Opiniones
y Comentarios
Julio
Ricardo Blanchet Cruz
·
Ana Gabriela al detector de mentiras…
Acostumbrados a que nadie los cuestiones,
aunque lo que digan sean reverendas insensateces, a la excelente atleta, hoy
senadora sin mérito cual ninguno para ocupar el cargo, se le hizo fácil
inventar una historia que carece completamente de sentido común…
En estos tiempos, donde medio mundo tiene un
celular que le permite gravar en video cualquier cosa, en una carretera -la
México-Toluca- tan transitada, como ella misma lo refirió, se antoja casi
imposible que nadie se haya dado cuenta de que cuatro hombres pateaban a una
mujer y no lo hayan subido a las Redes…
Sin omitir el que declaró que después de
haberle golpeado por atrás en su motocicleta, y que la motocicleta calló pero
ella no (¿?) cuando fue a reclamarle, haciendo señas “soeces” intentó darse a
la fuga…
Que ella lo siguió a pié puede medio creerse,
pues fue velocista, que le golpeó la ventanilla y por eso se detuvo. Que bajaron del vehículo agresor, el
conductor y su hijo (¿?) y que alteradamente discutieron con ella…
Y que sin más le lanzó un golpe que ella pudo
esquivar; pero que no se percató de que atrás de ella habían dos hombres y uno
le golpeó en la costilla izquierda, por lo que calló al suelo y entonces la
patearon entre los cuatro, es poco creíble…
Sobre todo porque hay un video que grabó su
amiga Karina Rincón, también motociclista, en el que no se distingue nada, pero
se escucha y se entiende que fue grabado antes de la agresión física a la
senadora. Y en el video no se escucha
nada referente a la reparación de daños materiales o físicos…
Hay quienes opinan que prepotentemente la
senadora y su amiga se pusieron enfrente de la camioneta y no los dejaban
avanzar, por lo que decidieron aventar la motocicleta, por eso la moto cayó,
pero ella no…
En cuanto a las señas soeces no se ve nada,
pero las palabras altisonantes eran voces femeninas, se supone que de las
motociclistas…
Por supuesto que cualquier agresión a cualquier
persona debe ser censurada; y si es a una mujer, cuanti más; es una cobardía
pues se supone en inferioridad física…
Pero no la agredieron por ser mujer, no es un
asunto de genero; y mucho menos la agredieron por ser senadora; por lo que el
senado no debió de hacer el caso como suyo.
Hay quienes dicen que la senadora es muy prepotente y que ella le lanzó
el primer golpe al conductor de la camioneta y por ello se paró y respondió la
agresión…
Lo penoso del caso es que una vez más se hace
evidente que la Justicia en México no es igual para todos; pues el que la PGR
haya atraído el caso, cuando el delito es del fuero común y debiera de
atenderlo la Procuraduría del Estado de México, lo demuestra…
Además con la celeridad con que se atendió el
caso por parte de las Autoridades; sin soslayar la amplia difusión que en todos
los medio se le ha dado. Ocasionando una
verdadera ola de opiniones en las Redes sociales, en las que la inmensa
mayoría, tanto hombres como mujeres celebra lo sucedido a la sonorense. Lo que también es indebido toda vez que de lo
que se trata es de abolir la violencia, sin hacer excepciones…
Por otro lado, de igual forma es sospechoso que
los embozados que lanzaron bombas al cuartel de la Zona militar de
Chilpancingo, hayan sido identificados como normalistas de Ayotzinapa; pues el
que reclamaran el esclarecimiento de los hechos acaecidos hace dos años, no es
suficiente para que los identifiquen como estudiantes…
Y coincidiendo con el hecho de que se encuentra
en “estudio” la reforma constitucional para darles a los militares la facultad
de actuar como policías, no son pocos los que opinan que el suceso fue mandado
a hacer por las propias autoridades…
Primero, por que
mientras duró el “bombardeo” la policía no apareció por ningún lado. Y segundo, porque existe el argumento de que
si los soldados ya tuvieran esa facultad, en vez de cerrar las puertas del
cuartel, hubieran detenido a los agresores…
En veces hay que “ler” entre líneas, lo que por
supuesto que no se le da mucho, ni al inquilino de Los Pinos, ni al Secretario
de Educación pública.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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