Opiniones
y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
- De la lluvia
mortal…
La enorme presión hacía que el
combustible saliera en chorro alcanzando más de 10 metros de altura. El charco de gasolina que se había formado, era
ya lo suficientemente hondo como para llenar las cubetas…
Mismas que inmediatamente vertían
en los cientos de bidones que, como El Universo, salieron de la nada. Cuando menos eso es lo que dice ese empírico
libro al que llaman La Biblia…
Que para actualizarlo a los
tiempos de cambio de este Siglo XXI, bien podría anexársele un capítulo acerca
de la multiplicación de los botezotes. En
el entendido que debe de estar más difícil eso de multiplicar los peces y los
panes, que los bidones…
Y ya no se diga que hacer llover
el maná del cielo, pues tener que calcular la fricción de la atmósfera debe de
tener sus problemas. Los primeros deben
de haberse desintegrando. Y se intuye
que en los ensayos debe de haberse inventado el pan tostado…
Lo que si les llovió allá en
Tlahuelilpan, y como aguacero, fue la gasolina a quienes llenaban los milagrosamente
multiplicados recipientes; no se mueve la hoja de un árbol sin su sagrada
voluntad; a ver si en esta Cuarta Transformación no le abren una carpeta
implicándolo con el huachicoleo-…
Gasolina que caía como cascada, empapándolos
de pies a cabeza; por lo que al sobrevenir el estallido, ardieron como teas; y
solo podían salir corriendo en un mar de fuego que era el combustible ardiendo,
para posteriormente afrontar una muerte espantosa…
Otros tuvieron más suerte y
murieron durante el estallido del ducto, que hizo recordar lo ocurrido en
Guadalajara el 22 de abril de 1992, que según cifras oficiales, destruyó poco
más de15 kilómetros de calles por donde pasaba el ducto de PEMEX, dejando como
saldo más de 700 personas fallecidas; 800 heridos y más 15,000 personas sin
hogar…
Pues el estallido fue de tal
magnitud, que automóviles estacionados en la avenida por donde pasaba el ducto,
acabaron totalmente destrozados en las azoteas de las casas aledañas donde
fueron a parar tras la explosión…
Sin soslayar lo sucedido en San
Juan Ixhuatepec -San Juanico- en el Estado de México, que cobró la vida de unas
600 personas; dejó heridos a unos 2,000 y 60,000 tuvieron que ser evacuadas en
un diámetro de un kilómetro a la redonda…
Los mal pensados -que nunca
faltan- dicen que gran parte del pueblo, o sea, que en Tlahuelilpan, los que no
cultivan la alfalfa -maravillosa planta de la que aún no se dan a conocer todas
sus propiedades, entre ellas medicinales y que aguanta hasta siete cortes-
cultivan el robo de combustible…
En este México nuestro, donde se
puede vivir plácida y poltronamente siendo de la oposición, no faltará quienes
le vayan a reprochar a AMLO el dejar a tanta gente sin ingresos. Y condoliéndose de la situación familiar, se
vayan a quejar a los siempre honorables Derechos Humanos. ¡Faltaba más!...
Pero en el colmo de lo absurdo,
los fifis detractores responsabilizan directamente al Presidente Andrés Manuel, por el estallido en el ducto. Argumentando, que si no hubiera perseguido el
huachicoleo, eso no hubiera sucedido…
Y lo que sí ya de plano es como
volarse la barda, es que se escuchan voces que piden que el Gobierno indemnice
a los deudos y que además se haga responsable de los tratamientos por las quemaduras
-que son costosísimos- toda vez que el Ejército estuvo presente y no hizo nada…
Los autores de semejantes
disparates deben de ser los mismos que inventaron lo de la pequeña Paulette, o
la Verdad Histórica, o la compra de La Casa Blanca. Pero Vox pópuli, Vox Dei.
Y nos vemos mañana, si el Sol me
presta vida.
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