Opiniones
y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
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De las
democracias de pobres...
La renuncia de la señora de Calderón, no es un show, como algunos piensan; es parte del show. Sus admiradores y apologistas que se rasgan
las vestiduras como si fuera una tragedia; y elogian su sistemática trayectoria
de perdedora…
Hacen que se recuerde a Francisco, VI Duque de La Roche, más
conocido como La Rochefoucauld (1613 –
1680) cuando dijo: “Alabar a los príncipes por las virtudes que
no poseen, equivale a hablar mal de ellos impunemente”…
Cuando todos, hasta ella misma
sabía, o debió de haber sabido, que no tenía ni la más remota posibilidad de
ganar. Y el hecho de que ahora hasta se
la disputen sus otrora adversarios, con todo y sus tres millones de seguidores
¿? pasó de ser una comedia, a ser una burla…
Pues en el caso de que tuviera
tres seguidores -o tres millones- ¿cómo es que puede manejar su voto al decir
que deben de apoyar a tal o cual candidato, como si fuera voto corporativo?...
Eso no quiere decir que la señora Calderón se vaya a salir de la
jugada; si algo tiene es ser constante.
Solo que la constancia tiene dos aceptaciones: cuando se triunfa se
llama perseverancia, empeño. Pero cuando
se fracasa, se suele hablar de necedad y tozudez…
Pero todo es parte del show de la
democracia que pretende facilitar el fraude del que ya todos hablan -y que he
venido advirtiendo desde antes de las “elecciones” del 2012- y que el 1° de
julio lo volverán a hacer…
Finalmente, para legitimar un
fraude, solo hay que reconocerlo. Y si
originalmente al parecer había el acuerdo de que Washington lo hiciera con Meade -candidato sionista que seguiría
la línea neoliberal- las relaciones entre los dos gobiernos no parece ser las
mejores…
Y si a eso se añade que al
calvito del peluquín rubio se le acaba de abrir un boquete bajo la línea de
flotación, ya que oficialmente se ha aceptado que Rusia intervino a su favor y
en contra de la demócrata Hillary, y
ya hay quienes dicen que el caso es todavía más grave que el Watergate…
El asunto de cómo le van a hacer
para que pierda el tabasqueño de amor y paz, es la gran incógnita. Porque si ya no se pueden aliar con Anaya, toda vez que prometió investigar
al propio Peña Nieto…
Y si además se ve difícil que
puedan convencer a Andrés Manuelovich para
que continúe con el neoliberalismo; sobre
todo si lo apoyan los rusos. Las cartas,
según se ve, ya están jugadas…
Y literalmente ya están jugadas;
pues en Las Vegas, donde para nada importa la política, o las simpatías, sino
el dinero, dan como favorito a AMLO…
Ahora bien. Si gana el tabasqueño va a suceder algo muy
parecido a lo que pasó en Venezuela. Los
oligarcas se le van a aventar a cuello.
Y si no tiene la mayoría en el Congreso, solo su alianza con las
igle$ia$ podría salvarlo…
Pero como dios está siempre del
lado de los ricos y poderosos, no sería nada difícil que lo traicionaran y que
al tener muy poco margen de maniobra no pudiera hacer nada de lo que ha
prometido. Trocando la esperanza en frustración. Ya ha sucedido…
Si “gana” otro, puede pasar lo
que ha pasado en Perú, o lo que está sucediendo en Nicaragua, donde sus
ciudadanos, acostumbrados a la guerra, no están dispuestos a callar ante un
fraude descarado…
Y aquí, también acostumbrados a
la guerra y sus horrores -en México hay más muertos que en otras naciones que
están en abierto conflicto bélico- también puede suceder que no pase nada. Como tampoco pasó nada en Coahuila o en el
Estado de México…
Lo interesante del caso es que en
todas las mesas, en todos los salones, en todos los encuentros entre personas,
se habla y se discute sobre las próximas elecciones, los candidatos, los
favoritos y hasta de ¡las encuestas! lo que ya es el colmo de la credibilidad…
Unos dicen que eso es bueno
porque significa que hay interés y habrá participación. Pero lo cierto que el opinar de manera
diferente en cuestiones de política, genera enemistades hasta dentro de las
propias familias…
Pero si la democracia es la
voluntad del Pueblo, entonces la democracia no existe. No puede existir una democracia de
pobres. Por eso es que “Las
democracias siempre terminan en violencia y anarquía”. Polibio (206 – 124)
Y nos vemos mañana, si el Sol me
presta vida.
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