Julio Ricardo Blanchet Cruz.
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¡Se
la podían haber ahorrado!...
Ni conozco al señor Putin -y me
habría gustado mucho conocerlo. Es un
hombre muy inteligente; debe de ser un gusto el platicar con él. No así con Trump; sin más comentarios-
ni a ningún otro ruso. Y ni entiendo su
idioma...
Tampoco nadie me dio información confidencial
de lo que el Presidente ruso iba a hacer en la “Cumbre” -ora ya todas son
Cumbres- Y si aseguré, que no se movería un ápice de su primera posición al
inicio del conflicto armado; fue precisamente porque él lo dijo...
Lo demás es análisis. Lo he explicado muchas veces. Pero la versión oficialista es que Rusia
invadió a Ucrania; y sucede que es exactamente todo lo contrario. Toda la región del Donbass ya se había
separado del gobierno de Kiev desde el 2014; sostenía una guerra de
independencia, pero fue hasta el 2022 cuando se anexaron a la Federación Rusa...
Putin no puede, de ninguna manera, lo expliqué ayer, primero,
aceptar la anexión de esos territorios; para después salir con que siempre
no. Proceder de ese modo sería su ruina
política. Todos los medios, unos por
conveniencia y otros por diplomacia, dicen que la Cumbre fue un éxito y hacen
hasta proyectos de que la próxima reunión será con Zelensky. Y jua, jua, jua...
Pero lo cierto es que la guerra sigue. Igual que en Gaza, sólo que ahí no se puede
llamar guerra; sino genocidio...
Quién sabe qué tanto hablaron los
mandatarios con sus intérpretes; por eso tal vez algún día lo sabremos. Pero se olvidaron las amenazas y el ex
presidente ruso, Medvédev opinó que “la reunión demostró que las
negociaciones son posibles sin condiciones previas”. Lo que bien podría
tomarse como una ironía; pues las condiciones ya las había planteado Putin...
Pero “háiga sido como háiga sido”,
diría el clásico, lo cierto es que quien llegó con un proyecto y lo vio
cumplido, fue el ruso, no Trump; que encima de todo, se tuvo que tragar
sus amenazas. Aunque para el
norteamericano no es nada extraño hacer el ridículo. Pero ciertamente que, para
los “resultados” de la Cumbre, bien se la podían haber ahorrado.
Cambiando de tema...
Siempre me he preguntado, de qué o
para qué sirven dioses -porque hay muchos y todos dicen que son bien poderosos-
porque aparte de servirles de pretexto a una bola de charlatanes que se dicen
sus representantes para vivir del cuento...
O para matar a otros que no crean que
el suyo, su dios, es el mero bueno.
Mucho predican el amor y la paz y hacen exactamente todo lo contrario. Y lo traigo a cuento, toda vez que, en la India,
las torrenciales lluvias han causado inundaciones que han cobrado muchas
víctimas...
Entre ellas, a un grupo de peregrinos
que iban a adorar a uno de sus dioses, que se detuvieron a comer y de repente
una avalancha se los sepultó dejando más de medio centenar de muertos y cuando menos
unos 200 desaparecidos, a los que se tiene pocas probabilidades de encontrarlos
con vida...
Pero eso no es algo nuevo que suceda. Aquí en México, casi cada año pasa lo mismo
con las peregrinaciones que van a la Basílica de Guadalupe. Siempre hay muertitos a los que sus
familiares tienen el consuelo de que, como se murieron cuando iban a adorar a
la deidad, se van derechito al cielo...
Shiva es uno de sus principales dioses,
considerado por sus seguidores como el ser supremo, que se encarga de la
destrucción y la transformación; pero también como el dios de la creación y la
preservación...
Pero no somos lo únicos que vemos a
los dioses actual, el senador por Carolina del Sur, Lindsey Graham, les
advirtió a sus colegas republicanos, que si se deja de prestar apoyo a Israel, o
sea, al genocidio “¡será dios el que castigue a los estadounidenses!” A ese grado de estulticia hemos llegado.
Y nos vemos mañana, si el Sol me
presta vida.
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