Opiniones
y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
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Llegó el
tiempo de pagar; lectura de domingo…
Creyentes en dantescos infiernos
inventados, con los que el Creador castiga a quienes se han portado mal y lo
han ofendido -en el entendido de que implícitamente pretenden que lo pueden ofender-
lo que verdaderamente viene siendo el colmo de la arrogancia y la estulticia-…
Y lo peor es que los charlatanes también
les han hecho creer que pueden ser toda la vida asesinos, ladrones,
secuestradores o pederastas, pero que si en el último momento se arrepienten de
todo el mal que han hecho, son perdonados y se pueden ir al cielo. Y ponen de ejemplo al PRI y al PAN, perdón, a
los ladrones Dimas y Gestas…
Ignorando que hay inviolables
Leyes Universales, como la Ley del Equilibrio, que establece que “toda acción trae consigo una reacción igual
y de sentido contrario”; como atinadamente Sir Isaac Newton (1642 - 1727) lo estableció haciendo referencia a
la sentencia bíblica que dice que “con la
vara que midas serás medido”…
Misma que fue copiada de los
libro del Avesta; escritos por el legendario Zaratustra miles de años antes de que a don Jehová se le ocurriera aparecer en La Historia…
Cabiendo citar que hay muchos que
no creen que así sea; es decir, que todo se regresa; argumentando que hay
quienes han hecho mucho daño a muchos, como Carlos Salinas de Gortari y sucesores; y sin embargo viven tan
campantes, acompañados de quiene$ lo$ aman y hasta con jugosas pensiones…
Pero “Solo la cuchara sabe lo que hay en el fondo de la olla”; dice el popular
refrán, y quien sabe de ellos, conoce el infierno que viven los que son
repudiados por sus semejantes; y por ende viven temerosos de ser agredidos en sus
personas y seres queridos; o de perder todo lo que indebidamente han obtenido…
No obstante, de no ser cierto el
en esta vida nadie puede cosechar algo distinto a lo que ha sembrado; dejaría
sin sentido el actuar de forma positiva para dedicarse al hedonismo, el goce,
la voluptuosidad y el saqueo…
Porque sería totalmente injusto
que al dejar esta vida todos fuéramos a dar al mismo lugar; independientemente
de la trayectoria que cada cual haya llevado durante toda su existencia…
Y se trae a cuento, porque eso es
lo que debía de haber pensado Miguel
Ángel Yunes Linares; cuando menos antes de afrontar las consecuencias que
ahora está padeciendo política y socialmente -y lo que le falta-…
Ya que la magnitud de sus
felonías ha alcanzado hasta sus propios hijos -que es donde más duele- y demás
familiares, al dejarles la carga de una herencia que algunos románticos de las
letras podrían calificar como maldita. Y
eso que aún falta ver cómo es que terminará sus días…
Pero por lo que desde ahora se
aprecia, su futuro se ve aciago en grado superlativo. Ciertamente que no les pagará a los
acreedores, haciéndoles un daño que va mucho más allá de lo económico, de por
si muy grave…
Pero él, al igual que muchos,
muchísimos otros, ya están pagando, y muy caro, todas sus infamias. Los otrora arrogantes -muy lamentablemente no
todos tras las rejas- son hoy el escarnio de la sociedad y sufren su más que
merecido desprecio…
Ya podrán ir con los curas -que
andan por las mismas; especialmente los diocesanos- que nada ni nadie les cambiará
lo que hoy llaman karma. Palabrita muy
de moda entre los que quieren pasar por intelectuales, que establece lo arriba
citado…
Al igual que de moda es andar
mandando “bendiciones” a diestra y siniestra, cuando las bendiciones y nada,
son dos nadas…
Como tampoco de nada sirve el
“dolor” y la “vergüenza” del papa argentino que se hace llamar Francisco, ante la ignominiosa afrenta
que el desde siempre podrido Vaticano ha infligido a millones de seres…
El cambio de Era descrito en el
Calendario Maya ya es evidente y no hay marcha atrás; a querer o no, habrá que
pagar las consecuencias, en lo personal, en lo político y sobre todo en lo
referente a lo que le estamos haciendo a La Madre Tierra…
No obstante, deberá de tomarse en
cuenta que siempre hay una solución para todo; hasta para la muerte. Y está descrita en los textos antiguos. Pero eso lo comentaré en la próxima lectura
de domingo.
Y nos vemos mañana, si el Sol me
presta vida.
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