Diario Libertad

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Don Sata

martes, 27 de febrero de 2018


Opiniones y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz

·              Inteligentemente estúpida...

Cómo es que puede hablarse de avances y exitoso combate a la pobreza; cuando en la Sierra Tarahumara, cuyos habitantes, son excelsos corredores de fondo, capaces, dicen, de ir tras un venado y cansarlo; y que le han dado tanta gloria internacional a la Patria…

Se contabilice -hasta hace unos días y esperando que la cifra no haya aumentado- del 10 de diciembre pasado a la fecha, 50 rarámuris -pies ligeros- se han suicidado al ver a sus hijos con frío y hambre…

Y no teniendo nada que darles de comer, ni mantas para cobijarlos del frío, decidieron quitarse la vida.  Los hombres, en menor número que las mujeres, se han ahorcado, y ellas se han arrojado a un barranco, donde tal vez sus cuerpos fueron devorados por los animales…

Eso es algo de cualquier manera inentendible; y menos explicable o justificable.  Y es absolutamente inaceptable para una sociedad que presume de ser civilizada…

Cuando vistos desde afuera somos una especie animal inteligentemente estúpida, es decir, que utiliza su inteligencia para retar a La Madre Naturaleza y destruir todo lo que se le pone por enfrente…

Pero, por qué se utiliza la inteligencia para lo negativo, y no en construir cosas positivas?  Y en vez de destruir, hacer de este maravilloso Planeta que nos ha acogido benévolamente como sus hijos, sin que lo seamos; pues finalmente no venimos de Ella, aunque a Ella pertenecemos, llevamos su nombre, somos terrícolas…

Una especie de hijos adoptivos de La Madre Tierra, que resultamos ser inteligentemente estúpidos e ingratos, profundamente ingratos.  Pues no solo no agradecemos todo lo que nos brinda, sino que lo que hacemos le perjudica, la daña, la lastima…

Pero antes no éramos así; y afortunadamente todavía hay algunos que sin el estrés de la vida “civilizada” -de la que solo aprovechan algunas cosas y otros ni eso- viven acorde a las Leyes de La Naturaleza, acorde al entorno…

¿Pero por qué nosotros somos así y ellos son de otra manera?  Se podrá alguien preguntar.  Además: Dónde y cómo era El Paraíso del que según la Biblia fuimos expulsados…

Pues El Paraíso del que fuimos expulsados es todo, y sigue y seguirá siendo el mismo siempre.  El paraíso donde viven los animales y las plantas, que ellos sí fuero paridos por La Tierra.  Literalmente…

Pues así como los glóbulos blancos y los rojos y las plaquetas y etc, etc, nacen dentro de nosotros mismos.  Y si hay alguna herida corren a restaurarla para que todo regrese a la normalidad…

Pues igualito es con las plantas y los animales. Ellos nacen de La Madre Tierra.  Hay evidencia de lugares que han quedado devastados por radiaciones, erupciones volcánicas, terremotos o inundaciones.  Pues ahí vuelve a renacer la vida; corrieron a restaurarla.  Aunque en veces es tan grande la destrucción que quedan cicatrices…

Solo que para que podamos regresar al Paraíso del que según la Biblia fuimos expulsados por comer lo que no debíamos de comer, tendremos que regresar al principio y comer lo que sí debemos.  De otra manera es hacerse como el Tío Lolo; aquel que se hacía tarugo solo…

Tendremos que cambiar para regresar al Paraíso -que nada tiene que ver con la Tierra Prometida, eternamente ensangrentada-.

El problema para cambiar es que solo los grandes cambian -los grandes de espíritu-.  Sin embargo no es imposible.  Unos lo lograrán, otros no, y otros más ni siquiera lo intentarán… 

Pues dado que todos, sin excepción, somos el resultado de lo que hemos comido -y si no es claro pregúntenselo a un diabético, todos conocemos a varios- solo tenemos que comer de otra manera y volver a alimentarnos de los frutos que no son prohibidos…

Porque si a fin de cuentas, como “El bien y el mal no existe, solo existe la salud y la enfermedad”  Pitágoras (569 - 475) se deduce que por comer lo que no debemos, estamos enfermos…

Ningún animal  destruye su entorno.  Y se puede observar muy claramente en los animales; porque en La Naturaleza todos tienen su propia alimentación, la que obtienen de su entorno; lo que también es parte de la sabiduría de La Naturaleza…

Los osos panda nunca podrían haberse dado donde no hubiera bambú; los camellos en las montañas y las cabras en el desierto, no tendrían su alimento…

Si se les cambia su alimentación natural ya no viven de la misma manera; aunque en cautiverio llegan a vivir más años, pero enfermos.  Que es lo mismo que les pasa a los que viven apegados a la ciencia pero contrarios a La Naturaleza.  Viven por las medicinas que diariamente toman.

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.   




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