Opiniones y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
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Del poder
de la oración…
Que oran y que llueve; lectura de
domingo.
Para quienes todavía osan dudar
del poder de Dios; en Australia, a la vista de todos, se llevó a cabo un
milagro…
Ante la impotencia y la
resignación, pues no había posibilidad de apagar los incendios que acabaron con
la vida de 27 personas; más el incalculable daño a la estructura, con casas,
caminos y puentes destruidos…
Y los millones y millones de
animales que murieron huyendo de las infernales llamas…
Cuando todo indicaba que el
innombrable amo del fuego, del dolor y de la muerte, había vencido. Dejando a su paso una devastación sin
precedentes -los incendios en la Amazonía y en California fueron pequeños en
comparación con lo sucedido en la Isla Continente-…
La apocalíptica escena de los
animales calcinados que se veían hacia donde se volteara, era desgarradora;
dolorosamente desgarradora. Y la esperanza,
salida de la Caja de Pandora había desaparecido por completo…
El milagro ocurrió. El agua cayó del cielo y el fuego se
extinguió…
Claro que para que el milagro se
efectuara, hubo necesidad de que los cristianos malinchistas -que ya se
aventaron su promocional, mismo que se puede ver en la Internet, donde
prácticamente reivindican su directa intervención en el milagro-…
Aclarando que lo de cristianos
malinchistas es porque ni siquiera hicieron mención alguna de Tlaloc -y no se
vale- y solo se dirigieran suplicantes al Todo Poderoso, orando hincados y
mostrando devoción y humildad hacia la crucificada imagen del Hijo al que envió
para salvarnos mediante su sufrimiento.
Qué digo sufrimiento: ¡martirio!…
Lo que me hace recordar un poco
al Presidente López Obrador, quien
también nomás dice y dice, pero no cumple.
Así como el Todo Poderoso dijo que enviaba a su Hijo para salvarnos; y
no ha cumplido, cada vez estamos peor…
Pues así, igualito, el Presidente
dijo que acabaría con la violencia y la inseguridad -el sufrimiento ¡vaya!
aunque no lo dijo porque sería tanto como balconearse ya como profeta y no le
convenía a su salud…
Ya vieron cómo le fue al hijo del
Todo Poderoso cuando dijo que era el Rey de los Judíos -Tú lo has dicho” le
respondió el Gobernador de Judea, Poncio
Pilato (12 ? antes de esta Era – 36-30 ?) y ¡zas! ahí firmó su sentencia de muerte…
Pero regresando con el tema de la
lluvia en Australia y el milagro…
Se necesitó que miles, o decenas
de miles, o tal vez millones se pusieran suplicantes de rodillas para que el Hacedor
de Todo se dignara escuchar sus ruegos y lamentos. Hasta que con la infinita bondad que lo
caracteriza, dio la orden de que se abriera la llave del cielo y cayera el agua. Y ora sí que en un santiamén se apagaron las
llamas…
Pues así como con agua y oración
sacan al Demonio en los exorcismos y a los niños del purgatorio, pues así, de
esa misma forma, con la misma bendita agua -el agua es la vida- corrió de la
escena al amo del fuego…
Como es arriba es abajo, secreto
hermético. Hermético, porque nomás unos
cuántos le entienden…
Y no le entienden, porque no
utiliza su poder para que la gente no muera de hambre; para que no haya más
guerras, más crímenes, más violencia. No
entienden qué es lo que tienen que hacer para que otorgue su perdón a la
humanidad y permita el regreso al paraíso; cuando todos ansiamos la paz…
Tal vez la humillación de la
suplicante humanidad no ha sido suficiente para alcanzar su dignidad; la que al
parecer poco se distingue de la mundana arrogancia…
No bastó el sufrimiento y la
agonía de los millones de animales que murieron para que detuviera el fuego. Como
no han sido suficientes los clamores que los puertorriqueños elevan hacia el
cielo porque viven aterrorizados por los temblores y ruegan la divina
intervención para que La Tierra se detenga.
Esperan el milagro…
En estas condiciones, es difícil
entender el concepto que desde el cielo se tiene sobre la Justicia, porque en
esta vida se concibe debe ser igual para todos y no depender de la cantidad de
oraciones y súplicas que se pronuncien para que intervenga y se realicen los
milagros…
Pero no deja de ser solo
publicidad de los llamados cristianos, que se ha convertido en poderosos
competidores de los católicos a quienes les disputan la plaza.
Y nos vemos mañana, si el Sol me
presta vida.
No sin antes recordarles que Air Bit Club es un fraude. Que no se dejen engañar por el tal Mauricio Larios y sus cómplices. Ya les avisaré cuando se presente la demanda
contra estos vividores, para que se sumen a ella. Ya son muchísimos los que han sido
defraudados.
La oración es un acto de humildad, reconociendo que somos impotentes ante las circunstancias, que no dependen de nosotros sino de la madre naturaleza.
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