Opiniones
y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
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De la
guerra de mentiras…
Toda vez que la humanidad entera
es un ato de mentiras; hace unos días escribí una apología de lo que parece ser
un código genético de El Universo, pues todos mienten. Bueno, con decirles que hasta las plantas
engañan en esta interminable lucha por la sobrevivencia Los buenos y los malos mienten; y los peores,
si es que puede haber peores, son los que se dicen religiosos…
Y miren que visto todo así desde
fuera, no deja de ser chistoso que se pueda creer en lo que nunca nadie ha
visto, ni verá. Creer en el cielo y el
infierno es lo más absurdo que puede existir…
Andarse preocupando por dónde van
a ir a dar cuando se mueran, y qué van a hacer en el más allá; cuando no saben
ni cómo ni que es lo que vinieron hacer aquí.
Porque eso de estar en la contemplación del Señor, al principio sí; pero
acabará siendo tan aburrido como las mañaneras de AMLO. Sin omitir que hasta
la belleza cansa, como cantaba José José…
Ya creer en milagros sobrenaturales,
es tanto como creer en el conejito de pascua o los reyes magos. Sin embargo, la gente cree en las brujerías,
en el esoterismo, la metafísica, el espiritismo y todo ese tipo de mafufadas;
que llegan a extremos inverosímiles como que hay negocios que alquilan
fantasmas…
Las religiones son formas de
manejo social. Yo te digo lo que es
bueno y lo que es malo y tú obedeces o te atienes a las consecuencias; porque
tu conciencia te lo reprochará mientras vivas.
Y además te vas a ir al infierno y no gozarás de la presencia del
Señor. Cuando la consciencia es una
cuestión cultural…
No puede tener la misma
consciencia un salvaje que vive de La Madre Tierra y debe cuidar de ella para
que ella cuide de él; que un civilizado junior hijo de un líder sindical; o un
estúpido Rey que se complace matando elefantes…
También comenté que en las
guerras el mentir es tan honroso como el valor.
Y afortunadamente se ha presentado la oportunidad de constatarlo con lo
que sucedió en Venezuela con el intento de asonada que llevaron a cabo
Washington y su teatro guiñol teniendo como protagonistas a las marionetas de Leopoldo López, a Juan Guaidó y a Iván Duque…
No obstante, ante la evidencia
del fracaso golpista, los opositores y sus partidarios, que aseguraban que
ahora sí caería Maduro, no quieren
reconocer que perdieron; y alargan indefinidamente el plazo para que caiga el
socialismo que tiene sufriendo a tanta gente…
El caso es que en la mini
reyerta, en la que no hubo ni un solo muerto, se dijeron mentiras al por mayor,
tratando siempre de engañar al Pueblo y llevar agua a su molino...
Para ello, desde Washington deben
de haber contratado a algún desempleado gubernamental mexicano, de esos que
inventaron la más que burda farsa sobre la muerte de la pequeña Paulette…
Porque salir con que el Ministro
de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino,
ya estaba de acuerdo con el Golpe de Estado; y que Putin había entregado a Maduro
a cambio acuerdos comerciales con la Casa Blanca…
Sin soslayar su decir que los
rusos bajaron del avión al Presidente venezolano, que ya estaba listo para huir, conminándolo a que
enfrentara la situación…
Todo ello refirma que en la
guerra y en el amor todo se vale, especialmente mentir. Lo que sucede es que en veces se pasan y ya
no se les puede creer nada.
Y nos vemos mañana, si el Sol me
presta vida.
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