Opiniones
y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
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¡Tongo! ¡Tongo!…
Cuando un zorro es perseguido por
los perros y sus infelices dueños -que como todo espécimen inferior, mata por diversión-
corre hasta un claro, se regresa por sus mismos pasos y trepa a un árbol por el
que ya había pasado por debajo y se sube por una rama que colgaba…
De tal manera que cuando
olfateando los perros llegan hasta el medio del claro, desde donde se había
regresado el zorro; pierden la pista, buscan desconcertados y generalmente
arrancan hacia otro lado, pero no se regresan…
Cuando todos se ha ido a prudente
distancia, sus grandes orejas no son solo estéticas, bajan del árbol desde donde
observó la escena y tranquilamente siguen su camino. Pero hay más…
Sabido es que si ponemos a uno de
esos niños superdotados que abundan, o al que sea considerado el hombre más
inteligente del mundo, tal vez el campeón mundial de ajedrez; y lo ponemos en
un laberinto junto a un ratón, se puede apostar que el ratón saldrá primero…
Lo que lleva a la indefectible
conclusión de que los animales son más inteligentes que nosotros. Pues la inteligencia no se mide porque se
sepa de memoria una enciclopedia; se mide por la capacidad para resolver los
problemas…
Y no solo los complicados
problemas matemáticos; sino los problemas de la vida. Lo impredecible. En lo personal conozco a un hombre con un
coeficiente intelectual altísimo, que además es un erudito; sabe de todo lo que
quieras preguntarle; pero dista mucho de ser sabio…
Pues sabio es el que aplica el
conocimiento. El que lleva a la práctica
el cúmulo de sus pocas o muchas experiencias…
No como el que se dice culto,
educado, inteligente y con buenas amistades; pero fuma y es un perfecto patán, al
que de nada le ha servido leer algunos libros…
No se vaya a pensar que me estoy
refiriendo al tal “Paco” Ignacio
Taibo-lero; no, no vayan a pensarlo.
¡Asegúrenlo! Y lo de Taibo-lero
es por el “delicado” lenguaje que utiliza…
Dejando claro que de nada le ha
servido saber que el alfabeto -abecedario, no se vayan a molestar los
intelectuales- tiene más letras y que con ellas se pueden construir otras
palabras. Pero regresemos a lo que vale
la pena...
En el entendido de que los
animales son más inteligentes que nosotros, ningún animal puede creer en la
patraña esa de que la votación de la consulta ciudadana favoreció a la
termoeléctrica…
Perdón. Corrijo.
Eso de que ningún animal puede creer en el ¡tongo! debo decir que al
generalizar me pasé. Fe de erratas:
algunos animales si se la creyeron.
Derecho de réplica…
Pero el asunto no ha
terminado. Espérense la que se va a
armar. Y no nada más nacionalmente
¡internacionalmente! se van a organizar los defensores de los grupos autóctonos
-no dudaría que fuera Francia y le seguiría la UE-…
No calculó bien el impacto que le
acarrearía su más que burda imposición.
Está cayendo en lo mismo que hacía el PRI: “Paulette tenía nueve días de
muerta a los pies de su cama”. Y nadie se lo creyó…
Bueno; eso de nadie,
tampoco. Se lo creyeron los mismos
animales que se creyeron lo de la consulta a la hidroeléctrica. Ya lo tenían decidido. Como ya tienen decidido lo del Tren Maya y la
consulta para llevar a juicio a los expresidentes…
Los más perjudicados con su
encuesta van a ser los teporingos, esos hermosos conejitos que viven en las
faldas del Popocatpetl…
Que son a los animales a los que
arriba he hecho referencia al citar que solo los animales creyeron el cuento de
la consulta a la termoeléctrica. No
fueran a pensar otra cosa…
Ya que los teporingos son capaces
de creer en la bondad de los seres humanos y comenzaron a bajar a la CDMX Hoy es un animalito en vías de
extinción. ¿Más claro?
Y nos vemos mañana, si el Sol me
presta vida.
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