Editorial

El que el vergonzante premio Nobel de la paz y su impresentable Secretario de Estado hayan declarado que EEUU y la UE respaldarán a Ucrania y promoverán sanciones diplomáticas y comerciales contra Rusia si no se somete al Derecho Internacional; anunciado restricciones de visa a rusos que “han violado la soberanía de Ucrania”.

No solo es ridículo; pues como ayer en este mismo espacio lo expusimos, Europa tiene más que perder si le imponen sanciones comerciales a Rusia, que lo que pueda pasarle a la nación de los zares.  Independientemente de que dados los compromisos, es difícil pensar que la Gran Bretaña y Alemania hicieran causa común con los yanquis.

A pesar de que Obama dijo que mantiene conversaciones con sus “aliados internacionales”. Y agregó: “estamos movilizándonos para  ayudar en conjunto a Ucrania”.  Y adelantó que pedirán al Fondo Monetario Internacional créditos para ayudar a Ucrania y contribuir a su estabilización económica. 

Es también una hipocresía supina e inaceptable, porque si alguien ha violado el Derecho Internacional e invadido naciones impunemente, han sido los EEUU y sus aliados.  Sin soslayar que pretenden defender a la democracia, y sin embargo apoyan un Golpe de Estado que derrocó a un gobernante electo por el voto.

Y encima todavía dicen que el referéndum convocado por el Parlamento de Crimea para saber si sus ciudadanos quieren o no adherirse a la Federación Rusa, “viola la Constitución de Ucrania y el Derecho Internacional”.

Cuando ninguna Constitución en el mundo democrático puede estar por encima de la voluntad del pueblo; y decir lo contrario es aberrante, por no decir que incoherente o francamente estúpido.

Pero desde Washington, el empleado del sionismo, haciéndose el magnánimo declaró: “Creemos que Rusia tiene la oportunidad de tomar las decisiones correctas para bajar las tensiones. Queremos dejar abierta la senda del diálogo para evitar que esta crisis sea más grande”.

Y desde Roma, en conferencia de prensa, minutos después de las declaraciones de Obama El impresentable Kerry, adjudicándose un derecho que nadie le ha conferido a su decadente nación, enfatizó:

“El presidente Obama ha sido claro. No podemos permitir (¿?) que ningún país viole el derecho internacional, y seguiremos trabajando con los aliados para asegurar que se respeten los derechos del pueblo ucraniano”.

Y todavía, acorde a las prepotentes declaraciones que siempre hace, dijo más: “No es de recibo comportarse al estilo del siglo XIX, estando en el siglo XXI, cuando invades otro país utilizando excusas fraudulentas”.

Soslayando que si hay una nación que carece totalmente del derecho de juzgar como invasoras a otros países, es precisamente EEUU. 

No solo porque en el 2002, cuando Kerry era senador, con el sabido pretexto de las armas de destrucción masiva que nunca existieron, votó a favor de la resolución para invadir a Irak. 

Hay que hacer notar, que a los EEUU les interesa la integridad territorial de otras naciones, cuando así conviene a sus intereses. Como cuando junto con sus aliados de la OTAN violaron la integridad territorial de Serbia para crear y luego reconocer un Kosovo independiente.

O también cuando apoyaron la separación de Sudán, apoyando a Sudán del Sur; y lo mismo hicieron en Eritrea, que se separó de Etiopía.  Y con Indonesia cuando apoyaron a Timor Oriental.

Como si ya se hubiera olvidado que en 1987 invadieron Panamá para detener al General Manuel Antonio Noriega. Que invadieron Granada para impedir que ciudadanos norteamericanos fueran capturados como rehenes -a pesar de que nadie los había detenido- y que en otros países asesinan a personas con sus drones. 

Sin soslayar lo que hicieron en Afganistán y Libia; y sus intenciones contra Siria e Irán, a la que ya le tenía preparado un “bombardeo quirúrgico”, según palabras del propio Kerry.

Aunque si bien es cierto que todos pueden salir perdiendo en este conflicto, lo que también va a traer, es que en las elecciones intermedias, que ya vienen, Obama va a darse cuenta que su administración ha sido un fiasco y que los ciudadanos van a arrepentirse de haberlo reelecto, pues votarán mayoritariamente por los republicanos.    

Aunque tampoco esto va a resultar positivo, pues los EEUU, gracias al patético neoliberalismo que han promovido -paradoja desconcertante- son una nación en franca decadencia que ha empobrecido a la mayoría de sus ciudadanos y enriquecido a unos cuantos.  Transformándose de una democracia, que nunca existió realmente, en una despreciable oligarquía que los está llevando al fracaso.