Opiniones y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
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Como que no
muy se entiende…
El pasado fin de semana, cientos de ciudades de medio mundo fueron testigo de
las protestas ciudadanas ante el hartazgo del confinamiento, la vacunación
obligatoria y el pasaporte sanitario…
Miles y miles de personas salieron a las calles protestando por lo que
llaman “dictadura sanitaria”; y en algunos lugares fueron reprimidos con
violencia por la policía…
Nuevas cepas traen en jaque a la ciencia.
Pero el que pretendan que cada pariente del Bicho-19 tenga su propia
vacuna, es una locura…
A todo esto, el eminente doctor Anthony
Fauci, quien se encarga junto con una batería de no menos eminentes hombres
de ciencia, de la salud del Presidente Joe
Biden; y que además es considerado como el principal experto en
enfermedades infecciosas que hay en la Unión Americana…
En una entrevista en CCN declaró que se encuentra frustrado porque todavía
el 51% de la población elegible no se ha vacunado. Por eso “suplica” que salgan a vacunarse; y pidió
que las personas vacunadas sigan usando el cubrebocas. Y que sí es necesario reforzar la inmunidad
aplicándose una segunda dosis, mejor…
Pero el facultativo no dijo ni una sola palabra de cómo hacerle para evitar
el contagio -que no fueran las medidas por todos conocidas- y menos qué hacer
si ya ha sido infectado…
O sea, que el mero-mero de la infectología no parece saber más allá de
análisis y vacunas para las epidemias…
Lo que me hace recordar a dos personajes, a Moliere (1622 - 1673) cuando dijo: “casi todos los hombres mueren de
sus medicinas, no de sus enfermedades”.
Y al inmortal Alejandro de Macedonia
(356 - 323) “Muero debido a la ayuda de
demasiados médicos” …
Pero en desagravio de míster Fauci,
también abiertamente dijo que en EE.UU. “vamos
en la dirección equivocada” -lo que no hacía falta ya que es más que
evidente- pero le echó la responsabilidad a los no vacunados y a los que no
usan cubrebocas -adminículo del que es verdadero fanático-…
Lo cierto es que si alguien no hace bien su trabajo y encuentra a quien
responsabilizar de que las cosas no salgan como se planearon, es
afortunado. Como lo es el Presidente de
México Andrés Manuel, quien se cura
en salud con el regreso a las escuelas, y dice que los padres y los maestros
tienen que estar atentos observando a los niños…
Supongo que, si un niño estornuda o tose, lo aislaran de inmediato y
llamarán a sus papás y a las autoridades sanitarias para que desalojen el
inmueble y esterilicen la escuela…
Y no es que uno quiera ser portador de malas noticias para el señor
Presidente; pero tengo unos datos que me dicen que su irreflexivo y autoritario
regreso a clases puede ser un strike para su 4T…
Pues el sentido común indica que más de algún alumno -aunque muchos no
asistirán, pues los padres no los van a arriesgar- podrá contagiarse hasta en
el camino a la escuela y se echarán la pelota entre unos y otros…
Y no puede ser que quieran que se les hagan análisis para que entren a las
aulas. Los niños son el aspecto más sensible de la sociedad y los papás siguen
protestando por la falta de medicamentos para sus hijos con cáncer. Este regreso a clases como que no muy se entiende.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
Somos 194 millones que contagiados por el virus en el mundo que sobrevivimos a los efectos y que obtuvimos inmunidad natural. Los fallecidos son un poco más de 4 millones y las consecuencias del aislamiento y protocolos de seguridad, no evitaron los contagios. Ahora me pregunto, porque no seguimos el ejemplo de Suecia o suiza de tomar medidas congruentes y proteger a los más proclives a fallecer por el virus. Se provocó un temor que afecta el sentido de la vida y de manera irreflexiva obedecemos lo que la infectocracia ordena con su famoso semáforo. La ciencia no tiene o no puede acabar con el bicho y tampoco puede predecir cuando desaparecerá como con el de la gripe española. Muy buen artículo nos mueve a reflexionar.
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