Diario Libertad

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Don Sata

miércoles, 17 de enero de 2018

Opiniones y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz

·                   Como perico a toallazos…

Si bien es cierto que no le pasó nada, el toallazo que recibió el Papa argentino a bordo del papamóvil en su periplo chileno, no solo habla de la deficiente seguridad que debe de rodear a un personaje de este tipo…

Sin soslayar que el Dalai Lama no anda con semejantes aparatos de seguridad.  Como tampoco lo hacía el expresidente de Uruguay, Don Pepe Múgica, quien sin duda pasará a la Historia como un ejemplo a seguir en la política cualesquiera que sea la ideología…

Mejor corrijo, porque todos tienen la misma ideología, el dinero y el Poder; o cuando menos la tenían hasta que Don Pepe demostró la calidad de espíritu que tiene.  Y seguro que no necesita más…

El toallazo, que hasta el momento no se sabe quién lo arrojó; ni si detuvieron al que lo hizo.  Ni si lo van a acusar; y ¿de qué lo van a acusar? ¿Lo crucificarán?  Lo ex comulgarán y se irá al infierno para toda la eternidad…

Solo por confundir al Papa con un perico y por eso lo agarró a toallazos; o porque en un arranque de idólatra euforia se sintió un manager protector de su pupilo -confundió a Francisco con un boxeador y por eso le aventó la toalla-…

También serviría de defensa, que el agresor quiso demostrarles a los encargados de la seguridad que había deficiencias que podían ser terribles.  El caso es que excusas y defensas a favor y en contra del agresor puede haber muchas más…

Pero a quién  lo hizo se le debe castigar debidamente.  Como pasó con Alí Agca, que fue quien baleó al papa polaco en la Plaza de san Pedro y se pasó muchos años en la cárcel; solo que en este caso del toallazo no parece que haya elementos suficientes…

Y el hecho, que deberá reforzar la seguridad, en eso quedará.  Pero demostró hasta dónde hemos llegado, que al papa iberoamericano de alguna forma lo agreden.  Sin omitir que después de las manifestaciones en contra de su vista que generaron movilizaciones policíacas para detenerlas; sin tampoco excluir las iglesias quemadas, debieron ser hechos que advirtieran a las autoridades que deberían tener más cuidado con el Pontífice…

Sobre todo, porque si como ración de las protestas por su visita se incluían pancartas en las que se leía: “¿Cómo puedes hablar de paz si proteges a pederastas?”, la irritación se agravó cuando uno de los obispos de nombre Juan Barros que ofició con Francisco la misa en la Plaza O´Higgnins, ha sido acusado en repetidas ocasiones de proteger a un cura pederasta llamado Fernando Karadima -ya suspendido de por vida por el Vaticano al comprobarse que abusó sexualmente de menores de edad-

Porque declarar que le dolía y pedía perdón por los actos de pederastia que han cometido los sacerdotes -80- y por quienes los han protegido; cuando por otro lado se hace acompañar de uno de ellos, ya fue tomado como burla…

Sobre todo si se recuerda que en febrero del año pasado redujo las sentencias de un grupo de curas pederastas, aduciendo la visión misericordiosa como una fuente de “sanación y de gracia” ¿?...

Si hubo tiempos en que se creyó que la palabra del Papa era incontestable; hoy ya se pone en duda.  Al igual que se pone en duda la palabra de todo aquél que diga que representa a un dios en La Tierra, como dicen serlo todos los líderes religiosos…

Y eso, para no hablar de la credibilidad de los banqueros, otrora gentes respetables; o de los políticos, que cuando están en campaña y son voceros de alguno de ellos.  Como es el caso del conocido porro Javier Lozano, quien asegurando que los rusos apoyan a Andrés Manuel le llamó Manuelovich; y de Ricardo Anaya dijo que era un hipócrita…

Lo que ciertamente no es verdad, porque el joven panista no es hipócrita, es esquizofrénico; o cuando menos bipolar, porque lo mismo un día dice una cosa, que luego dice todo lo contrario.

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.


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