|                    OPINIONES Y COMENTARIOS

Julio Ricardo Blanchet Cruz.

DiarioLibertad@gmail.com

 

·           No es cualquier cosa...

El que recientemente a los EE.UU. no le estén saliendo bien las cosas, pues pareciera que todos lo hacen a un lado; pero eso no augura nada bueno para México.  Pues la interferencia de Washington en la política será cada vez mayor...

Como se supuso que sucedería con la llegada a México del nuevo embajador Ronald Douglas Johnson, quién, tejiendo fino -tiene apenas un mes de haber llegado- acaba de anunciar que EE.UU. y México, acordaron nuevos mecanismos para combatir el tráfico de armas y explosivos...

Del fentanilo no sé habló una palabra.  Lo que quiere decir que el enfoque no iba por ahí.  Pero hay más...

No sé dijo que colaborarán, sino que contribuirán, que no es lo mismo.  Pues colaborar es trabajar conjuntamente por una meta común.  Y contribuir lleva implícito el aportar algo.  Con el fin de desarticular las redes criminales; y reducir el flujo de armamento ilegal en la región.  Reafirmando el compromiso de combatir el narcoterrorismo...

No sé lo que opinen mis tres amables lectores de ello. Pero como que da una idea de que ya les sellaron los pasaportes y les dieron visa para que entren y salgan cuando les dé la gana.  Sin embargo, poco o nada es lo que vamos a ganar con ello los mexicanos...

Pues los cárteles de las drogas se pelean y se matan entre ellos.  Lo que se puede solucionar si se legalizan las drogas; lo hemos dicho mil veces. Y convertir el problema en un problema de salud, no de delincuencia; pero por alguna muy sospechosa razón, no quieren hacerlo...

Porque si bien es cierto que los pleitos entre narcos paralizan las ciudades con sus balaceras; quien verdaderamente agrede a la sociedad, es la delincuencia organizada.  Y como no parece que eso les importe mucho, toda vez que ellos no utilizan armamento sofisticado, con una pistola es suficiente para cometer sus fechorías, algunos podrán pensar que no muy van a cambiar las cosas...

Pero sí que van a cambiar.  Pues nadie puede parar lo que viene.  Toda acción trae consigo una reacción; y ya estamos en ella.  Por eso no hay quien lo pare.  Y como el mal de muchos es el consuelo de los tarugos, como dice el conocido refrán, se puede argumentar que la crisis es mundial, o casi mundial, no nada más de nosotros...     

Pero regresemos con lo que se vive en los EE.UU. que ciertamente tiene una explicación y Trump es el responsable.  Su egolatría, que parte de un complejo, se quiere meter en todo y se está acorralando solo...

Quería ser el mediador de la paz en Ucrania; y al mismo tiempo continuaba apoyando a Zelensky.  Y eso no es de gente seria...

Pero para justificar las deportaciones, ha sacado a relucir una Ley de hace casi 200 años -1798- de Enemigos Extranjeros.  Y ciertamente que desde su campaña dijo que la aplicaría.  El caso es que el agarrón entre el Presidente y el Gobernador, está de pronóstico reservado.  Y estaremos muy pendientes.

Ya de salida...

Quienes pusieron el grito en el cielo por la sentencia de 6 años de prisión y la inhabilitación por toda la vida para ocupar un cargo público a la ex presidente de Argentina, Cristina Kirchner, fueron los presidentes de Cuba. De Bolivia. El exmandatario de ahí también. De España, los del Partido Podemos.  Y otros más.  Pero por su edad, 72 años, es posible que le concedan el arraigo domiciliario, en vez de la cárcel...

Pero sin duda que muchos en México suspiran porque algo así sucediera aquí.  Material de presidentes corruptos tenemos de sobra.  Pero nada.  Se siguen burlando.  Por cierto, que Don Sata dice que catafixiaron el detener al macuspano, por la entrada de los gringos tras los malosos.  Se espera que no sea cierto; y supongo que aún nos faltarán muchas cosas por ver.

Cierto o no, el que la secretaria de seguridad interna Kristi Noem haya declarado -estando junto a Trump, lo que le da un significado especial- que la presidente Sheinbaum ha estado alentando la violencia en California, no es cualquier cosa.

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.