EDITORIAL
Sospechosa la actitud
del ex presidente brasileño Luiz Inacio
Lula da Silva; quien después de haber sido llevado a interrogar -que no
detenido- sobre el escándalo de corrupción en la petrolera estatal, Petrobras
-la Pemex de allá- haya decidido lanzarse a las calles pidiéndole a sus
seguidores que no lo dejen solo y se dijo dispuesto a recorrer el país -diríase
que en plan de candidato-.
En vez de comportarse
dignamente y, sin justificar su detención y el allanamiento de su casa y oficina;
así como las de sus familiares y socios, declarar bien sobre la justicia, que
con ello prueba que no tiene distingos. Y
de paso aclarar, que si no lo detuvieron es porque no tiene ninguna relación
con el caso.
Aunque por su populachera
reacción, también encaminada a apoyar a su hechura política, Dilma Rouseff, a quien el movimiento para destituirla como Presidente
ya le está alcanzando.
Pero le puede pasar lo
mismo que a Humberto Moreira, a quien
después de apuradamente liberarlo, salió huyendo y se refugió donde sabe que la
justicia no puede alcanzarlo; aunque desde España le sigan sacando sus trapitos
al Sol y dando a conocer cómo intervino el gobierno de México. Ya aquí está a salvo.
Ocasionando de esa
manera que aumente la ya de por sí nula credibilidad hacia las Autoridades; y
asimismo la certeza de que el individuo es todo lo que se dice de él.
Y no se le puede
considerar tan inconsciente, como para que antes de dormir no recuerde que la
muerte de su hijo recae sobre él. ¡Vaya
tormento! Valdría la pena preguntarle si
valió la pena.
Y si Lula adoptó esa posición de pedir que
el Pueblo lo apoye -quien es inocente y confía en la justicia, no tiene que
pedir apoyo y salir a las calles- tal vez sea para que cuando las Autoridades
determinen su responsabilidad, se diga perseguido político; pues es el máximo
dirigente del Partido en el Poder, el de los Trabajadores; y hasta hoy sonaba
como el más probable candidato de su Partido para las elecciones del 2018, lo
que se caería si Dilma Rouseff es
destituida y enjuiciada.
Opiniones
y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
·
No se miden…
Si el presidente de México, Enrique
Peña Nieto, se sintió herido en su amor propio cuando en abril del 2014,
durante una cumbre en Panamá, al ser presentado mencionando su investidura,
nadie le aplaudió…
Al año siguiente, su ego literalmente se derrumbó, cuando ¡nadie le
aplaudió! después de tomar el micrófono
en una de esas reuniones que a diario hacen los políticos, pero que no sirven
para nada, pues nadie les cree lo que dicen en sus sabidos discursos
demagógicos; solo lo hacen para publicitarse a sí mismos. Y él mismo lo dijo cuando no se habían cerrado
los micrófonos “ya sé que no aplauden”…
Y de tal magnitud fue el golpazo que recibió su justificada soberbia -a
esa edad con ese poder, perdió el piso- que se le veía demacrado. No asimilaba que la parte absurda del protocolo
político-social son los aplausos; y a él no le aplaudían -la mayoría de las
veces los aplausos son inmerecidos e injustificados; pues veces no sabes ni
quienes son ni que han hecho para merecerlos-…
Entonces se vía tan mal, que fue cuando se corrió el rumor de que
padecía el temido cáncer. Pocos
entendieron que estar casado con La Gaviota, dicho sea con todo respeto,
no es para menos; antes no se murió estragado…
Sin soslayar que la relación con hijos ajenos, la mayoría de las veces
no es fácil y llega a ser la causa de divorcios y separaciones. Si educar a los propios es difícil, a los
ajenos, pues más. Por ahí dicen que “a
las madrastras ni Walt Disney las quiere”…
El caso es que si este infeliz y mortal terrestre se veía tan mal con
el desaire que le hicieron, que sus secretarios entendieron la causa y desde
ese significativo parte aguas se tiene que aplaudir, no solo cuando Peña Nieto sea presentado o termine su
discurso, informe u lo que sea, sino cuando ni siquiera esté presente..
Y no es broma, ahora “Aunque usted no lo crea” cuándo en las
reuniones de gabinete se menciona su nombre y se destacan sus múltiples obras y
méritos, se le aplaude -son una bola de empalagosos serviles; al rato lo hacen
emperador: Enrique I-…
De imaginarse cómo se sentiría el dios de los cristianos, cuando en la
vieja Rusia de los Zares, laica desde la revolución de 1917, pero con profundas
raíces idólatras que nunca se olvidaron a pesar de que desde ese entonces lo
primero que se enseñaba en las escuelas era que dios no existía…
Un individuo, de nombre Viktor
Krasnov, de 38 años, tuvo el
atrevimiento de decir que “Dios
no existe”. Y por si fuera poco,
también aseguró que “la Biblia es un
compendio de cuentos judíos y ¡una pendejada!”…
Y como lo dijo en la Red, que se
enteran en el Comité de Instrucción de Rusia, porque hubo dos participantes en
una ciber plática que lo denunciaron, y ahora el individuo enfrenta un
juicio por “¡ofender los sentimientos religiosos de los creyentes!” que lo
puede llevar a la cárcel ¡por un año!...
Así de grave es el no creer en
nada y creer en uno mismo; cuando hace XXVII Siglos, Pitágoras (570? – 495?) dijo:
“Quien sigue el camino de otro, nunca
encuentra el suyo”…
Delito, el ofender los sentimientos religiosos de los creyentes, no estaba
contemplado en la legislación penal rusa, pero se redactó a raíz del sonado
caso sucedido en febrero del 2012 cuando las integrantes del grupo musical Pussy
Riot, interpretaron en la Catedral de Cristo Redentor, el principal templo
de Moscú, una “oración punk” opositora
al presidente Vladimir Putin
y a Kirill -Cirilo- el Patriarca de la Iglesia
Ortodoxa a quien llaman “El Papa negro”
por su vestimenta…
Igual de rica, ostentosa y
desfasada que la de Francisco; al que
ahora también algunos también llaman Papa Negro, por ser jesuita y porque según
las profecías de Michel de Nôtre-Dame (1503 – 1566) llamado Nostradamus, será el último Papa de la
Historia…
Y está bien que sea ateo sea un
pecado, finalmente a los ateos con toda seguridad poco les importan el cielo y
el infierno de los creyentes; pero que no creer en ninguno de los múltiples
dioses que hay por todo el mundo sea ¡un delito! ya habla de una patética estulticia.
Por cierto que Don Sata solo es
uno y los dioses, santos y vírgenes son muchísimos. Y todos alevosamente le echan montón. Pero ha de ser combateca porque siempre les
gana...
Sobre todo porque mientras se
ponían de acuerdo los honorables legisladores y los no menos honorables
representantes de su dios en La Tierra (¿?) en cómo es que deberían castigar
ese terrible delito de no creer en Jesús.
Y como se negaron a pedir perdón públicamente, las jóvenes intérpretes
se pasaron dos años tras las rejas. No
se miden.
Y sin salirnos de los mitos "divinos"…
Toda vez que en Australia decenas
de jóvenes que han sido víctimas de los pederastas representantes de Jesús en
La Tierra ¡se han suicidado! el cardenal George
Pell, principal asesor financiero del papa Francisco -no se sabe si era el más indicado para asistir en lugar
de otro que entendiera de humanidades, no de dinero- se reunió con algunas de las víctimas que viajaron a Roma para estar
presentes durante los cuatro días de testimonios por video ante la Real
Comisión Australiana que investiga cómo la Iglesia católica y otras
instituciones respondieron al abuso sexual de menores durante décadas…
Y después de todo lo que se escuchó, el cardenal,
entre abrazos y pucheros no solo pidió perdón por los abusos cometidos y porque
no se atendieron esas denuncias hechas desde hace décadas -las que obviamente
no sirvió para nada-…
También pidió que no se perdiera la confianza en
su iglesia y la fe en Jesús, el dios todo poderoso cristo -el mismo que no hizo
nada para evitar las violaciones- Y asimismo,
como todo buen político, prometió poner fin a la ola de suicidios causada por
el escándalo de los abusos sexuales…
Y aunque no dijo cómo es que le pondrá fin, se
supone que ahora sí su dios, tan susceptible a los halagos y tan pedante que
necesitan pedirle las cosas por los conductos adecuados, ya que de lo contario
no hace ningún caso, si intervendrá con algún milagrito…
Porque de otra manera, mientras el Vaticano siga protegiendo
a los pederastas, sigan impunes los delitos y no los metan a la cárcel, se ve
difícil que puedan siquiera disminuir los abusos a menores, no se diga acabar
con esas lacras sociales que tal vez estarían mejor muertos…
Todo el show de perdones, pucheros y promesas de
justicia se llevó a cabo después de recibir a algunas de las víctimas de los abusos
y de reconocer que no actuó en reacción a las denuncias hechas desde hace
décadas…
Cabe hacer notar, que el hoy cardenal era
sacerdote de la localidad de Ballarat y obispo auxiliar en Melbourne, cuando
cinco sacerdotes del lugar fueron acusados de pederastia y él no hizo nada…
Lo que hace recordar al crítico literario inglés William Hazlitt (1778 – 1830) cuando
dijo que “La hipocresía es el único vicio
que no puede perdonarse. El arrepentimiento de un hipócrita es de por sí una
hipocresía”.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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