OPINIONES
Y COMENTARIOS
Julio
Ricardo Blanchet Cruz.
· Nadie
sabe cómo va a terminar...
Es
frecuente, que los seres queridos, los amigos, o incluso los desconocidos, te
echen bendiciones por una acción que consideran buena. También hay quien, por el mismo hecho, te echan
maldiciones...
Entendiendo
que las bendiciones son como puntos a favor que deben equilibrar lo que hiciste
de mal. Y las maldiciones son todo lo
contrario, es decir, que son puntos para contrarrestar o cuando menos, devaluar,
socavar, las buenas acciones que se puedan cometer...
¿A
poco crees que las maldiciones, las brujerías y esas cosas, te pueden
afectar?...
¿Apoco
crees tú que las bendiciones y esas cosas te pueden favorecer?...
Porque
si crees en una, tienes que creer en la otra, cuando menos como punto de
referencia. Si no ¿hasta dónde es buena una
acción y hasta dónde no lo es. O
viceversa, hasta dónde puede ser mala y hasta dónde no...
Pero,
en el fondo, las bendiciones son más que una bonita forma de expresar afecto,
cariño o admiración. Es una forma de
decir que están de acuerdo con tus acciones y que te ganaste tus puntos, te
ganaste tus bendiciones por lo que hiciste.
Porque las bendiciones, han de saber mis tres amables lectores, hay que
ganárselas...
Aunque
finalmente “Cada quien tiene lo que se merece”. Y no hay más.
No obstante, discretamente podría agregarse: “o lo que necesita”. Y entonces todo depende si aprendiste la
lección, o no la aprendiste...
Ya
he comentado con mis tres amables lectores, que Japón es una civilización milenaria
de la que podríamos aprender mucho. En
Japón el honor, que va junto con la honestidad, es base principal de la
educación y un principio social...
Lo
que no es tuyo, es de alguien. Es uno de
sus principios; y hay casas de lo perdido.
Es decir, si alguien se encuentra algo en la calle, lo lleva a esas
casas que lo publican en las redes y sus dueños se dirigen a recoger lo
suyo. Y es gratuito...
Diríase
que más o menos como aquí, donde la gente acude a comprar, a las casas de lo
robado...
Pues
bien, como las desgracias nunca llegan solas, el día de ayer perdí mi cartera
con todos mis documentos. La credencial
del INE, INAPAN, tarjeta de débito, banco Bienestar, licencia de manejo, RFC,
credencial de Prensa, etc. Por toda identificación tenía mi acta de nacimiento
con la letra Palmer -tal vez alguno sepa lo que eso significa y que antigüedad
tiene-. Pero...
Desde
ayer al mediodía, cuando regresé a casa y me di cuenta que no traía la cartera
conmigo. Hasta el día de hoy, después de
pasar, lógicamente una mala noche, y reprocharme a mí mismo la
irresponsabilidad, sobre todo porque sabía dónde la había extraviado -en una
avenida cuando me bajé a comprar unos mangos, y bajo una lluvia que se llevaba
todo- pues fui a darles de comer a “mis” perritos -como 20 aunque luego llevan
invitados- ninguno es mío y los que tengo en casa son callejeros. Y de paso unas cuantas gallinas con sus
pollitos...
Cuando
recibí la llamada de mí compañera Gaby, que había ido un señor a llevar
la cartera que se había encontrado tirada en la Av. Xalapa. Que no había aceptado ninguna
remuneración. El Señor se llama
Arturo Capistran, a duras penas aceptó dar su nombre; y, la neta, no solo
le agradezco infinitamente su valiosísima, que valiosísima, invaluable
acción. Y no hace falta que le mande
bendiciones, sí que se las ganó. Pero,
gracias mil.
Ya
de salida...
El
esperado
ataque de EE.UU. bombardeando los centros estratégicos de Irán, sin duda que
traerá consecuencias; entre ellas, el territorio estadounidense se verá
involucrado en el terror de la guerra y la verán de cerca...
Un
hecho que será inédito, ya que nunca se han visto atacados; excepto cuando Pancho
Villa (1878 - 1923) “El Centauro del Norte”, cruzó la frontera el
9 de marzo de 1916 y atacó Columbus. Ya
que lo de las Torres Gemelas, más tiene la marca de que haya sido un auto ataque...
Pero
desde mañana mismo empezaremos a ver las consecuencias, con la subida del
petróleo; la entrada de otras Naciones en el conflicto. Esto apenas empieza; pero nadie sabe cómo
va a terminar.
Y
nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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