Diario Libertad

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Don Sata

domingo, 5 de junio de 2016






Opiniones y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
·         In memoria de un grande…

La diferencia entre las religiones arias y las semitas, es que en las segundas a su dios de alguna manera lo hacen nacer como hombre con súper poderes para que realice verdaderas proezas…

Y en las primeras, el hombre, nacido como simple mortal, primero se convierte en héroe, después, siempre acorde a sus logros, lo hacen semi dios, y por último, si se gana el derecho a base de luchar contra lo que hasta entonces parecía imposible, se gana la entrada al Olimpo, que es donde moran los inmortales…

Según la Mitología Griega, los inmortales, los que le han ganado la partida a la muerte, pues siguen viviendo una vez que han dejado esta vida, son iguales que nosotros, solo que inmortales; pues vivirán por siempre…

Para los hindúes es el Nirvana a donde van a dar los que logran subirse a La Barca de los Miles de Años, a la que solo pueden trepar un puñado de hombres cada vez que la embarcación pasa cerca de La Tierra; y lo hace, de ahí su nombre, cada miles años…

Para esas filosofías, el hombre viene a esta vida a luchar por alcanzar un sueño, una meta por él mismo impuesta.  El hombre se forja su propio destino; y creer que a este mundo se viene a sufrir es una reverenda estulticia; pues nadie podría traer al mundo a un hijo para que sufriera.  Sería patético…

Todos somos hijos de El Uno.  Todo cuanto existe es solo la repetición del Uno; y la numeración es ciertamente lo único infinito y eterno que la mente humana puede concebir…

El problema radica en que la inmensa mayoría de los hombres, debido a que pierden el contacto con La Madre Naturaleza -que transmite en FM y nosotros solo captamos AM, por hacerlo didáctico-…

Ignoran cuál fue su propósito al venir a esta Tierra, y en consecuencia no son felices -ya que nadie puede ser feliz haciendo lo que no les gusta- entonces tienen que desempeñar cualquier otra actividad, representar cualquier otro papel, que al no ser el suyo, les cuesta trabajo llevarlo a cabo.  No lo hacen por gusto…

Decía K'ung-fu-tzu (551 – 479) más conocido como Confucio: “Si no quieres trabajar nunca, encuentra entonces qué es lo que te gusta hacer”…

Pues bien.  Uno de los que sabía muy bien a lo que vino a esta Tierra, fue Cassius Marcellus Clay (1942 - 2016) también conocido como Mohamed Alí, quien a base de mucho esfuerzo logró su meta: ser “El Más grande boxeador de todos los tiempos”…

Desde que tenía 18 años, cuando ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Roma, al entrevistarlo preguntándole si incursionaría en el profesionalismo, lo dijo: “Yo soy el más grande de todos los tiempos”…

En aquél entonces se le tomó como un chamaco fanfarrón; y durante mucho tiempo la gente iba a sus peleas para verlo perder.  Pero su grandeza finalmente fue reconocida y se convirtió en un ídolo indiscutible…

Hay quien aspira a ser Campeón de los Barrios.  Otros quieren el campeonato de la Ciudad; del Estado, de la Nación y hasta hay quienes llegan a ser campeones del mundo en cualquier disciplina.  De la década o del Siglo, para mayor abundancia…

Pero ya luchar por ser el mejor de todos los tiempos, es otra dimensión., y habla del enorme espíritu del hombre; ya que lograrlo seguramente que no le fue nada fácil.  Horas y días y meses y años de privaciones; pero Alí tenía muy clara su meta…

Una vez retirado del boxeo se convirtió en una leyenda viviente, que lo mismo le podía llamar por teléfono a cualquier presidente del mundo, que seguro que le tomaba la llamada.  Lo mismo el Dalai Lama, que la reina Isabel, que el Papa, que cualquiera…

Estrechar su mano y platicar con él era un privilegio.  A cualquiera lo envolvía con su charla; como de la misma forma envolvía con su boxeo a sus contrincantes…

Y su muy especial carisma lo dejó plasmado en varias entrevistas que le hicieron, en las que dejó ver su inteligencia, su conocimiento del mundo, y su gran sentido de buen humor…

Hoy que se encuentra al lado de los inmortales, no es hablar bien de él porque la muerte extingue las envidias, sino porque fue un privilegio haber convivido en La Tierra al mismo tiempo con un hombre que se enfrentó a la Justicia  norteamericana (¿?) y además le ganó…

Como también fue un privilegio haber convivido con algunos otros personajes que también deben de vivir en el Nirvana, como el inmenso Mahatma, que nos enseñó el arte de luchar sin violencia…
Antes de Gandhi (1869 - 1948) al que llamaban Bāpu -padre en idioma guyaratí- la lucha y la violencia eran sinónimas.  De ese tamaño es su legado…
    
También antes de Alí el arte de Fistiana era distinto; él enseñó a boxear de otra manera.  Y no habrá un solo boxeador en el mundo para quien su vida no sea una inspiración.  Si él lo hizo, naciendo en un barrio pobre y careciendo casi de todo, entonces cualquiera puede…

Y es cierto, solo que habría que hacer exactamente lo mismo que él hizo; con la salvedad de que el título de “El más Grande de todos los Tiempos” ya tiene dueño; y ese cinturón no está en disputa…

Pero se puede ser el más grande en cualquiera otra cosa, solo hay que saber cuál es el sueño, perseguirlo siempre sin descanso arrostrando problemas, y estar dispuesto a pagar las consecuencias, porque todo tiene un precio…

Solo entonces, prácticamente flotar arriba de un cuadrilátero y además anunciar el raund en el que caería su contrincante; así como dejar de comer y solo tomar agua para correr al Imperio Británico de su Tierra, hasta parecerá algo fácil.  

Cambiando de tema…

En vez de entregarlos a la Justica de los lugares donde cometieron sus felonías, el demagogo Papa argentino que, al igual que todos los políticos prometió muchas cosas y no ha cumplido ninguna, dijo que podrá destituir de sus jugosos cargos a los obispos que protejan los abusos sexuales de los curas pederastas… 
 
Y para que sufran más y paguen con sangre, sudor y lágrimas sus deleznables pecados, tendrán que rezar diariamente todo un rosario, acompañado de tres jaculatorias, tres aves Marías, tres Padres nuestros y 10 Yo pecador…

Aunque en su descargo podría pensarse que no es que el tal Francisco no quiera cumplir sus bien intencionadas promesas, lo que pasa es que la poderosa Curia romana no lo deja; pues no es lo mismo ver desde fuera el mundo, que ya estar sentado en el Trono de san Pedro…

No obstante podría esgrimirse que si no puede cumplir lo que prometió que haría, pues que diga cómo claramente están las cosas, y que renuncie.

Para terminar…

Si no comento nada de las elecciones de hoy, es porque no creo en la democracia; y menos cuando ya se sabe de los fraudes que se hacen y consecuentemente en qué van a terminar las votaciones.  Además de que no soy de los que creen que con la farsa del voto se van a cambiar las cosas…

El muy ilustre Polibio hace XXIII Siglos que dijo: “Las democracias siempre terminan en violencia y anarquía”, puras mentiras, y todavía no entendemos que ese sistema no es el adecuado.  Y Séneca hace XX Siglos opinaba: “La democracia es peor que las guerras o los tiranos”…

Si en vez del show de las elecciones optáramos por formar un Consejo de Ancianos, que es como se manejó el mundo durante milenios, nos evitaríamos el gasto de los Partidos Políticos y sus campañas -la presente costó más de 2,300 millones de pesos, lastimosamente tirados a la basura- y sobre todo nos libraríamos del patético presidencialismo…

Bastaría con que se cumplieran 75 años -por poner solo un ejemplo- para que pasando un exhaustivo examen médico que comprobara su buen estado de salud, fuera suficiente para que se pasara a formar parte del Consejo… 

Desde antes de que se iniciaran las campañas comenté en este mismo espacio que ya sabía quién iba a ganar (¿?) lo que ignoraba y todavía ignoro, es qué va a suceder cuando lo declaren vencedor.

Mañana lo sabremos, si el Sol me presta vida.


  




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