Opiniones y Comentarios
Julio
Ricardo Blanchet Cruz
* ¡Por favor!...
Las enfermedades, cuando no las cura La Madre Naturaleza,
se convierten en crónicas; y por lógica, se van degenerando, es decir, que cada
vez sus manifestaciones son más agudas, intensas, y por ende requieren de más
medicamentos...
Partiendo de la base de que una cosa es la medicina y
otra, casi opuesta, lo es la salud. Como
las medicinas no curan nomás “tarantan” como
decía aquel viejito que tenía reumas; y cuando dejaba de tomar las medicinas,
el dolor regresaba...
Y vaya que las reumas duelen. Le decía un amigo a otro amigo con el que
discutía -amigos como Biden y López Obrador- “Te deseo un buen reuma”
y era como un recordatorio de progenitora...
El ilustre Francois-Merie
Arouet, conocido como Voltaire (1694
- 1778) dijo: “La misión del médico, es entretener al paciente, mientras La
Naturaleza lo cura”; y era médico.
Claro, se podrá decir que de aquél entonces a la fecha, la medicina ha
avanzado tremendamente. Pero no...
Desde aquél entonces hasta la fecha, es lo mismo. Lo que ha avanzado es la cirugía; eso sí. Como las medicinas no curan y las enfermedades
van empeorando, entra al rescate la cirugía...
Y todo, porque a los médicos no les han explicado, que
todos -y todos somos todos los seres vivos- somos el resultado de lo que hemos
comido. Y si lo que se ha comido es lo
que ha enfermado, lo que ha hecho mal, como la diabetes, por poner solo un
ejemplo. Seguir comiendo lo mismo, es cuento
de nunca acabar...
Por consiguiente, la única forma de ser -y estar de otra
manera- es comer de otra manera. De
Perogrullo. Pero así es. Finalmente, la salud no tenía qué ser algo muy
complicado...
Otro que sí que sabía de salud, fue Hipócrates de Cos (460 - 370) considerado, nada más, ni nada menos,
como El Padre de la Medicina. Sentenció: Alimentar a un enfermo, es
alimentar la enfermedad”...
Los animales, cuando se enferman, dejan de comer, se
purgan y toman agua. Y lo mismo hacen
los niños pequeños, no quieren comer. Pero
dígale a un enfermo que deje de comer; y no lo hace. Y que no le dé de comer a su hijo, pues menos-
Lo mismo y hasta lo demandan...
Los pacientes quieren curarse, de eso no hay duda -bueno,
no todos; unos utilizan la enfermedad para manipular a los demás- pero quieren
que los curen, no quieren curarse ellos.
Y así llegamos al mundo de enfermos que estamos viviendo, en manos de
una Industria de miles y miles de millones...
Con ganancias que se antojan inmorales; pues lo que unas farmacias
venden a un “X” precio, la Simi lo
vende 70 % más barato. Los lunes hay 25
% más de descuento; y aún así, gana lo suficiente para hacer ricos a sus dueños...
La medicina es un negocio; la salud es un estado. Y como todo en esta vida es negocio, aclaro
que yo, cuando me enfermo, dejo de comer y tomo Homeopatía. Y nunca me hago análisis de nada; capaz que
me encuentran algo y me operan...
Al tema...
Toda vez que a algunos amigos les envié un vídeo de una
elefanta y su crío que quedaron atrapados en un lodazal, condenados a morir. Una escena angustiante que finalmente tuvo un
buen final; ya que un grupo de hombres con sus tractores, se abocó exitosamente
a rescatarlos; no sin grandes esfuerzos...
Recibí un Telegram en el que me decía que el hombre es
bueno por naturaleza. Mi opinión es que
el hombre es sano por naturaleza; pero se enferma. Y ese es el problema. Hay quienes son capaces de salvar a un
elefante; y hay quienes son capaces de asesinarlo, como el tal “rey” Juan Carlos...
Hay quienes son capaces de ver por la Patria; y hay
quienes son capaces de destruirla. Todo
depende del grado de enfermedad que tengan.
Como el Presidente López Obrador. La mitomanía que padece ya es patológica,
perdón la redundancia, pero es para enfatizar que el individuo está realmente
mal...
Decir que no sabía de los viajes de General -buen título
para una novela, pero nefasto para la 4T- es una reverenda mentira. El presidente tiene que haberlo sabido desde
antes. No existe posibilidad alguna de
que lo ignorara. Y que viajaba con toda
la familia en aviones del Ejército, tampoco...
Y al asegurar que lo desconocía, que lo ignoraba, sale
peor el asunto; pues quiere decir que ni lo pela, ni lo toma en cuenta. Aunque cuando tiene que ir a la escuelita
mañanera, se le cuadra desde que va entrando a Palacio...
Pero si el negarlo fue grave, pues nadie se cree que no
lo sabía; la respuesta que dio cuando fue cuestionado, de ¿Y qué; cuál es el
problema? Lo hace, automáticamente, cómplice de la corrupción. Del engaño a los ciudadanos...
Y ya incalificable, el daño que se le hace a los
soldados, que ven que su Comandante es un corrupto que se pone el uniforme de
campaña para apantallar. Como el otro corrupto de Zelensky, que ya se birló unos cuantos millones con los que
seguramente lavará la sangre que se ha derramado por su estulticia...
Y ya que hablamos de la estulticia y de gente que la pone
en práctica casi a diario, ahí está el ejemplo de Santiago Creel que, independiente
de que es un individuo vengativo, cuando menos eso es lo que dice la
biotipología, los rasgos físicos que delatan la personalidad de la gente; lo
mismo que su firma,
Es un individuo tan devaluado para sí mismo, o sea, con tan baja autoestima, que es capaz de
calificar como “valiente” a Zelensky. Cómo han de estar las cosas para que vea como
valiente a semejante orate tan hipócrita que se anda promocionando por todos
lados...
Esperando que no se les ocurra invitarlo para darle
alguna medalla o llaves o bendiciones a nuestro costo. Aquí ya tenemos bastantes orates hipócritas y
corruptos, como para que traigan a otro.
“No mentir, no robar, no traicionar.
¡Por favor!
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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