Opiniones y Comentarios

                                                                                                               Julio Ricardo Blanchet Cruz                                                                                                              DiarioLibertad@gmail.com.mx

·         Todes vs, todes.  ¡Se armó!...

La importancia del conocimiento de uno mismo.  El gran misterio para la humanidad; que aún no conoce su destino.  Y, en consecuencia, salimos más que sobrando como habitantes de este Planeta…

Toda vez que nuestro destino no puede ser tan mezquino, tan ruin, como destruir todo lo que se encuentra en el camino; incluyéndonos los unos y los otros.  Nuestro destino, como especie -todas las especies tienen una misión, una razón de existir- no puede ser el hacer la guerra, el matar.  Algo anda mal…

Y así seguirá, mal, mientras individualmente no se conozcan las personas a sí mismas y sepan por qué y para qué están en este momento, aquí en este Planeta  

Partiendo de la base de que nadie puede amar lo que no conoce. Quien no se acepta a sí mismo como es, en consecuencia, no podrá aceptar a los demás, sean como sean.  Todas esas personas que se hacen cirugía plástica -no por accidente o reconstructiva- no se aceptan como son y quieren ser de otra manera…

Tampoco se aceptan como son, quienes se cambian el nombre, se ponen pelucas o reniegan de sus familias.  Y ya no se diga, los que aparentemente cambian de sexo.  Y se dice aparentemente; pues, aunque se operen y se retaquen de hormonas, un análisis de su sangre los delatará…

Biológicamente, en La Naturaleza solo hay dos sexos.  Hembra y macho.  Todo lo demás es antinatural, es decir, que en la naturaleza no existe.  Y quienes tienen ese tipo de confusiones, reales -o imitadas, que es el peligro que corren los menores- van contra natura y la vida les es ciertamente pesada…

Que es el problema de quienes no se conocen a sí mismos, pues como no saben lo que quieren, no tienen metas en sus vidas y por consiguiente se andan atravesando en las vidas de los demás.  Que tampoco muy saben su destino, pero cuando menos van por el camino adecuado…

Quienes se cubren con la bandera del arcoíris, son personas lógicamente inestables, que como no se conocen, no se quieren a sí mismas y quieren ser de otra manera.  Pero nunca estarán satisfechas mientras no se acepten a sí mismas…

Pero para esto, primero tienen que saber quiénes son.  Y como nadie puede querer lo que no conoce; no pueden quererse a sí mismos.  Como consecuencia, difícil será que alguien los quiera.  Ni entre ellos mismos se quieren, compiten entre ellos, pues todos persiguen lo mismo…

Y todo esto se trae a cuento, porque en Inglaterra, hoy de luto por la muerte de su Soberana, un grupo de lesbianas, que normalmente se llevan bien con su contraparte, los homosexuales…

Armaron la gorda; pues se agarraron de las greñas -se desgreñaron- las lesbianas con los disque hombres que ahora disque son mujeres. Y entre otras cosas, protestaban porque no quieren que los trans entren a los baños de mujeres.  Lo cierto es que los trans, de uno y de otro lado, no son bien aceptados, ni entre ellos…

Una mujer que actúa como hombre, es tan ridícula, como lo debe de ser para las mujeres, un hombre que actúa como mujer.  Pero hay un hecho que hace patente la inestabilidad mental de las personas que no se aceptan a sí mismas y quieren cambiar de sexo…

Y es que los suicidios entre ellos han aumentado considerablemente; ya sea por el rechazo social, o por el rechazo que en su soledad tienen de sí mismos.  Pero de una u otra forma, lo que es cierto, es que en realidad no la llevan fácil…

Y no es de ninguna manera loable, el agredir, en ninguna de las formas, a quien merece conmiseración.  Pues si antes, que la pasaban de manera discreta, ya eran estigmatizados; los que ahora quieren hacer apología de su problemática, se han acarreado más animadversiones.

Hoy viernes, a las 15:00Hrs. despediremos la semana desde Magia, en el 93.7 de FM -o por la Internet-  y desde tempranito por aquí, si el Sol me presta vida.