Opiniones y Comentarios
Julio
Ricardo Blanchet Cruz
* No a la igualdad...
El tener hijos, independientemente del aspecto machista y feminista que ciertamente
reviste; es un acto natural, es decir, lo dicta la propia Madre Naturaleza. Y es común a todos los seres vivos. Incluyendo por supuesto, y primordialmente, a
las plantas. Se conoce como el instinto
de la conservación de la especie. Sin
cuyo instinto, nada existiría...
Y está bien que la especie humana seamos híbridos, es decir, como las
mulas, de padres de diferente raza, producto de algún ser extraterrestre, o
sea, de un ser que llegó del espacio, del cielo, del Nirvana, o de donde quieran;
y de una homínida...
Se supone preferentemente homínida; aunque no se descarta que haya podido
ser de un homínido con una extraterrestre y de ahí vienen las diferentes razas;
aunque generalmente los homínidos son estériles...
El caso es que, debido a ello, no formamos parte como eslabón de alguna
cadena ecológica. De hecho, se puede
decir que salimos sobrando en este hermoso Planeta, que nos da todo lo que
tenemos y al que tan mal le pagamos. Se
llama ingratitud; o, literalmente poca madre...
Y refiero literalmente, porque así es.
El mundo es un desmadre, es decir, los seres humanos, con pocas
excepciones, no somos criados por madres.
Ellas tienen que trabajar para poder mantenernos. Lo que antes no sucedía así...
Y no es culpa de las madres, ni tampoco de los padres, que antes presumían
tener muchos hijos y los mantenían. Hoy
ambos tienen que trabajar, para poder tener hijos que los crían otros. Es ridículo.
Es contra natura...
Sí, ciertamente hay especies que nunca conocen a sus hijos y que la propia
Naturaleza se encarga de guiarlos, dotándolos de instintos que no tenemos los
mamíferos, pues ninguno podría sobrevivir por sí solo...
No es culpa de las madres, ni de los padres; es culpa del Estado, es decir,
de todos. Los dirigentes tampoco tienen
madre; por eso estamos como estamos.
Bueno, no todos. Y ese es el
punto. ¿Por qué no todos?...
Y aquí quiero referirme al Maestro Hipócrates
(460 - 370) quien, por sus conocimientos médicos, cuando era llamado para
atender una epidemia; no sólo acudía para saber cómo podía ayudar a los
enfermos, sino que estudiaba a los sanos para saber por qué no se habían
enfermado...
Siguiendo sus sabios consejos, hay que voltear a ver quiénes en este mundo tiene
una sociedad más civilizada que la que tenemos aquí en México -lo que no está
nada difícil-. En donde no haya la
miseria social y ética que lleva a crímenes y delitos de todo tipo...
En una palabra, que no vivan en el des madre, o sea, donde los ciudadanos sean
criados por sus madres. Porque lo que
hace falta en México, son madres...
Con la estupidez de la igualdad de género, creen las mujeres que tienen los
mismos derechos que el hombre; y están totalmente equivocadas. No somos iguales; y proponerlo ofende a los
hombres...
A los que aceptamos ser como los machos de La Naturaleza. Porque entre ellos los animales, las hembras no
son iguales a los machos y cada cual tiene un rol distinto. Pero los machos protegen a sus hembras y ven
por sus críos...
Las mujeres que trabajan para mantener a su familia, de ninguna manera
merecen un trato igual en lo que respecta al salario, prestaciones y
demás. En igualdad de conocimientos y
responsabilidades, el sueldo podrá ser igual, pero no las prestaciones ni las
horas de trabajo...
En Finlandia, si una empleada queda embarazada, a los pocos meses la mandan
a su casa y continúa percibiendo su sueldo hasta que el hijo cumple 3 años de
edad; y si quiere seguir cuidándolo, entonces le pagan la mitad de su sueldo
hasta que el crío cumpla los 7 años...
Entonces pueden regresar a su puesto sin siquiera perder antigüedad. Y algo más.
Allá, hasta las prisiones las han convertido en “hogares” para quienes
no pueden valerse por sí mismos. Por eso
es por lo que hay que luchar. No a la
igualdad.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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