Opiniones
y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
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Del día
de muertos y la tanatología…
“No es la ignorancia más
reprensible pensar que uno sabe lo que no sabe”. Sócrates (470 - 399) Tanatología del griego thanatos=muerte y logos=tratado.
Entendiendo por tanatología el
ayudar a bien morir. Cabe señalar que
nadie puede dar lo que no tiene. Y toda
vez que cada cual es feliz a su manera, es difícil pensar que se puede ayudar a
bien morir; cuando no se puede ayudar a nadie a bien vivir…
Además. Obedeciendo a la 3era Ley de Sir Isaac Newton (1842 - 1727) de que “Toda
acción trae consigo una reacción igual y de sentido contrario”; hay quien dice que la gente tiene la
muerte que merece…
Y respaldando su opinión citan a Margaret Hilda Roberts, más conocida
como “La Dama de hierro” Margaret Tatcher (1925 - 2013); a Karol Józef
Wojtyla, alias Juan Pablo II (1920 -
2015); y Ronald Wilson Reagan (1911
- 2014) a quienes se les considera
impulsores del nefasto neoliberalismo que tanto daño le ha hecho a la
humanidad; y que murieron después de largas y penosas enfermedades…
No obstante, hay que mencionar
que la muerte no es vista de la misma manera por diferentes civilizaciones, pues
hay quienes momifican a sus muertos, quienes los incineran, quienes conservan
los cadáveres insepultos por mucho tiempo; también quienes lloran la pérdida, y
quienes consideran que debe haber alegría cuando alguien se va de este mundo…
Hay hasta libros que sobre ese
tema versan: “El Libro de los muertos del Tíbet”; “El Libro de los muertos de
Egipto”. De hecho todas las
civilizaciones pasadas y presentes tienen sus propios rituales acerca de la
muerte…
Y no son pocos los que dicen que “uno nace cuando dios quiere, que no se
mueve la hoja de un árbol sin su voluntad; y que mueren cuando su dios quiere”.
Intrínsecamente aceptando que el
libre albedrío no existe y que son títeres de un muy peculiar ser supremo que
los maneja según su sagrada voluntad…
En contraparte hay quienes -por
supuesto son solo unos cuantos- los que dicen que vinieron por su propia
voluntad, y que ellos mismos son los que escogieron lo que querían venir a
hacer en esta vida…
Y más: que a esta vida no se
viene a sufrir -como algunos piensan- sino a luchar por lograr las metas que
desde antes de venir se propusieron. Y
en lugar de hablar de cielos e infiernos, de dioses y demonios, de buenos y
malos, hablan de triunfadores y perdedores…
En el entendido de que por
elemental principio de Justicia, por lógica y con estricto apego a la razón, no
pueden ir al mismo lugar los que triunfan en sus metas, que los que fracasan…
Hay quienes se acuerdan de sus
muertos una vez al año; y hay quienes los recuerdan todos los días, es decir, quienes
siempre tienen presente su espíritu. Lo
que nos lleva hasta Antífanes (408? –
434?) “Aquel que está dispuesto a morir,
nunca muere”…
Que es en lo que consiste la
inmortalidad. O sea el trascender en los
tiempos. No en infundadas y por demás
ridículas ideas de resucitados y reencarnaciones que nadie puede probar…
Pero tomando en cuenta que Antonio de Lavoisier (1743 - 1794) considerado
como El Padre de la Química Moderna, estableció que “Nada se crea, ni nada se
destruye, todo se transforma”, lo más probable es que después de esta
vida, estaremos en otro “lado”…
Solo que todavía hasta la fecha nadie
nos puede decir en donde; aunque debe de suponerse que todo se regresa por
donde vino. Es decir, la materia regresa
a la Madre Tierra; y el alma -del griego ánima=lo que anima, lo
que da vida- regresa también de donde vino.
En nuestro caso y el de todos los seres vivos, del Padre Eterno dador de
vida: El Sol…
Las costumbres paganas de visitar
a los muertos, de llevarles comida, bebida y hasta música; sin soslayar a los
que les construyen mausoleos con aire acondicionado y calefacción -Aunque
Usted, no lo crea”-…
Actitudes que son propias de
quienes en vida no fueron justas con ellos y “les quedaron a deber”. Por eso hay quien dice que una sonrisa dedicada
a los vivos es mejor que un torrente de lágrimas sobre las tumbas de los
muertos…
Lo que parece ser cierto, es que
el día de muertos es un día de negocios, como el buen fin, la navidad, el año
nuevo, el día de las madres, de los padres, de los compadres, etc. etc.
etc. Hoy hay días para todo y para todos…
Y lo mejor del caso es que la
mayoría se lo cree -“cre” diría el tal Aurelio
Nuño”- y anda queriendo quedar bien con los muertos; cuando lo que no se
hizo en vida ya no se hizo nunca…
Por cierto que Antonio Machado copió el pensamiento de
Epicuro (341 - 270) sobre la muerte:
El primero dijo: “La muerte es algo que no debemos de temer, porque mientras somos, la
muerte no es, y cuando la muerte es, nosotros no somos”…
Y el ilustre griego dijo “La
muerte es una quimera, porque mientras yo existo, la muerte no existe; y cuando
existe la muerte, ya no existo yo”…
Cabe comentar que su filosofía,
el epicureismo, ha sido mal interpretada, ya que no consiste en la búsqueda del
placer, sino de la felicidad; que son dos cosas que generalmente confunde la
gente, especialmente los adictos…
En fin. Como diría Don Enrique Jardiel Poncela (1901 - 1952) ese estupendo hombre profundo
conocedor de la naturaleza humana que vio la filosofía con buen humor e hizo pensar
y reír a quienes lo hemos leído: “La muerte tiene una sola cosa agradable:
las viudas”.
Y nos vemos mañana, si el Sol me
presta vida.
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