Opiniones
y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
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Desde la razón. Lectura de domingo…
Como se esperaba, el juicio de “El Chapo”
está sacando a la luz lo que todos ya sabíamos.
Que hasta los Presidentes han estado metidos -aunque decir que eran
socios sería más propio- con los narcotraficantes…
Lo que tampoco es para espantarse, los cárteles
tienen tanto dinero que son capaces de corromper o amedrentar al más
pintado. Incluyendo por supuesto al
Vaticano; y eso ha sido desde siempre y está más que probado…
Quienes se oponen la legalización, que es la única
forma de acabar con el narcotráfico, es legalizando todas las drogas. Y quienes se oponen a ello, es porque tienen intereses
metidos…
Ahora se sabe que en el sexenio de Ernesto Zedillo
Ponce de León -principal beneficiado con el crimen de Luis Donaldo
Colosio (1950 – 1994)- el General Roberto Miranda, entonces Jefe del
Estado Mayor Presidencial, o sea, la persona más cercana al Presidente -que debe
ser el hombre de todas sus confianzas- tenía relaciones con el Cártel de
Sinaloa…
Y entonces lo toman como bandera para hablar mal del
Ejército. Pero pasan por alto que en las
Fuerzas Armadas enseñan a obedecer; y que el Jefe Supremo de ellas es el
Presidente…
Luego entonces es fácil entender que si así fue, es
porque Zedillo estaba al tanto de ello y solo dio las órdenes al General
Miranda…
Como Fausto Vallejo, siendo gobernador de
Michoacán y cuatro veces Alcalde de Morelia, estaba al tanto de lo que hacía “La
Tuta” y recibía beneficios económicos por dejarlo trabajar sin que lo
molestaran…
Cabe aclarar que los pleitos entre cárteles son por
las rutas y las plazas que los gobiernos en turno les cubren, dando preferencias,
pues tienen sus cuates y se arreglan con ellos…
Ernesto
Zedillo, por
ejemplo, también protegía a los hermanos Amezcua, del cártel de Colima;
que sin protección, al parecer se integraron al Cártel de Jalisco Nueva
Generación…
Tan es así, que la PRG en 1999 detuvo a Cirilo José
Ocampo Verdugo, dueño de la Casa de Ahorros del Pacífico por haberles
defraudado como 1,500 millones de pesos a sus protegidos; cuando desde mucho
tiempo antes se sabía que lavaba dinero y no les habían hecho nada…
Por cierto que Juan Jesús Posadas Ocampo era
pariente del citado xalapeño José Ocampo Verdugo, preso en el reclusorio
Sur, a pesar de que ya se le exoneró de lavar dinero…
Carlos
Salinas de Gortari protegía a los Arellano Félix.
Tan es así, que Girolamo Prigione le avisó al entonces
Procurador General de la República, Jorge Carpizo McGregor (1944 –
2012) que los capos lo visitarían…
Le llamó al Presidente para informarle, pero no se
hizo nada para detenerlos, “pues se
hubiera organizado una balacera”, según propias palabras del honorable
Procurador. Por lo que la entrevista se
llevó a cabo en la Nunciatura papal en el entonces DF…
Y los Arellano Félix le dijeron a Prigione
que le informara al Papa que ellos no habían sido los que asesinaron al
Cardenal de Guadalajara; que fueron Los Beltrán Leyva. Y le mandaron un regalito al polaco Wojtyla
para que las relaciones siguieran como si nada y les echara su bendición…
Las autoridades de turno siempre han protegido a los
religiosos, que en no pocas ocasiones son el contacto con los delincuentes; por
lo que la calidad moral de los que a sí mismos se dicen representantes de dios
en La Tierra, es nula, pues también reciben dinero de ellos; y son muy
espléndidos…
De hecho, son peores que los delincuentes; ya que los
pillos cuando menos arriesgan el pellejo; pero los curas son hipócritas. Por algo andan en autos blindados y con
guardaespaldas…
Que en el colmo de lo absurdo, son pagados por el
Erario, es decir, que las honorables Autoridades utilizan nuestro dinero para
proteger a los delincuentes, como el ex obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda…
A quien se le acaban de retirar los escoltas que lo
resguardaban mientras se drogaba, se emborrachaba, iba a los toros a exhibirse,
o a cometer fraudes por millones de pesos; como el que le hizo a la señora Olga
Azcárraga a quien impunemente le birló 130 millones de pesos, al hacerle
firmar un documento en artículo mortis por esa cantidad que, según él le había
prestado. Amén.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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