Diario Libertad

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Don Sata

lunes, 6 de julio de 2020


Opiniones y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz

·                     La teoría de los LC-19…

La más “moderna” versión de lo que va a suceder este año en el que se esperan aún más sorpresas, es de que no tardan en aparecer ante todo el mundo los extraterrestres.  Hay quienes dicen que son buenísima onda.  Que nos van a poner en paz a todos y las guerras se van a acabar.  Como si llegara el Anticri$to ¡vaya!…

Toda vez que tienen armas súper poderosas y el que empiece a portarse mal amenazando con sus guerritas, no lo van a acusar con su mamá; no, nada de eso; lo van a sacar de la jugada, por decirlo de la mejor  manera…

Otros dicen que los que van a llegar del espacio son malísimos y que nos van a matar a todos para apoderarse del Planeta y sus riquezas.  El león cree que todos son de su condición.  El mismo cuento de siempre.  La ambición de lo que otros tienen…

Que finalmente no es otra cosa que la clara manifestación de quien no sabe quien es, ni qué es lo que vino a hacer, ni qué quiere.  Ya lo he comentado, la ambición es el hambre del espíritu…

Lo que pasa es que la gente no entiende lo que es el espíritu y lo confunden con fantasmas y cosas por el estilo.  Y así, pues se van por el lado equivocado…

Solo que en este último caso, el de la llegada de los extraterrestres malos, otros lo relacionan con que vienen a fumigar al Planeta; y por consiguiente a nosotros nos va a cargar el pintor…

Sin embargo, eso de la visita de los seres de otros planetas no es nada nuevo, es antiquísimo.  De hecho todas las religiones hablan de lo mismo.  De un cuate con poderes extraordinarios que vino de las estrellas, del cielo o de donde sea, pero que no era de aquí…

El resto de la historia todos lo conocen.  El extraterrestre “durmió” con una mortal que no supo ni a qué horas perdió; y el cuate no se hizo responsable del producto de su quirúrgica violación, etc. etc. etc…

Ahora bien.  De que debe de haber vida “inteligente” -no como nosotros, desde luego- en otros confines de El Universo; ni quien lo dude.  No solo porque sería arrogancia pensar que somos los únicos; sino porque nosotros mismos venimos de las estrellas…

Y seguramente no llegamos por nuestra propia voluntad, nos deben de haber corrido por dañinos; pues como viles parásitos que somos, por donde pasamos todo lo destruimos…

Y si se asegura que venimos de las estrellas, es porque un parásito, como lo somos nosotros de La Tierra, nunca puede venir de adentro, necesaria y forzosamente tiene que venir de fuera.  En eso no hay discusión…

No obstante, reflexionando sobre lo anterior, cabe pensar si el Bicho, que debe de haber existido desde mucho antes que nosotros, en realidad es parte del sistema inmunológico del Planeta que, como todo ser vivo y luego tan perfecto como lo es La Madre Tierra, tiene su propio sistema de defensa; y cumpliendo su función, trata de eliminarnos…

Pero el Bicho, que es inteligente; no como las “mascarillas inteligentes” que acaban de inventar. Sembrando envidias al nombrarlas inteligentes ya que intrínsicamente llaman tontos a los otros bozales chairos que, por si no lo saben, traerlos todo el tiempo hacen más daño que bien…

Y si no, pregúntenlo a cualquier cirujano, que lo primero que hace al salir del quirófano es quitarse el cubrebocas, pues disminuye la cantidad de oxígeno a la sangre…

Y eso sin dejar de comentar que no sirven para evitar el contagio, pues el Bicho anda en el aire y es tan pequeñito que puede pasar por cualquier filtro por fino que sea…

No así sucede con las partículas de saliva de los cirujanos, que durante toda la operación están hablando con su equipo y encima de un cuerpo abierto, lógicamente vulnerable…

Pero estábamos en que el Bicho es tan inteligente que sabe distinguir entre los parásitos patógenos -los malos que hacen daño- de los saprofitos -los que no hacen daño- y solo atacan a los primeros.  Que si ya de por sí están enfermos, son presa fácil…

Apegado a los cánones, no será muy científico, pero apegados a la lógica, podemos calificarlos como una especie de Leucocitos: los LC-19 y así dejar de llamarlos Bichos, para no herir susceptibilidades y por aquello de que se vayan a molestar con uno y lo contagien.

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.









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