EDITORIAL
Julio Ricardo Blanchet
Cruz
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¿Discriminación o hipocresía?...
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Árbol que creció torcido…
En cualquier otra nación, el que saliera a la luz pública que el presidente
-o el primer ministro- hubiera plagiado parte de su tesis para obtener algún
título, sería obligado a renunciar, ofrecer disculpas y presentar una nueva
tesis -lo menos-…
Pero México es muy especial. Y lo
que algunos pudieran considerar que el hecho es algo sumamente serio, para
otros es solo parte de la venganza de Carmen
Aristegui, que bien sabe que no va a
pasar nada, a pesar de que en dos días se han reunido 100,000 firmas para que
se le retire el título -eso es perder el tiempo y solo hacer ruido-. Pero lo tiene en la mira, y una mujer
vengativa es de temer…
Doña Carmen no cesará en sus
señalamientos; y la más mínima oportunidad que tenga de enlodarlo, lo hará
gustosa. Hacerlo le causará placer, sin
duda, pero no le hará feliz. Nadie puede
ser feliz guardando tanto rencor -merecido o no-…
Pero ciertamente que nadie le quitará la satisfacción de haber colaborado
al desprestigio de este hombre que, dicho sea de paso, nunca debió de haber
llegado a la Presidencia; y quién sabe cómo vaya a terminar…
“Son chamacadas -dicen los corifeos que están al frente
de programas de radio y Tv- que todos
hemos hecho copiando las tareas a nuestros amigos”. La sucesora del esposo de la chantajista, la
señora Denise Maerker, ni siquiera mencionó el asunto de la tesis
plagiada; y eso que fue su primer día como estelarista. “Mal
comienza la semana al que ahorcan en lunes”, dice el refrán y Denise comenzó con el pié equivocado…
Aunque ya era sabido que el individuo es un iletrado que nació con buena estrella
-todavía más burro que Vicente Fox y doña Martha, juntos; lo que ya es
decir bastante-. Pero ciertamente ya no
estaba tan chamaco cuando lo hizo.
Además de que no es precisamente una tarea la que copió...
Pero el hecho ha servido para corroborar el axioma aquel que dice que “árbol que crece torcido, jamás su tronco
endereza”. Peña Nieto así creció: torcido…
En descargo puede argumentarse que no podía esperarse otra cosa de él, que
creció en medio de la corrupción, la prepotencia, las transas y la
impunidad. Eso fue lo que aprendió, y no
tuvo la suficiente inteligencia y entereza para no repetir el esquema…
A pesar de que vivió en carne propia un mundo de oropel en el que la
hipocresía es muy importante, y hay que aceptar los agravios con una sonrisa
-cuando menos hasta que aparezca una prima defensora-…
Lo mismo la esposa que tiene que aceptar en su fiesta de cumpleaños a la
que sabe que es amante de su marido, que los que ponen cara de baqueta, sonríen
y hasta saludan con la mano cuando a uno de ellos le gritan ¡Asesino! donde
quiera que se presenta…
Bien decía el ilustre Lucio Anneo
Séneca (4 antes de esta Era - 65) “El
primer arte que deben aprender los que aspiran al poder, es el de ser capaces
de soportar el odio”. Y hay quienes por
lo visto lo han aprendido muy bien…
Como el gobernador veracruzano Javier
Duarte de Ochoa, medalla de oro y record mundial en corrupción y repudio
ciudadano, que deambula sonriente a pesar de dejar al Estado en la quiebra
total. Y todavía hace declaraciones que
provocan todavía más animadversión por parte de sus conciudadanos…
Y ya que comentamos de vergüenzas y desvergüenzas, resulta que de todos los
ciudadanos del mundo que fueron a Brasil para presenciar los Juegos Olímpicos,
los mexicanos fueron los que más requirieron servicios sexuales…
Y está muy bien; pues cualquiera que haya ido a Brasil de soltero, no sabe
para donde voltear; las brasileñas son bellísimas. Pero el preferir a las de allá y no a las de
aquí, es discriminar lo que el País produce…
Tal vez para no verse malinchistas y enfrentar una demanda es que no
quieren que se profundice sobre el asunto, pues muchos pagaron con tarjetas de
crédito…
No obstante, no se puede soslayar que, sin tener estadísticas que mostrar,
quienes saben del asunto dicen que los mexicanos -tanto hombres como mujeres-
son de los peores amantes del mundo…
Lo que tal vez obedece a los atavismos religiosos tan lamentablemente
arraigados en nuestro medio, que señalan la sexualidad como pecado. Pero lo cierto es que la inmensa mayoría de
las mujeres que se dedican al oficio, no lo hacen de corazón; y ni siquiera
como negocio, sino solo para sobrevivir; y los resultados son generalmente
espantosos…
En resumen, podría decirse que los mexicanos son artesanos del sexo; pero
no artistas. Que incapaces de amar a través
de la sexualidad, convierten en simple trámite lo que debiera ser siempre todo
un acontecimiento…
Todos los animales nos manejamos por los instintos, que son determinados
por las hormonas. El primero es el de la
conservación de la vida; y el segundo la conservación de la especie…
Y encima de eso, somos de las muy pocas especies que no requerimos de
tiempos o temporadas para llevar a cabo el sublime acto sexual; de hecho lo
podemos hacer a cualquier hora del día, los 365 días del año…
Pero algunos -tal vez la mayoría- lo hacen tan mal, que por eso vienen los
adulterios. Ya que hay la esperanza de
que la próxima o el próximo lo haga mejor.
Lo que no sucede con muchos animales, que son monógamos…
Y en ellos el mérito es de las hembras; pues en la Madre Naturaleza las
hembras son las que escogen a la pareja, no los machos. Y en los humanos sucede lo mismo; hasta que
interviene el dinero y entonces se convierte en una simple y vulgar transacción
comercial…
Para terminar, la religión donde a través del sexo se puede llegar a lo
sublime, se llama Tao; y llegar a ser maestro taoísta es un desafío.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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