La más grande del mundo en volumen, pues tiene
400 metros en su base. Más grande que la
de Guiza, en Egipto, para poner sobre ella un santuario destinado a la Señora
de los Remedios…
Solo de imaginar que a alguien le dieran la concesión de sepultarla. Aun con la maquinaria moderna, tardaría mucho
tiempo en hacerlo. Pues eso lo llevaron
a cabo, pero a lomo y a pie de esclavo…
Pues bien, después de todas esas monstruosidades sádicas que vienen
cometiendo desde hace 1,700 años, o sea a partir de que Silvestre I consumó el más grande despojo de que se tiene
conciencia histórica -“La Donación de
Constantino”- para fundar lo que hoy es el Estado Vaticano…
Sin poder soslayar la ya citada pederastia, de la que el fundador de los
Legionarios de Cristo, el tal Marcial
Maciel -prototipo de la decadencia eclesiástica y humana-. Y por supuesto el daño que su discriminación les
ha hecho a las mujeres…
Que es precisamente en lo que se basa el prefacio del presente escrito;
pues es inexplicable que siendo ellas -las mujeres- las primeras víctimas de
los religiosos y sus patrañas de dioses -TODOS- sean ellas las que inculcan en
sus hijos semejantes creencias…
Y máxime con las consecuencias siempre sabidas, pero hoy expuestas en
vitrina, de los desvíos psicológicos que padecen, y que en consecuencia los
llevan a la pederastia, a las violaciones de jóvenes y la homosexualidad…
Si la humanidad comenzó a despegar como civilización cuando se llevó a cabo
la separación igle$ia-Estado; los hombres no evolucionarán mientras no
descarten de sus vidas a esos inventados dioses y sus patéticos representantes,
esperando milagros, y decidan a hacer los milagros por sí mismos.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.