Opiniones
y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
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Las
sonrisas en la recta final…
Con un dragón sentado por un lado; y por el
otro un oso. Las garantías de seguridad
¿? que el impresentable Presidente de los EE.UU. le ofreció a Kim Jong-un -que es lo mismo que antaño
Washington le ofreciera a Arabia Saudita a cambio de petróleo- deben haberle
causado risa al norcoreano…
Bien por la reunión, pero no se entiende que quien
se siente el papá de los pollitos no le haya levantado las sanciones. Cuando el mundo entero atestiguó la
destrucción del polígono nuclear como muestra de buena voluntad…
Pero el habitante de La Casa Blanca hizo lo
mismo que hiciera con Cuba; pues mucha diplomacia y mucha palabrería, pero no
tampoco levantó las sanciones contra la Isla…
Lo que hace pensar que, con esas acciones lo
que pretende es abrirle la puerta a los oligarcas para que vuelvan a hacer de
Cuba el prostíbulo que hicieron antes de la Revolución. Y, por supuesto, vender Coca-Cola…
Pues Cuba y Corea del Norte eran -ignoro si lo
sigan siendo- los dos únicos países en donde no se vendía el refresquito cuyo
consumo hace tanto daño a la salud; de los individuos y de los pueblos…
Lo cierto es que la Cumbre de Singapur fue todo
un éxito para Kim Jong-un; quien cumplió
los objetivos con los que, se supo de antemano, llegó a la reunión: La firma de
la paz y la reanudación de los lazos fraternales entre todos los coreanos…
Pero no fue lo mismo para Trump. Pues aunque trate de convencer de que él fue
el que logró la desnuclearización de la península y terminó con ello la guerra
fría -lo que lo coloca en la antesala de su reelección- la verdad es otra…
Pues el pacto de desnuclearizarse fue entre
China-Rusia y su vecina Corea del Norte, a cambio de protección. Lo que se dio a entender cuando Putin declaró que Rusia no permitiría
que hubiera disturbios en la Península.
Así, o más claro…
Y se corroboró, porque al ser cuestionado Trump por los periodistas, de si en el
Acuerdo de Singapur se había firmado la total desnuclearización de Norcorea;
que era el objetivo principal de la reunión.
Trump respondió: “Vamos
a comenzar ese proceso muy rápidamente”.
Cambiando de tema…
Independientemente de que el costo para llevar
a cabo el tercer acto de la tragicomedia mexicana fue desmedido, el montar un
set de TV especialmente para escuchar y ver a los integrantes del elenco; como
si lo que fueran a decir cada uno de ellos tuviera algo de sentido…
Y menos si hoy en la noche se les ocurre hablar
del previsto y anunciado tema educación.
Unos defendiendo la mentada Reforma Educativa y otro echándola
abajo. Cuando ambas posiciones son por
demás equívocas y consecuentemente inoperantes…
Baste decir que el 80 % de las personas que
estudian una carrera cualesquiera que esta sea, se dedican a otra cosa. Lo que implícitamente lleva a deducir que el
sistema educativo está totalmente equivocado.
Pero seguramente que del elevado porcentaje citado no van a hablar…
No obstante será bueno observar la actitud de
los participantes, pues el lenguaje corporal dice en veces lo que el lenguaje
hablado calla. Por ejemplo: El Giocondo
de la sonrisa enigmática, la ha ido cambiando progresivamente conforme ha ido
avanzando la campaña…
La perene sonrisa del principio -un tanto
cuanto fingida- del candidato Ricardo
Anaya -de ahí el mote de El Giocondo”- pasó de ser alegre a hasta
burlona. Ahora luce desilusionada, como
cuando se va a dar el pésame a una persona querida…
Y para la mañana del día 2 de julio lucirá la
sonrisa del fracaso; como las que tienen los boxeadores cuando les dan una
paliza y llegan a su esquina con malas cuentas…
José Antonio Meade, más que sonrisa hace una
mueca. Y ahora, ante la inminente
derrota -a menos que los recate Washington, lo que ya se ve muy difícil por la
enorme diferencia con el puntero- más bien parece que tiene un retortijón…
Rodríguez Calderón, “El Bronco”, como le gusta que lo llamen -todavía
está en la etapa en que busca su identidad- sonríe socarronamente sabiendo que
no va a ganar; pero que finalmente dijo lo que quería decir y se regresa de
gobernador de NL. No perdió nada…
López Obrador sonríe bonachonamente como el gato
que ya se comió al ratón; y hasta parece que él mismo se cree eso de amor y
paz. No sabe lo que le espera.
Y nos vemos
mañana, si el Sol me presta vida.
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