Opiniones
y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
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Inteligentemente
estúpida...
Cómo es que puede hablarse de
avances y exitoso combate a la pobreza; cuando en la Sierra Tarahumara, cuyos
habitantes, son excelsos corredores de fondo, capaces, dicen, de ir tras un
venado y cansarlo; y que le han dado tanta gloria internacional a la Patria…
Se contabilice -hasta hace unos
días y esperando que la cifra no haya aumentado- del 10 de diciembre pasado a
la fecha, 50 rarámuris -pies ligeros- se han suicidado al ver a sus hijos con
frío y hambre…
Y no teniendo nada que darles de
comer, ni mantas para cobijarlos del frío, decidieron quitarse la vida. Los hombres, en menor número que las mujeres,
se han ahorcado, y ellas se han arrojado a un barranco, donde tal vez sus
cuerpos fueron devorados por los animales…
Eso es algo de cualquier manera inentendible;
y menos explicable o justificable. Y es absolutamente
inaceptable para una sociedad que presume de ser civilizada…
Cuando vistos desde afuera somos
una especie animal inteligentemente estúpida, es decir, que utiliza su
inteligencia para retar a La Madre Naturaleza y destruir todo lo que se le pone
por enfrente…
Pero, por qué se utiliza la
inteligencia para lo negativo, y no en construir cosas positivas? Y en vez de destruir, hacer de este
maravilloso Planeta que nos ha acogido benévolamente como sus hijos, sin que lo
seamos; pues finalmente no venimos de Ella, aunque a Ella pertenecemos,
llevamos su nombre, somos terrícolas…
Una especie de hijos adoptivos de
La Madre Tierra, que resultamos ser inteligentemente estúpidos e ingratos,
profundamente ingratos. Pues no solo no
agradecemos todo lo que nos brinda, sino que lo que hacemos le perjudica, la
daña, la lastima…
Pero antes no éramos así; y
afortunadamente todavía hay algunos que sin el estrés de la vida “civilizada” -de
la que solo aprovechan algunas cosas y otros ni eso- viven acorde a las Leyes
de La Naturaleza, acorde al entorno…
¿Pero por qué nosotros somos así
y ellos son de otra manera? Se podrá
alguien preguntar. Además: Dónde y cómo
era El Paraíso del que según la Biblia fuimos expulsados…
Pues El Paraíso del que fuimos
expulsados es todo, y sigue y seguirá siendo el mismo siempre. El paraíso donde viven los animales y las
plantas, que ellos sí fuero paridos por La Tierra. Literalmente…
Pues así como los glóbulos
blancos y los rojos y las plaquetas y etc, etc, nacen dentro de nosotros
mismos. Y si hay alguna herida corren a
restaurarla para que todo regrese a la normalidad…
Pues igualito es con las plantas
y los animales. Ellos nacen de La Madre Tierra. Hay evidencia de lugares que han quedado
devastados por radiaciones, erupciones volcánicas, terremotos o inundaciones. Pues ahí vuelve a renacer la vida; corrieron
a restaurarla. Aunque en veces es tan
grande la destrucción que quedan cicatrices…
Solo que para que podamos
regresar al Paraíso del que según la Biblia fuimos expulsados por comer lo que
no debíamos de comer, tendremos que regresar al principio y comer lo que sí
debemos. De otra manera es hacerse como
el Tío Lolo; aquel que se hacía tarugo solo…
Tendremos que cambiar para
regresar al Paraíso -que nada tiene que ver con la Tierra Prometida, eternamente
ensangrentada-.
El problema para cambiar es que
solo los grandes cambian -los grandes de espíritu-. Sin embargo no es imposible. Unos lo lograrán, otros no, y otros más ni
siquiera lo intentarán…
Pues dado que todos, sin
excepción, somos el resultado de lo que hemos comido -y si no es claro
pregúntenselo a un diabético, todos conocemos a varios- solo tenemos que comer
de otra manera y volver a alimentarnos de los frutos que no son prohibidos…
Porque si a fin de cuentas, como “El bien y el mal no existe, solo existe la
salud y la enfermedad” Pitágoras (569 - 475) se deduce que por
comer lo que no debemos, estamos enfermos…
Ningún animal destruye su entorno. Y se puede observar muy claramente en los
animales; porque en La Naturaleza todos tienen su propia alimentación, la que
obtienen de su entorno; lo que también es parte de la sabiduría de La
Naturaleza…
Los osos panda nunca podrían
haberse dado donde no hubiera bambú; los camellos en las montañas y las cabras
en el desierto, no tendrían su alimento…
Si se les cambia su alimentación
natural ya no viven de la misma manera; aunque en cautiverio llegan a vivir más
años, pero enfermos. Que es lo mismo que
les pasa a los que viven apegados a la ciencia pero contrarios a La Naturaleza. Viven por las medicinas que diariamente toman.
Y nos vemos mañana, si el Sol me
presta vida.
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