Diario Libertad

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Don Sata

viernes, 7 de septiembre de 2018


Opiniones y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz

·                            De la autonomía de las Universidades…

Al igual que el fuero político se ha ido degenerando hasta convertirse en una patente de corso para realizar todo tipo de fechorías; pues así la autonomía de las Universidades ha sufrido también una lamentable metamorfosis…

Lo que originalmente era una decisión interna -la autonomía- para impartir cualquier tipo de cátedra; que posteriormente atendía la independencia económica -indispensable para no tener las presiones gubernamentales- es ahora una licencia para cometer todo tipo de trastadas sin que las Fuerzas del Orden puedan intervenir…

Más o menos como si se tratase de un territorio aparte dentro de México.  No es nada nuevo, sucede con las embajadas y los consulados.  O como el Estado Vaticano dentro de Roma, donde los curas pueden hacer lo que les viene en gana…

Pero los porros, que ahora se dicen anarquistas, cuando lo más probable es que no tengan ni idea de quién fue Mijail Alexandrovich Bakunin (1814 - 1876) ni en qué consiste el utópico sistema de gobierno sin gobernantes.  Conformado por una sociedad civilizada donde cada individuo responde por sí mismo sin necesidad de supervisores de ninguna especie…

Utópico sistema de gobierno prácticamente inaplicable para un mundo humano que no se responsabiliza ni de su propio futuro como especie; y que lógicamente no se puede responsabilizar de nada y destruye su hábitat…

Lo cierto es que con relación a los sucesos de la UNAM, hay todo tipo de versiones: que es una maniobra política para desestabilizar al actual gobierno -como si hiciera falta-…

Pero hay más.  Que no: que es para desestabilizar al gobierno entrante que todavía no llega y ya anda haciendo de las suyas.   Pero que finalmente todo fue planeado por los opositores al pejismo, o sean, los perdedores…

Otros todavía más descabellados dicen que los porros -no los que se fuman, sino los golpeadores- son gente ligada a los poderosos cárteles de las drogas.  Y así, se escucha cualquier tipo de versiones de quienes tal vez están con los porros -los que se fuman, no los golpeadores-…

Solo falta que digan que está metida Rusia y son gente de Andrés Manuelovich; que es lo que está de moda.  O que son antipacifistas y antiamoristas -de Amor y Paz-.  Pero no se habla de que los porros siempre han existido y han sido auspiciados por las propias Universidades…

Y lo prueba el hecho de que desde el año 2000 el auditorio de la Facultad de Filosofía y Letras, llamado “Auditorio Ché Guevara” está tomado por individuos que poco o nada tienen que ver con la Casa de Estudios; de que ahí venden todo tipo de drogas y chucherías artesanales y no los han podido sacar…

Desde hace ya años que a los visitantes a las instalaciones de la UNAM, se es advierte que, por su propia seguridad, no vayan a las llamadas islas.  Los que por lo visto no se enteran de lo que sucede, son las Autoridades Universitarias…

Algunos argumentan que liberar el Auditorio echando mano de la Fuerza Pública haría que el hecho se internacionalizara con graves consecuencias; lo que se puede poner en duda toda vez que el apoyo de los estudiantes es mayoritario y definitivo…

Las presentes generaciones de estudiantes no tienen ni idea de por qué y cómo es que ahí se instalaron, adueñándose prácticamente del inmueble por la fuerza; lo que desde el punto de vista legal debe de ser calificado como un delito…

Pero independientemente de que la UNAM no es un lugar donde se pueden impunemente cometer delitos; pues autónoma o no, su reglamento no puede estar por encima de las Leyes…

Las Autoridades Universitarias y la Fuerza Pública, con el apoyo de los estudiantes, deben tomar medidas y resolver el asunto.  Y si es preciso, por la fuerza.  Las veces que se ha intentado el civilizado dialogo, los pseudo estudiantes se han negado.  Además, deteniendo y llevando a juicio a los responsables. 

Aunque, echando mano a la Historia, se les puede rendir a la “antigüita” sin necesidad de agredirlos; y menos dentro de las instalaciones.  ¿Cómo? sitiándolos, es decir, no permitiendo que les llegue ningún tipo de abastecimiento o pertrechos y cortándoles el suministro de agua -que no sea la bendita por AMLO y los curas, con quienes el Electo se lleva de a cuartos- obligándolos de esa manera a salir…

Lo que si hay que dejar bien claro, es que, a pesar de que algunos medios hablan de similitudes con lo sucedido en el Movimiento estudiantil del 68, son situaciones completamente distintas.

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.








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