Diario Libertad

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Don Sata

lunes, 29 de febrero de 2016



Opiniones y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
·         No te preocupes…

Después de que por cielo mar y tierra le han tundido bien y bonito al gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, responsabilizándolo de todo lo que sucede en la Entidad…

Cuando solo era por la inseguridad, los asesinatos, los desaparecidos y en una palabra, la violencia, la sociedad protestó, pero aguantó, tal vez pensando que lo mismo sucede en todos lados…

Los asesinatos de periodistas, conforme se fueron presentando levantaron ámpula; pero las agresiones a los inmuebles de algunos medios disuadieron a los demás de seguir protestando.  Pero como los tutsis y los pingüinos, no pasó nada…

Para ese entonces el Gobierno ya no tenía dinero y los proveedores sufrieron las consecuencias por los impagos.  Muchos tuvieron que cerrar y los demás ya no querían trabajar con el gobierno si no les pagaban por adelantado.  Pero ¡Nada! Todo quedaba en protestas…

Los propios empleados de diferentes dependencias sufrieron retrasos y muchos son los que todavía no cobran completo su aguinaldo.  ¡Vaya! hasta los jueces y secretarios de los juzgados fueron perjudicados pues no recibían sus salarios y los amenazaron diciendo que si protestaban los corrían.  Resultado: ¡Nada! Se seguía aguantando…

Ya cuando toda la sociedad, incluyendo a los políticos de todas las filiaciones -perdón, de la misma filiación, el dinero- esperaban que el no pagarles a los jubilados y pensionados era el colmo, la inconformidad solo quedó en protestas ya olvidadas y medio les pagó, pero todavía adeuda mucho…

Cuando los de la tercera edad se plantaron frente a sus oficinas en el edificio de Gobierno, protestando porque no les habían cumplido la promesa de pagarles y fueron desalojados a empujones por las fuerzas del orden, unánime fue la opinión de que se había pasado de la raya y que por menos otros gobernadores habían caído.  Que cuándo menos debía de pedirle la renuncia al Secretario de Seguridad.  Pero: otra vez ¡nada!  De ahí no pasó…   

Ya era sabido desde tiempo atrás que el adeudo a la Universidad Veracruzana era muy grande; pero las promesas y las tensiones se fueron alargando cuando lo pactado no se respetó y las declaraciones de que el Gobierno no le debía nada a la UV agravaron aún más las cosas, y entonces la situación se comenzó a presurizar en serio…

A Duarte se le advirtió hasta el cansancio que con los estudiantes no debía de meterse, pero no hizo caso y en su momento todo estalló.  Las manifestaciones jueves y viernes de la semana pasada por parte de los estudiantes de la UV, los jubilados y pensionados -a los que no acaba de pagarles- y demás organizaciones inconformes y solidarias, deberían de haberlo hecho reflexionar sobre el problema en el que estaba metido; y el problema es que no hay dinero para resolverlo…

El faltante de que se le hace responsable y del que no ha rendido cuentas, es muy grande para él y su camarilla.  El dinero, indica el sentid común, debe de haberlo repartido con alguien…

Y solo se puede pensar en Los Pinos; ya que de allá salió la orden a Beltrones para que ratificara y presionara a los panistas con acusar a cualquiera de sus gobernadores de irregularidades -no hay uno que esté limpio- para equilibrar la balanza y nivelar fuerzas…

Pero el problema no se ha solucionado y mientras no les paguen continuará.  Ya olvídense de lo que descaradamente les transaron a las empresas que trabajaban con la SEV; pues descaradamente tomaron dinero que los maestros ya habían pagado y no solo lo jinetearon, ¡se lo embolsaron! -o fue parte de lo que mandaron allá a donde protegen a los delincuentes leales-… 

Pero para ver en qué puede acabar todo esto, a pesar de que se trate de estudiantes, hay que estar conscientes de que no solo se pide la renuncia de Javier Duarte de Ochoa, sino también la de Enrique Peña Nieto…

Y como a eso niveles les hacen los mandados -de recordar el “haiga sido como háiga sido”- el esposo de La Gaviota no renunciará, y Duarte de Ochoa tampoco…

Y todo terminará cuando a doña Rosario Robles Berlanga la acusaron de desviar dinero.  Cuando más fuerte estaba el escándalo, el producto del Atraco-mulco dijo: “No te preocupes Rosario”.  A Rosario la cambiaron y nunca se preocupó.

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.

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