EDITORIAL Hartos de las promesas incumplidas que Mariano Rajoy repartió durante su campaña a la presidencia de España, las que hicieron que se le calificara como un despreciable demagogo que engañó a los votantes. Pues finalmente impuso, de acuerdo con los organismos financieros internacionales, medidas de austeridad que han llevado a la sociedad española a vivir en el desempleo, la pobreza y la desigualdad.  Y a muchos ciudadanos a la desesperanza y a optar por el suicidio al ver perdido todo su patrimonio, a tal grado de no tener ni en dónde vivir. Sin soslayar la escandalosa corrupción que ha signado al Partido Popular, y que desde luego ha alcanzado al vergonzante demagogo.  Quien a pesar de ser el responsable de la debacle electoral, ya que prácticamente perdió todas las mayorías absolutas de las grandes capitales en las que gobernaba, y al estar prácticamente fuera del gobierno de comunidades autónomas como Murcia, Valencia, La Mancha, Aragón, Castilla y Cantabria; sin por supuesto omitir Madrid. Todavía mantiene, a través de sus voceros, pues cobardemente no ha dado la cara y mantiene un hermetismo absoluto, un discurso triunfalista, al insistir en que el PP ha ganado las elecciones, tanto en número de votos como en número de concejales. Y aunque ciertamente seis de cada diez españoles votaron por el PP o por el PSOE, las cosas ya han comenzado a cambiar y se requerirán alianzas entre todos los partidos para poder seguir gobernando. Lo que demuestra la importancia de acudir a votar cuando hay elecciones; pues aunque el sufragio de ninguna manera garantiza que haya democracia y que por ende el poder radique en el pueblo, de alguna manera, y solo cuando les conviene, se respeta. Pues ahí está el caso de la votación que se llevó a cabo en Cataluña para independizarse de Madrid; donde una mayoría votó a favor de la secesión y sin embargo su opinión no fue respetada. Lo que no sucederá en México, donde desde ahora se puede anticipar que las elecciones del próximo 7 de junio serán fraudulentas y sin duda darán como resultado un triunfo del partido oficialista. A pesar de que han sido innumerables las denuncias de que el PRI está comprando votos y que hasta en Francia se hayan ya hecho públicos los descarados actos de corrupción.  Lo importante en tierras aztecas no es saber si va a haber fraude o no; o si el PRI va a conservar su hegemonía.  Eso ya se sabe que va a suceder.  Lo que se desconoce es cuál será la reacción del Pueblo en cuanto den oficialmente por triunfadores a una caterva de indeseables por quienes no votarán ni sus más allegados familiares. Los escandalosos casos de corrupción protagonizados desde la presidencia y las más altas esferas políticas, las antidemocráticas decisiones que se tomaron para modificar la Constitución y acabar de entregar las riquezas de la patria a los oligarcas, más los crímenes de Estado que se continúan perpetrando que ya le han dado la vuelta al mundo y la absoluta falta de atención a las recomendaciones de la ONU en cuanto a la tortura y los derechos del niño, no serán suficientes para que pueda evitarse el fraude electoral. Ya que de perder la mayoría en la Cámara de diputados se echarían abajo las nefastas reformas, y a no dudar que se promovería el juicio político al Presidente, quien podría ir a la cárcel en compañía de muchos de sus cómplices colaboradores. Pero aunque el 21 del diciembre del 2012 preveía un cambio de Era, sería demasiado tener la esperanza de que en México se aplicara el Estado de derecho, sobre todo porque no existe la división de Poderes y aunque los diputados que ganaran la mayoría lo impulsaran, los compromisos con los aparatos de justicia son tan grandes que nada sucedería.

Opiniones y Comentarios

Julio Ricardo Blanchet Cruz

jrbc@diariolibertad.org.mx

·         Entre el dispendio, las matanzas y el cinismo…

En el colmo del cinismo y la desvergüenza, pero haciendo válido aquello de que dios los hace y ellos se juntan.  El hecho de que los integrantes del Consejo General del Instituto Nacional Electoral hayan “cerrado filas” en torno al patán de su presidente, el tal Lorenzo Córdoba Vianello…

Lejos de logar el propósito emitido en el comunicado conjunto de que reprochaban los intentos deliberados para lastimar a la Institución y erosionar su credibilidad (¿?) de cara a las elecciones del próximo 7 de junio…

Lo que consiguieron fue que los ciudadanos corroboren su desconfianza hacia todos ellos y que se confirme que son una carretada de patanes vividores en los que definitivamente no se les puede confiar ni un saco de alacranes…

Y todo ello, independientemente de que es más que sabido que el disque independiente Instituto continúa siendo la misma porquería que ha sido y que seguir manteniendo a esa bola de parásitos carece completamente de sentido…

Coloquialmente se puede decir en el argot del Pueblo, que lo que quiso decir el patán mayor, es que los hijos de la tiznada somos nosotros los ciudadanos que pretendemos desprestigiarlo, cuando sí algo no tiene el tipo, es prestigio, o mejor dicho, un buen prestigio…

Ya que desde que andaba haciendo campaña en Televisa para ver si obtenía el suculento hueso, se notaba que lo único que tenía era una carencia absoluta de dignidad y por supuesto de compromiso democrático…

Y que precisamente por eso, por carecer de ética y de escrúpulos, fue por lo que lo designaron consejero presidente…

Pero hagan lo que hagan, aunado a lo que están haciendo de hacerse de la vista gorda ante los más que evidentes y documentados delitos electorales de los que ya hasta en otros países han dado cuenta… 

 

El que todavía haya agregado que “El país no se beneficia de esas conductas en un momento crucial para la reproducción pacífica de los poderes públicos”, merece que se le responda si con sus conductas México sí se beneficia…

Asegurar que “las elecciones están en marcha y por buen camino”, solo ratifica que el fraude es ya un hecho.  Pues con compra de votos o sin ello, emularán a Felipe Calderón, el detestable michoacano que usurpó la presidencia y todavía se atrevió a decir cínicamente “háiga sido como háiga sido”…

El ir a votar o no hacerlo, en nada cambiarán las cosas.  Las cartas están jugadas y solo nos queda el llevar a cabo un boicot a las empresas de los oligarcas.  Las marchas y los plantones que se han repetido desde que a Cárdenas le robaron la presidencia, sobradamente han demostrado que no sirven para otra cosa que no sea reprimir aún más las manifestaciones…

Y pensar que podemos llegar a un diferente fin siguiendo por el mismo camino, es francamente una absoluta falta de sentido común.  Cuando menos hay que intentar otras maneras; en el entendido de que la violencia no es el camino del progreso o del cambio, sino del atraso…

Hay que recordar que el principio de la Revolución fue el sufragio efectivo y la no reelección; y que hay el sufragio es una burla y la no reelección la han echado ya al cesto de la basura…

¿Cómo se puede pensar en que los sátrapas estos tienen el más mínimo interés en la Patria y en los ciudadanos, cuando el producto del Atraco-mulco, con un país en quiebra económica y literalmente incendiado, todavía se va de viaje y alquila una suite en un hotel y paga casi $150,000.00 por solo tres noches?  Cuando con esa cantidad una familia podría pagar una renta de $2,500.00 ¡por cinco años!

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.