OPINIONES
Y COMENTARIOS
Julio
Ricardo Blanchet Cruz
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Son de lo peor...
Acostumbrados a jugar a blancas y negras, se hacen pasar por buenos, cuando
en realidad son la peor escoria de la humanidad. En cuyas filas han militado pasiva y
activamente en la tortura y muerte de una incontable cantidad de seres humanos;
pero, sin duda, serán millones...
No es extraño que de esos grupos salgan individuos “refinados” para hacer daño. Porque quien se afilia con ellos, bien que
deben de saber a lo que se meten. Pero
finalmente los seminarios son los disimulados prostíbulos de los “jerarcas” -“quesque”
jerarcas ¡huy!-...
La “desaparición” del obispo emérito de Chilpancingo, Salvador Rangel Mendoza y su misteriosa y sorpresiva reaparición;
aunada a la vigilancia del hospital donde se recupera de algo, que todavía no
se sabe de qué, pues hasta el momento no ha dado ninguna declaración de qué fue
lo que pasó y en dónde estaba...
Lo secuestraron, o le dio el soponcio a media calle. O el soponcio se lo mandaron decir esos señores
con los que no se juega. Aunque oficialmente dicen que fue víctima de un
secuestro express; y no hay más...
Pero no dicen si se les escapó a sus captores. Si pagaron rescate; cuánto fue lo que
pidieron. Pero por ahí dicen que lo
drogaron. Todo muy misterioso...
Solo hay que recordar al cardenal Juan
Jesús Posadas Ocampo (1926 - 1983) a quien no mataron porque lo
confundieron. Le dispararon directamente.
El blanco a eliminar era el Cardenal...
Ese día, 24 de mayo de 1993, yo estaba en Guadalajara cuando a la vista de
todos lo ultimaron en el estacionamiento del aeropuerto. Años atrás, conocí y traté a Girolamo Prigione (1921 – 2016) -peso
pesado que logró que México les diera el reconocimiento jurídico al Vaticano y
se reanudaran las relaciones diplomáticas- que era a quien fue a esperar el Cardenal, cuando lo mataron...
Sin soslayar que Norberto Rivera
Carrera formó parte del Club de Roma,
también conocido como los Prigione boys
y protegió al detestable pederasta Marcial
Maciel (1920 - 208)
El caso es, que al llegar Prigione al
aeropuerto, pues por el tiroteo se retrasaron los vuelos, fue directamente al servicio
médico forense, a cargo del ilustre maestro Dr. Mario Rivas Souza (1923 – 2018) quien recibió al influyente personaje...
Ya en la morgue, junto al cadáver; a Prigione
le pareció extraño que el rostro del Cardenal estuviera “manchado de oscuro”.
El Doctor Rivas Souza le
explicó que era pólvora. Le habían
disparado a quemarropa. No había posibilidad
de que lo confundieran. Pero
oficialmente dijeron que sí...
Posteriormente, en la nunciatura, con el conocimiento del entonces
Procurador de la República Jorge Carpizo,
Prigione se reunió con los hermanos Arellano
Félix, a quienes señalaban como autores del atentado. Lo que ellos siempre negaron rotundamente. Y le entregaron una carta para el Papa...
Los que se dicen religiosos, siempre han estado ligados a la delincuencia,
no es nada nuevo. No los matan por
buenos. Sin omitir que sus mediaciones
entre los gobiernos y los criminales, nunca han servido de nada...
No se les puede creer, que después de los crímenes y atracos que
históricamente han hecho, siempre en nombre de su dios, ahora salgan con que
son buenos. Cuando son peores que los
banqueros, lo que ya es decir bastante...
Y desde luego, mucho peores que los delincuentes que, cuando menos exponen
la vida en sus andanzas que, curiosamente, contrario a lo que hacen los curas, ellos
sí que ayudan al pueblo, es decir, no chantajear a la gente con mentiras de
cielos, infiernos y perdones.
Y mañana continuamos, si el Sol me presta vida.
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