Diario Libertad

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Don Sata

martes, 2 de noviembre de 2021

 

Opiniones y Comentarios

Julio Ricardo Blanchet Cruz

DiarioLibertad@gmail.com

 

·         ¡Nada nuevo!…

Las conclusiones a las que llegaron los 20 distinguidos y pomadosos parásitos. Aclarando que todos los sapiens somos parásitos; la diferencia es que unos nos damos cuenta y otros no -o no lo quieren reconocer-…

Como los 20 que se reunieron, disque para discutir sobre el cambio climático; y algunas otras cosas, desde luego menos importantes…

Y se dice que no es nada nuevo, porque eso de que van a hacer y no hacen, lo vienen diciendo desde la primera reunión que tuvieron en Berlín allá por el 1999, como una respuesta a la crisis financiera de fines de la década de los 90s; así que no es nada nuevo y hay que ver que solo unos cuantos son los que están mejor.  Los demás no podemos decir lo mismo…

Solo hablan y dicen que para el año 2035 -o cualquier otra fecha, de todas maneras no van a cumplir- las emisiones deberán de haber disminuido en un X %, porque el carbón, y las energías limpias y blá, blá, blá… 

Bueno, se ponen tan interesantes las ponencias de los asistentes, que algunos se dan tiempo para, diríamos en México, “echarse un coyotito”; o “una pestañita”; pero sin llegar a la vistosa cabeceada, porque todos se dan cuenta; el ronquido, o a la babeada…

Como le pasó al Presidente de la Unión Americana, el señor Joe Biden, quien por instantes se quedó dormido; pero eso sí, nunca perdió la compostura.  Pero regresemos con los integrantes del G-20…   

Que no solamente no han cumplido en disminuir las emisiones contaminantes; sino que ni siquiera han cumplido en enviar los apoyos necesarios a las naciones pobres que no tienen acceso a la tecnología, ni dinero para adquirirla…

Como acaba de declararlo el Presidente de Malaui, Lazarus Chakwera, quien les echó en cara que “no han aportado los 100,000 millones de dólares -que es muchísimo dinero; pero más se gastan en armas- que se comprometieron a dar cada año a los países más pobres”.  Ponencia que descaradamente se fusiló el canciller mexicano Ebrard; quien perdido en la auto promoción, pensó que no se iba a notar… 

Pero ¿cuál calentamiento? dicen algunos.  Están haciendo unos fríos terribles; y a destiempo. Mientras otros se quejan de los calores, otros más de las inundaciones y otros más de las sequías, que no había habido desde hace tantos años…

Pero eso es precisamente en lo que consiste el cambio climático; y es que va a cambiar el clima -de Perogrullo- habrá más frio y más calor y más lluvia y el clima se tornará cada vez más extremo…

Hay lagos que se han secado; y las tormentas, ciclones, huracanes, tifones o tornados -que vienen siendo lo mismo, unos en tierra, otros en mar; y su duración y velocidad de los vientos es la que los diferencia, son cada vez más fuertes…

Aunque en esencia son lo mismo y cambian de nombre según la región donde se producen.  Pero son vientos muy fuertes que, si se originan en el mar, traen consigo cargas inusitadas de agua; los de tierra causan terribles destrozos…

Pero con los antecedentes que tenemos de los G 20, de que no cumplen lo que acuerdan, no es atrevido el pensar que tampoco van a cumplir ahora.  El daño que le hemos hecho a La Madre Tierra, lógicamente, no es irreversible; pues la vida renacerá cuando los humanos hayamos desaparecido…

Y no porque se vayan a ir a vivir a otro infortunado Planeta al que contaminarán hasta hartarlo, sino porque nuestra propia actitud nos está llevando al exterminio.  Del que solo sobrevivirán, como siempre sucede, los más fuertes, y los que aprendan a vivir de otra manera…

Tal vez no sepan algunos cuál es el camino que se debe de seguir -que es claro, es el respetar las Leyes de La Naturaleza- pero cuando menos ya deben de saber cuál es el que no se debe volver a repetir…

El panorama es simple.  No se puede seguir contaminando.  Estamos enfermos por comer lo que no debemos; luego entonces actuamos como enfermos al ser el único animal que destruye su hábitat…

El problema es que ya es tarde.  Con los plásticos, el sapiens ha alterado el ritmo biológico que se recuperará hasta que se haya destruido lo último; y eso va para largo.  Por lo que la disyuntiva es simple…

Se está dispuesto a cambiar la forma de vida; sí o no.  Porque se acabaron los milagros; el cambio tiene que empezar por uno mismo.

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.

 

 

 

    

 

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