OPINIONES
Y COMENTARIOS
Julio
Ricardo Blanchet Cruz
DiarioLibertad@gmail.com.mx
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Alternativas...
En el entendido de que la salud es sin duda la mayor de
las riquezas; tanto para la persona como para el Estado. Es duro, pero es cierto: los ciudadanos
enfermos son una carga hasta para la propia familia...
Cuando un enfermo de esos que tardan mucho en fallecer, y
por fin se muere; los familiares dicen que ya descansó. Cuando los que descansan son los
familiares. Los enfermos piensan como
enfermos y andan por el mundo haciendo daño...
O, mejor dicho, haciendo más daño de lo que hacen los que
se dicen sanos; pero que también están enfermos. Lo que nos lleva a entender, que, en términos
generales, la humanidad no debe andar muy bien de salud...
De qué otra manera se puede catalogar a un animal que se
daña a sí mismo; cuando el hombre es el único animal que destruye su hábitat. El único animal que daña a su pareja ¡ojo! Como también es el único animal que va al
médico...
Entre otras diferencias con los demás animales, que
debieran hacernos pensar en que estamos equivocados, por no decir que debiéramos
avergonzarnos por ser tan arrogantes...
Porque en medio del caos ocasionado por la falta de
medicinas -ya han muerto cualquier cantidad de personas, sin que a nadie se le haya
hecho responsable de ello- se da a conocer, que el Sector Salud, o sea, el
gobierno, les da a los pacientes medicinas que no tienen ningún registro legal,
que son importadas por empresas que no existen...
Oportuno insistir, en que las medicinas y la salud poco
es lo que tienen que ver. La salud es un
estado natural y la medicina es un negocio.
O el pretexto para intervenir en otro país, pues ya se sabe que los “médicos
cubanos” no son médicos, sino espías...
Pero lo cierto es que la Industria Químico-farmacéutica
es poderosísima. Las utilidades que manejan
en sus medicinas se puede evaluar, cuando el mismo producto que venden en 100
pesos, las Simi lo venden 70 % más barato.
Un día a la semana dan al 2X1; y, aun así, el dueño es millonario...
No ha sido una sola vez que se ha dicho que los
laboratorios hacen medicinas para vender, no para curar. Pero el punto es, que si no hay medicinas por
la razón que sea; sensato es voltear hacia otras disciplinas...
El mundo se ha curado antes de la era medicamentosa. Se podrá alegar que la medicina ha prolongado
el tiempo de vida de humano. Pero se
puede argumentar, que hay civilizaciones que, perdidas en las selvas, nunca han
tenido contacto con las medicinas. Y de
ellos, de esos “salvajes” es de quienes tenemos que aprender...
El mundo se curaba desde antes de que existieran las
medicinas como tal Y lo
mejor del caso, es que se siguen curando sin ellas. La acupuntura es milenaria y en China la gente
se sigue curando con sus agujas. Como en
México sucede con la Herbolaria...
Pero por alguna avie$a razón, han sido descalificadas por
los científicos; y los gobiernos han adoptado cómodamente esa posición.
Finalmente, la Herbolaria no deja dinero al Erario. Y lo peor, es que cada cual puede tener una
farmacia en su patio; y eso es un atentado contra el monopolio del cártel de la
pastilla y la inyección...
Lo que es injustificable, es que a la Homeopatía no se le
reconozca su valor; cuando el propio Gobierno tiene una escuela de Homeopatía y
un hospital que atiende a los enfermos con los métodos del muy ilustre Maestro Samuel Hahnemann (1755 – 1843)...
Pero finalmente, de los que más podemos aprender para
vivir sin medicinas, es de los animales.
Que cuando están enfermos, dejan de comer y solo toman agua. Sin omitir que comen plantas -que ellos
saben- para purgarse y evacuar los intestinos...
También podemos aprender de los espartanos de Licurgo (? - 730) o aquí cerquita, de
los budistas, que no saben lo que es la diabetes, ni se vieron afectados por la
pandemia, ni se vacunaron...
Pagar 2,000 millones de pesos a Liverpool para poner en
una bodega la súper farmacia de Huehuetoca, donde no se para nadie, ni surte a
nadie, es algo que tendrá que explicar el papa del clan de los López Beltrán.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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