Opiniones y Comentarios

Julio Ricardo Blanchet Cruz

diariolibertad@gmail.com

 

·                      Milagro a destiempo, no es milagro…

 

No bien acaban de aprobar en la UE el “pasaporte covid”, que registrará si se está vacunado; ya se ha superado la enfermedad; o se tiene una prueba reciente que haya resultado negativa; lo que facilitará el desplazarse por todo el territorio sin problemas…

 

La poco confiable OMS dio a conocer que la variante del covid-19, al que han denominado Delta, se está propagando rápidamente y ya tiene presencia en más de 60 naciones -lo que automáticamente, según los cánones, lo convierte en una pandemia-…

 

Por lo que el famosísimo epidemiólogo Anthony Fauci, advirtió que la peligrosa variante podría convertirse en dominante en los propios EE.UU.

 

Sin embargo, si se siguen las indicaciones del científico alemán Karl Lauterbach, su mortalidad sería posible reducirla mediante una vacunación masiva.  El problema es que se ignora si las vacunas existentes protegen contra el nuevo Bicho hindú…

 

Aunque no hace falta tener muchos estudios para poder determinar que no han de servir; porque si finalmente no sirven para evitar el contagio con el Coronabichus Apanicatum, que es para el que específicamente se crearon las “vacunas” -en un tiempo sospechosamente record, hay que citarlo- es de deducirse que tampoco servirán para el pariente indio…

 

Ya desde hace muchos años que la medicina se ha desviado de ser un apostolado a convertirse en un sucio negocio en el que importa más del dinero que el dolor humano o la vida misma…

 

Pues como bien lo dijo el Premio Nóbel de Medicina en 1993, Dr. Richard John Roberts, quien cimbró a la Industria Químico-farmacéutica al declarar que los laboratorios bloquean los medicamentos que curan porque no son negocio…

 

Lo que en aquel entonces fue un escándalo mayúsculo.  Y cuando luego salieron los genéricos y similares 70% más baratos que los de “patente”; se acabó de confirmar que la práctica de la medicina se había convertido en un negocio…

 

Pero finalmente; igual que las elecciones del domingo pasado aquí en México, no pasó nada digno de escribir a casa y, todo medio revolcado, eso sí; pero en el fondo es lo mismo…

 

Y si he citado a Cayo Julio Fedro (15 antes de esta Era - 50) “En un cambio de gobierno, los pobres si acaso cambiamos el nombre del amo”.  Aquí podemos decir que solo se cambió de dictador…

 

Y para muestra…

 

El Torquemada (1420 - 1498) moderno, o sea, don Santiago Nieto Castillo, un poco más rellenito que antes -se ve que le va bien.  Luce próspero- declaró con relación a las cuentas bancarias de la familia del Gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, que tiene congeladas, que no las va a descongelar, aunque haya una orden de los jueces.  Sin más comentarios…

 

Pero si a esas vamos, tan dictadores eran los anteriores; como lo es el actual.  Solo son estilos diferentes.  Sin soslayar que también tenían a sus capos con$entido$...

 

Dirían en Mouseland -la ciudad de los ratones, una animación que les recomiendo a mis tres amables lectores la vean en You Tube- que se cambió a los gatos negros por los gatos blancos; pero que siguen siendo gatos, gobernando una ciudad de ratones.

 

Ya de salida…

 

Podrán decir que las súplicas que millones de almas elevaron a sus deidades celestiales para que sacara de las pantallas televisivas al Dr. Hugo López-Gatell; quien después de haber pronosticado que la pandemia cobraría unos 6,000 muertos y a las 200 mil defunciones ya había perdido toda credibilidad…

 

Por fin ha anunciado el fin de su show; lo que ciertamente que es algo muy novedoso, porque cuando a uno lo corren de una televisora o radiodifusora, no dan chance de despedirse, previniendo que les tiren por coartar la Libertad de Expresión; pues en su caso le dieron jueves y viernes para hacer una recopilación de sus errores y anunciar el fin de la temporada…

 

¡Bendito sea Dios! se escuchó el clamor al saber de la noticia.  Pasando por alto que Milagro a destiempo, no es milagro.

 

Y nos vemos mañana, si el Sol me  presta vida