Opiniones y Comentarios
Julio
Ricardo Blanchet Cruz
* De tornillos y esas cosas…
Echándose la bolita uno a otro; o haciéndose como el Tío
Lolo; cómo se prefiera. Pero lo cierto, es que es la única conclusión a la que
se puede llegar con el asunto de la plagiaria Yasmín Esquivel…
Sobre todo, cuando
es público y sabido que las Universidades son las que entregan los títulos y la
SEP es la que otorga las cédulas profesionales…
Que el AA de Gobernación le haya reprochado a la UNAM por
el asunto de la tesis; era innecesario. Pero
demuestra la animadversión que el Presidente le tiene a la máxima Casa de
Estudios donde él cursó…
A tal grado, que le pidió a la UNAM que ocupe sus
responsabilidades; y así mismo, criticó, con toda la razón, que el Rector Enrique Luis Braue no asumiera la
obligación de seguir el trámite y poner ante la autoridad correspondiente, la
denuncia del plagio…
No porque haya rompimiento entre él y el sufrido esposo
de la tramposa. No, nada de eso. Es para poner el caso bajo su tráfico de
influencias -la bola en su cancha- y que algún juez que aspire a ser
magistrado, declare como válido que doña Yasmín estaba en trance cuando captó la
tesis. Que quede claro que no la copió,
la captó. Y la declare más inocente. Algo
como la Verdad Histórica o el crimen de Estado versión II -más o menos-...
Dado que, para que se pueda otorgar una cédula
profesional, se requiere tener un título de algo -menos el de plagiaria ¡claro!
ese no está contemplado en el plan de estudios-. Pero, sinceramente, requiere tener una cara
muy dura la Ministra Esquivel, para no
presentar su renuncia como Magistrada de la SCJN…
Pues no solamente plagió la tesis, lo que habla de su falta
de ética; sino que, encima, para apoyar su falsedad, mintió públicamente. Y como que una persona tramposa y además mentirosa
-por decir lo menos- no es precisamente la indicada para juzgar los hechos de
los demás. Ni a ese nivel; ni en ninguno
otro…
No obstante, para que la señora Magistrada Esquivel se mantenga ocupada y no siga fastidiando a su marido -debe de ser
un fastidio vivir con una persona qué no sabes cuándo está mintiendo-…
Por lo que, desde este modesto espacio, todo el equipo
nos hacemos solidarios con José María
Rioboo, y le damos la medalla al mérito por su entereza; ya rayana al estoicismo. Pero, bueno; por si le sirve de consuelo, entérese
que no es el único…
El señor Presidente López
Obrador anda más o menos por las mismas.
Y no se necesita ser un experto, analista o científico, para darse cuenta
que, quien lo acompaña por las noches ya bajo las sábanas, es de dónde nacen
las grandes idioteces…
Además; él propio señor Presidente lo ha reconocido. Bien claro dijo en algún cortometraje
mañanero, que ese diablillo que anda por ahí cerca de él, le aconsejó que se
reeligiera en la Presidencia hasta el 2030.
Y el único lugar donde puede estar tranquilo, es en su cama…
Y lo aclaro, porque no se vaya a pensar que se hacía
referencia a la nueva modelo de Cristian DIOrror; pues cualquiera pensaría que
la asesoró en el arreglo la de los martes del Jaguar. Aunque hay voces que dicen que se vistió así
de “llamativa, hechicera, saga, vistosa ¿?” para no desentonar con su marido
junto a esos dos grandotes tan planchados…
Pero regresemos con la señora Magistrada Esquivel, y cómo hacer para mantenerla
ocupada; por lo que, desde aquí, y dado que la gente debe hacer lo que le gusta,
pues es la única forma de ser feliz -nadie puede ser feliz haciendo lo que no
le gusta-…
Se propone, pues además ha demostrado sobradas aptitudes
para ello, que el señor Presidente, después de someterlo a la votación abierta,
la nombre Presidente Nacional de Morena; y al mismo tiempo, nos haga el favor
de desaparecer de los reflectores a Mario
Delgado, quien ya está más quemado que un cerillo de La Central…
Ya de
salida…
Para todos aquellos que opinen que las cosas no han
cambiado, solo hay que ver la celeridad con la que se descubrió que el vagón
del Metro que se desprendió del resto del convoy, no fue por discrepancias
ideológicas, no, nada de eso. La
democracia divide a los pueblos y a las familias, pero no a los vagones del
Metro…
Y aunque todavía no se descarta la hipótesis del sabotaje
ruso; hasta ahora se puede concluir que el vagón se separó, porque se le cayó
un tornillo, que previamente se había aflojado -si no ¿cómo?-. De la falta de mantenimiento no se dijo
absolutamente nada; y del susto, pues menos…
Finalmente, a cualquiera se le puede caer un tornillo, lo
malo del caso, es que no se quieran dar cuenta cuando ya está más flojo que un
diente de leche a los 9 años; que es lo que nos está pasando a los mexicanos.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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