Opiniones y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
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De la envidia…
La idea que el propio Presidente López
Obrador se encargó de difundir, fue que se formalizaría la desaparición de
la OEA de la escena política -con todo y Luis
Almagro- y la creación de una nueva que la sustituyera, en la que él, sin
decirlo, sería el mero-mero…
Todo esto en el supuesto caso de que no vaya a pasarle lo que a su admirado
Benemérito de las Américas; quien, habiendo terminado su periodo, volvió a
ocupar la Presidencia. Y todo porque el
Pueblo se lo pidió, o sea, que a pesar de que algunos historiadores traten de
disimularlo, la verdad es que se reeligió…
Y no pocos son los que opinan, que de no haber muerto por la angina de
pecho, todavía estaría sentado en la Silla.
Y aunque el Presidente ha dicho y vuelto a decir que no se reelegirá,
todo puede pasar en una democracia. Si
el Pueblo lo pide, la obligación de un demócrata es obedecer…
Pero ya que se toca el tema de la “bendita” democracia que tantos muertos
ha causado; y al resto, los ha dividido…
La verdad es que si los pueblos quieren un tipo de gobierno que para los
demás es inaceptable; que importa lo que opinen, si es un dictador o no lo es. La Historia registra dictadores-demócratas…
Y si así quieren ser gobernados; como es el caso de Afganistán, donde hubo
manifestaciones de mujeres que estaban de acuerdo con los talibanes; pues muy
su gusto y que con su pan se lo coman…
O como es el caso de Venezuela y su polémico Presidente, a quien muchos llaman
dictador; cuando ningún país de América tiene un sistema electoral mejor ni más
confiable que el de la hermana República Bolivariana de Venezuela…
Incluso en pasadas elecciones el Gobierno ha perdido posiciones importantes
y las ha reconocido sin problemas. Muy
dictador, muy dictador; pero ni siquiera han metido a la cárcel a ese farsante
de Juan Guaidó. ¡Vaya! hasta aceptan
que participe en los próximos comicios…
A los que han invitado a cuanto organismo exista, oficial o privado, a que
los supervise. A que vigilen las
elecciones. Nicolás Maduro es un Presidente democráticamente electo; y así lo
aceptan la mayoría de los venezolanos. ¿Cuál
es el problema?...
Muchos en México no están de acuerdo en la manera como se conduce el
Gobierno; y no pocos han sido perjudicados.
Pero no por eso van a salir huyendo.
Hay quienes prefieren arrostrar las consecuencias de ser oposición y
quedarse a luchar…
Otros, la mayoría, como sucede en Venezuela, están de acuerdo con su
Presidente y lo han demostrado saliendo a las calles y mostrando su fuerza,
apabullando numéricamente a los opositores…
Más bien, ya hasta se piensa que tanta animadversión a su persona hasta parece
envidia. La que Publio Ovidio (43 – 17 de esta Era) consideraba “El
más mezquino de los vicios”; pero en que realidad, la envidia es propia
de los espíritus perdidos que no encuentran su camino en esta vida…
Y le tienen envidia, quizás porque después de haber soportado la presión
económica del bloqueo, los intentos de golpes de Estado y los atentados, tiene
mucho mérito. Venezuela no tarda en
resurgir en el plano internacional como nación.
Porque demás ya tiene un par de
aliados con los que nadie quiere meterse…
Y si en su detrimento alegan que Maduro
era chofer de Hugo Chávez (1954 -
2013). Primero, no tienen una idea
de todo lo que tiene que saber y las cualidades que debe de tener una persona
para ser chofer de un Presidente…
Y segundo; desde su propio punto de vista, el de llegar a ser Presidente de
una nación, habiendo sido antes chofer, bien puede ser un ejemplo de superación.
Además. Aquí hay más homicidios y
feminicidios que en Venezuela…
Y en apoyo a que cada Nación
tiene el derecho de vivir como le venga en gana…
No bien habían llegado los talibanes al Poder, sus opositores, los
yihadistas del Grupo Islámico, llevaron a cabo el atentado en el aeropuerto de
Kabul, dejando un saldo de al menos 100 personas muertas y otro tanto de heridos. El caso es que siempre hay inconformes.
Se les recuerda que hasta abajo, en la versión web está Don Sata.
Y nos vemos mañana,
si el Sol me presta vida.
Siempre habrá dos o mas versiones de un mismo hecho y ambas o todas dirán es verdad. Cuán difícil es constatar la verdad cuando la envidia distorsiona la veracidad y las campañas mediáticas refuerzan a quien tiene mas poder e intereses para ocultar la verdad.
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