Opiniones y Comentarios

Julio Ricardo Blanchet Cruz

DiarioLibertad@gmail.com

 

·             ¡Quién diría!…

En un mundo atroz, en el que la soberbia es el común denominador de la humanidad que, acorde a sus creencias, se acepta a sí misma como el non plus ultra de La Creación; desde luego muy superior a cualquier otro ser vivo…

Con decirles que hasta se los comen; y algunos hasta ¡vivos! en una tostada de gusanos que al apachurrarlos en la boca se despanzurran y combinan muy bien con lo doradito del totopo.  Las cucarachas fritas son una exquisitez -según ellos ¡claro!-…

Pero los sapiens son tan “inteligentes” que, teniendo ya un pie en otro infeliz planeta al que pudieran llegar a colonizar -dicho no en sentido figurado, sino en el más real de los sentidos- lo que no creo que lleguemos a ver en muchísimos años.  Ya que de aquí a que nazca un “marcianito” le cuelga…

Sin embargo, aún no se dan cuenta de la clase de entes que realmente somos.  El coronavirus y toda su parentela no son nada en comparación a lo peligrosos que somos los “humanos”.  El humano es el depredador de sí mismo.  Que se sepa, los Bichos no se andan matando entre ellos…

Estamos tan mal, que lo recién descubierto en Canadá, que se podría calificar como un genocidio religioso -que se ha repetido una y otra y otra vez a través de la historia- deberá ser el parteaguas en el pensamiento de la humanidad…

No se puede seguir creyendo en mundos fantásticos de gente supuestamente buena; cuando viven del cuento y son capaces de monstruosidades incalificables.  Los representantes de los dioses solo han traído males al hombre…

Que, incapaz de calificarse a sí mismo ante lo absurdo de su propia existencia; pues por otro lado, la OXFAM, el Comité de Oxford de ayuda contra el hambre, fundado en Gran Bretaña en 1942, ha dado a conocer que el hambre se ha disparado en un año y mata a 11 personas por minuto…

Es decir, 660 seres humanos por hora, 15,840 por día y 5,781,600 por año; muchos más de los que mueren por el coronavirus y sus parientes en ese mismo tiempo; y si morir contagiado por el Bicho debe ser terrible, morir de hambre debe de ser aún mucho peor…

Pero como la gente ya no muy cree en el Bicho, ahora salen con que ya llegó a la Unión Americana el virus del Nilo Occidental que, transmitido por los mosquitos, que es capaz de dejar paralizados a quienes tengan el infortunio de ser contagiados…

 

Y lo mejor, para ellos ¡claro! es que no hay ni vacuna ni tratamiento para curarlo o prevenirlo.  Así que ya no estamos en manos de los dioses; sino de los mosquitos.  ¡Quién diría!

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.