Opiniones y Comentarios
Julio
Ricardo Blanchet Cruz DiarioLibertad@gmail.com.mx
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¡Al sonido del cencerro!...
“Donde acaba la Ley, empieza la tiranía”.
William Pitt (1759 - 1806)
Cuando ya las Autoridades no respetan ni los amparos, la violencia es el
único camino que puede seguir un pueblo.
No hay otra vía para que se respeten los derechos individuales; y en ese
caso, los ciudadanos tienen toda la razón de levantarse en armas e iniciar una
revuelta para derrocar a los dictadores.
Siempre ha sido así...
Y es, para asombro de muchos, lo que está a punto de suceder en Israel,
donde el Primer Ministro Benjamín Netanyahu
quiere apoderarse del Poder Judicial para ser él quien nombre a los jueces...
Cualquier semejanza con lo que sucede en México, no es coincidencia, son
cosas de la democracia, el peor sistema de gobierno que puede existir, pues
divide hasta a las familias. Si queremos
a México, debemos de luchar por la República que, según Víctor Hugo (1802 - 1885) “es el clímax
de la civilización”...
Pero para ello, hay que dejarse de cuentos.
Los Ministros de la SCJN y los Magistrados de los Estados, deben de ser
propuestos por las Barras, Colegios de Abogados y Universidades; y electos por
quienes tengan cédula profesional de Abogados...
No por los ciudadanos comunes. Bien decía Friedrich Hegel (1770 - 1831) “El pueblo es aquella parte de la sociedad
que no sabe lo que quiere”. Que es de lo que pretende aprovecharse el detestable
paracaidista de Palacio...
Cuya facie es ya la de una persona desquiciada. Solo hay que observar sus gestos y actitudes
para darse cuenta que el individuo ha perdido los estribos. Lo que quiere decir
que no está tan seguro de que su T de 4ª va a continuar. Aunque en el fondo es
lo que menos le preocupa...
Lo que lo tiene literalmente trastornado, es que quien lo sustituya lo vaya
a meter a la cárcel. Pues son tantos las
arbitrariedades y los delitos que ha cometido -y los que le faltan-. Que es lo menos que le debe pasar...
Y que muchos sean quienes vayan a verlo tras las rejas, no para visitarlo y
ofrecerle su apoyo, pues lo dejarán solo, que es lo que siempre sucede, sino
para ofenderlo -las verdades muchas veces ofenden- y decirle en su cara todo lo
que millones de mexicanos le tienen guardado...
Desde los padres de los niños con cáncer, pasando por los familiares de los
miles y miles de desaparecidos que han vivido un infierno y que esperan que lo
mismo le pase a él; a sus familiares y a su cuerda de delincuentes que lo han
acompañado celebrando sus fechorías...
Entre ellos, el Gobernador de Veracruz que, siguiendo su nefasto ejemplo,
se atreve a regañar a los jueces y decir que no respetará los amparos. Aunque a fuerza de ser sinceros, la culpa no
es solo suya, sino de quienes tienen la Justicia en sus manos, pero que no se
atreven a ejercerla...
Dejando claro, que son tal para cual; o, para decirlo más claro, son la
misma porquería que, por dignidad, nunca debieron de ocupar los cargos que
ostentan. Cuando el Poder Judicial es la
base de todo gobierno, no el presidencialismo...
Que es lo que debe de terminar, si es que se quiere que las cosas
cambien. No es posible que el Ejecutivo
vuelva a quedar en unas solas manos. No
es posible que las “elecciones” decidan el futuro de la Patria y nos pongan a
un patán en la Presidencia o en los Estados...
El parapeto de la democracia, por no decirle show, es la que nos ha llevado
a ser gobernados por auténticos delincuentes, que por todos lados violan impunemente
las Leyes sin que nadie les ponga un freno...
No es posible que sigan haciendo proselitismo comprado con el dinero de
quién sabe quién; pues los muy desvergonzados dicen que no saben quiénes colocan
sus espectaculares y bardas; y sin que se les pida cuentas...
No es posible que se engañen a sí mismos, saludando a una “multitud” que no
existe. Y que, en el mejor de los casos,
no solo no los “pelan”, sino que, hasta claramente, y con todas sus
altisonantes palabras, les mientan la madre...
Baste recordar que López Obrador
ya no viaja en aviones de línea porque nadie quiere sentarse cerca de él; y sus
guardaespaldas no pueden hacer nada para evitar que los pasajeros lo manden a “su
Rancho”...
Propiedad que quién sabe cuándo la compró y menos cuánto le costó -sería
bueno que se indagara- porque el individuo siempre ha sido un parásito que
nunca ha trabajado. Es despreciable: al
igual que Cuitláhuac García, quien
al sonido del cencerro lo sigue como los ratones de Hamelín...
Y que acude a los eventos rodeado de incondicionales para que se sienten a
su alrededor; pero que les piden a los organizadores que no lo mencionen para
evitar las rechiflas y las consabidas mentadas de madre.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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