Opiniones y
Comentarios
Julio
Ricardo Blanchet Cruz
·
Cuestionando al Creador sobre el
sexo y las drogas…
Como no tengo ganas de comentar sobre política
y sobre el mundo de cabeza; pues finalmente ya sabemos en que todo va a acabar
en desastre -para algunos, para otros no- cuestionemos al Creador sobre el sexo
y las drogas…
Lo primero que uno se puede llegar a preguntar,
es por qué el Creador no hizo las cosas bien.
Eso de que unos, los carnívoros, se coman a los herbívoros, no es para
nada de buen gusto…
Y está bien eso de que en este Mundo todo nace
y muere; pero de ahí a que algunos sean asesinados brutalmente por los
predadores, y hasta ¡comidos vivos! puede considerase perverso…
Sobre todo porque en su infinita omnipotencia
Él pudo haberlo creado de otra manera.
Sus razones habrá tenido para haberlo hecho tan cruel; pero el sentido
común no alcanza para entenderlas. Y
menos ¿para qué? ¿Con qué sentido? Supongo que nadie lo sabe…
Y menos aquellos que se alcanzan la puntada de
asegurar que el Creador todo lo hizo por amor; y que por eso el amor es la
fuerza más grande y poderosa que hay en el Universo…
Cuando ciertamente que hay dos clases de
amores: los amores sanos y los amores enfermos.
Los amores sanos dan placer; los enfermos dan dolor. No obstante, por lo que se puede apreciar,
así a vuelo de pájaro, es que hasta donde se ve, su contraparte, la envidia, la
avaricia y el odio, son más bien los que dominan al mundo…
A tal grado, que este otrora paraíso se ha
convertido en un verdadero infierno en el que se lucha para sobrevivir, y muy
pocos son los que logran vivir en paz.
Solo que, obedeciendo a la Ley del Universo, para vivir en paz con el
mundo, primero hay que vivir en paz con uno mismo…
¿Que somos superiores a todos los demás
animales? por supuesto que no. Los
animales son superiores en todos sentidos a nosotros los humanos; se bastan a
sí mismos para sobrevivir, y eso es suficiente.
Sin soslayar que los animales son mejores padres que nosotros. De calle…
Pero el león no puede ser otra cosa más que
león. Grande o pequeño. Fuerte o menos fuerte y con menos
posibilidades de sobrevivir. Pero solo
puede ser león. Y lo mismo sucede con
todos. Con las jirafas, los gorilas, las
ardillas o las termitas…
Y los hombres podemos ser lo que queramos. Podemos ser monógamos, como algunos animales
lo son. La Madre Naturaleza es la gran
maestra. Y podemos ser fieles a la
pareja; o no. En La Naturaleza se dan
las dos cosas y las especies obedecen a su programación. Difícil será encontrar un pingüino adúltero o
una leona recatada…
Podemos matar para conservar la vida; o podemos
no necesitar que nadie muera para subsistir.
Nosotros lo escogemos, lo decidimos.
Además de que nosotros, todos, tenemos el potencial para trascender y
hacer algo para que las futuras generaciones nos recuerden…
Difícilmente se puede pensar que las aves
inmortalicen el nombre de su congénere que fue el primero en utilizar
herramientas; y de ahí para adelante todos siguieron utilizándolas. Y nosotros sí podemos recordar quién inventó
la máquina de vapor, por poner solo un ejemplo…
El destino de los animales es sobrevivir en un
mundo salvaje lleno de peligros y dejar nuevas generaciones; pero muy pocos lo
logran. De cada cien tortugas, por poner
solo un ejemplo, solo una logra llegar a la adultez y reproducirse…
El destino del hombre es vencer a la muerte, es
decir, alcanzar la inmortalidad; pero para ello el hombre necesita saber quién
es, en donde está y hacia dónde va; o hacia dónde quiere ir. También la inmensa mayoría fracasa…
Ocupados en sobrevivir, se olvidan de la
trascendencia a la que algunos equivocadamente llaman karma o destino. El futuro se hace en el presente; sin olvidar
que la vida también juega…
También podemos preguntarnos por qué existen
las drogas; si fueran malas el Creador no las hubiera puesto al alcance de
nadie; a menos que lo hiciera para ver si caíamos en la tentación…
Como el patético dios bíblico que les puso
enfrente la fruta del árbol prohibido, el árbol de la sabiduría -como si no
supiera lo que iba a pasar-. Tal vez
quería que la humanidad siguiera en el oscurantismo, y le falló…
Pero parece que no es así, porque los animales
se drogan. Y si los humanos lo hacen
para despertar la creatividad y para ponerse en contacto con La Madre Tierra,
los animales también lo hacen para afinar sus sentidos…
Y no solo los carnívoros; también los pacíficos
herbívoros. La ayahuasca, considerada
una planta mágica, la descubrieron los originarios pueblos de América
observando al jaguar, el hermoso tigre americano…
La marihuana la descubrieron los pastores que
vieron que su ganado la comía en determinadas épocas, producían más leche y se curaban de algunos
males. Además de que se ponían contentos…
Todos hemos visto como los animales domésticos,
cuando se enferman comen de determinadas plantas para curarse. Aplicando remedios ancestrales que se han
transmitido por generaciones y generaciones…
Como nosotros por generaciones hemos sabido que
las diarreas se curan con agua de arroz; solo que ya nadie se acuerda, y si se
acuerdan, ni caso hacen. Los
laboratorios les tienen lavado el cerebro con sus medicinas…
En cuanto al sexo, el segundo instinto, la
conservación de la especie -el primero es la conservación de la vida- todos los
animales lo practicamos; pero solo algunos lo hacemos por placer. Y ahí está la bendita diferencia. Solo que los enfermos sufren a través del
sexo y los sanos lo gozan.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario