Opiniones y Comentarios

Julio Ricardo Blanchet Cruz

jrblanchetcruz@hotmail.com

·         A gasolinazo dado, ni dios lo quita …

Que el señor de Malinalco cuando fue nombrado secretario de Relaciones Exteriores, haya declarado que de diplomacia no sabe nada; no debe de sorprender a nadie.  Tampoco sabía nada Claudia Ruiz Massieu…

Ni Enrique Ochos Reza sabe nada de política; ni Aurelio Nuño de Educación; ni Alfredo Castillo de deportes; ni Peña Nieto sabe nada de nada.  Esa es la triste realidad…

En vez de gente preparada para el cargo, se saldan compromisos y se beneficia a amigos y compadres; por eso estamos como estamos; y porqué los mexicanos guadalupanos los han permitido…

Lo lamentablemente cierto, es que desde hace mucho tiempo hemos tenido gabinetes de improvisados, dirigidos por los peores mexicanos que se pudieron haber encontrado en todo el territorio…

Cualquiera, o casi cualquiera, sería mejor presidente que el producto del Atraco-mulco; lo que ya es decir bastante, pues en la fauna política hay cada espécimen como para formar un zoológico del horror…

Pero aquí no pasa nada y gasolinazo dado, ni dios lo quita.  Sin importar los actos de vandalismo de los guadalupanos, ni los cierres de carreteras, ni las ordeñas de ductos, pipas y gasolineras; y mucho menos las pacíficas protestas ciudadanas, lograrán que baje la gasolina.  ¿Cómo van a pagar bonos de casi medio millón de pesos para comprar consciencias si no suben la gasolina?…

Y todo porque no nos acaba de caer el veinte de que un litro de Coca-Cola cuesta que un litro de gasolina; y que es mejor negocio la industria de la Coca-Cola, que la industria petrolera…

Hasta los más recónditos lugares del mundo -excepción hecha de Cuba y de Corea del Norte, donde no se vende “La chispa de la vida”- llegan los camiones de la Coca-Cola.  Ahí donde no llegan las gasolineras; los camiones de papas Sabritas y de pan Bimbo con toda su comida chatarra están presentes…

Son tan inoportunos, por no decirles arrogantes, que anuncian el alza de los hidrocarburos ¡cuando hay desabasto!  Ahora le echan la culpa a los bloqueos carreteros y que no pueden pasar las pipas.  Antes era por la ordeña de ductos y la madre matiana; pero por lo que sea, no puede negarse que carecen completamente de sensibilidad para entender al Pueblo…

Los políticos viven en un vacío mundo que no pueden llenar ni con miles de millones de dólares.  Ni saben lo que es una familia ni un hogar, aunque vivan en una casa de siete millones de billetes verdes…

Son pobres millonarios que no son dueños ni de sus propias vidas.  Pensándolo bien, debe ser espantoso ser Presidente.  Se necesita estar loco o ser un títere para aceptar que tu vida sea dirigida por otros…

Y aunque aparentemente son felices, es ese vacío interior lo que los hace tratar de llenarlo con cosas materiales, o sea, alejándose cada vez más de La Madre Tierra.  Su vida es tan infeliz, que para distraer su desdicha se hacen adictos al poder y al dinero; cuando lo pierden son infelices…

Pero en el fondo, lo que sucede es que, como todos los adictos -adictos a lo que sea.  A la comida, a la bebida, a las drogas, a la televisión, ¡a mentir!, a los celulares, etc.- confunden el placer con la felicidad…

Partiendo de la base de que nadie puede ser feliz haciendo lo que no le gusta, por eso a su modus vivendi le llaman trabajo, porque les cuesta trabajo hacerlo, creen que el placer que les da su adicción les da felicidad…

Pero una cosa es que se estimulen los centros neurológicos del placer y el organismo segregue, serotonina, dopamina, endorfinas, que son las hormonas que proporcionan un estado de relajación y bienestar; y otra cosa muy distinta es que sean felices, pues más de alguno quisiera dejar las adicciones, pero no pueden porque no tienen con qué sustituirlas…

Y en esta vida, le digan lo que le digan y le cuenten lo que le cuenten, la única forma de ser feliz, es hacer lo que uno quiere.  Es tener una meta y luchar día a día por lograrla.  Los que no tienen metas trabajan para los que sí las tienen; es así de claro.   

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.