EDITORIAL
En lo que pudiera
pensarse que fue una maniobra para que los migrantes ni piensen en la
civilizada Dinamarca, sus diputados aprobaron nuevas leyes que permiten al
Estado confiscar el dinero y los bienes de los éstos para pagar su estadía en los
albergues.
Desde luego se puede
pensar que los migrantes, después de años de guerra, no podrán traer consigo
muchos bienes. Las fotografías y videos
lo hacen evidente.
Es como cuando las
correspondientes autoridades dicen que los “polleros” -los contrabandistas de
personas- les cobran miles de dólares a quienes desde Centroamérica y México
quieren llegar a EEUU.
Cuando quien tiene unos
miles de dólares no va de su patria -a menos que haya cometido algún delito-. Con ese dinero puede conseguir un pasaporte y
los papeles necesarios para cruzar la frontera.
Las Autoridades a
través de los medios de comunicación, les hacen creer a los ciudadanos cosas
inverosímiles; y solo se caen cuando son pasadas por el filtro de la razón; y
en veces, ni así. El fanatismo es así.
Como cuando dicen que
en seis años que duró el Holocausto, en los centros de exterminio fueron
eliminados seis millones de judíos.
Y si en seis años los
nazis eliminaron a seis millones, quiere decir que eliminaron a un millón de
judíos cada año. Y un millón, entre 365
días que tiene cada año, dice que en los centros exterminaron 2,739.726 judíos
cada 24 horas.
Lo que nos lleva a concluir
que cada hora asesinaban e incineraban 114 seres humanos. O sea, casi dos por minuto.
Cada cual puede tener una
opinión; aunque esta no sea propia. Así
es; y es válido. Unos hablan todos los
días del Holocausto y otros dicen que es una mentira sionista para hacerse las
víctimas. Pero las cifras no mienten.
Y el caso de la Verdad
Histórica sobre Ayotzinapa ha arrojado datos de expertos que han informado lo
que tarda un cuerpo en ser incinerado. Y
ni destinando a todos los hombres que el Ejército nazi tenía en los frentes,
podían haberlo hecho.
Los que dicen que
fueron asesinados, no fueron bombardeados y murieron por miles. Fueron detenidos, asesinados, incinerados y
convertidos en aceites para engrasar los engranajes de los tanques, y con sus
pieles han manufacturado cualquier clase de artículos; según dicen, y cosas
peores.
Sin soslayar que no
nada más los detuvieron en Alemania. Polonia, Austria y Francia los enviaron por
miles a los campos de concentración; que no de exterminio pues tenían que
trabajar.
El caso es que en Copenhague,
hermosa ciudad donde “vive” sobre una roca la bellísima sirenita de Hans Christian Anderson (1805 - 1875) los
refugiados protestaron la aprobación de las nuevas leyes.
Y muchos comparan la
denominada "ley de las joyas" con la confiscación de los bienes de judíos
durante el Holocausto. Además de que también retrasarán la reunificación de las
familias.
Pero en la Península los daneses no son los únicos
que no quieren migrantes. Suecia anunció que expulsará hasta 80,000 refugiados
en los próximos años.
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