Opiniones y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
·
Hartazgo mundial…
Mientras el ejemplo de hartazgo hacia las
medidas sanitarias, iniciado en Berlín; va cundiendo tan rápido como se propagó
la pandemia de pánico fincada en la falsa peligrosidad del Coronabichus Apanicatum…
En Italia, al igual que en Inglaterra, las
manifestaciones de protesta por las medidas adoptadas en contra del
susodicho. Que además de ineficaces,
pues el Bicho va y viene como le da la gana, han resultado altamente costosas…
Sin omitir que se han hecho evidentes los
aviesos intereses que se manejan atrás de la salud; y el derecho que tiene todo
ser vivo de gozar de ella…
Pues contrario a los demás animales “inferiores”
a quienes La Madre Naturaleza los dotó del maravilloso atributo de curarse
ellos mismos sin necesidad de acudir al médico; el Sapiens ¿? requiere de un
guía para recuperar la salud cuando se ha enfermado…
Aunque lo cierto es que, cómo el ente maravilloso
que diseñó el Creador a su imagen y semejanza, no sabe ni a dónde va; necesita
que lo guíen. Y lo peor es que ni
siquiera se toma la molestia de cuestionar cuál es el rumbo…
Y cuando lo llegan a preguntar a dónde lo
llevan, se conforman con cualquier respuesta a modo de que se queden contentos
y sigan el camino que les han trazado…
Pero estábamos con el ejemplo de hartazgo que
comienza a ser imitado. Por lo que
quienes no quieren que se recupere la Libertad, pues desde un principio dijeron
que nada sería igual, han recurrido a cualquier tipo de declaraciones alarmistas…
Sin por supuesto descartar el que los números
de fallecidos y contagiados sea puntualmente dado a conocer para que vean y
constaten la peligrosidad del enemigo que está diezmando a la humanidad y del
que hay que protegerse…
Pero resulta que quienes protestan no solo lo
hacen en contra de la sana distancia y el cubrebocas, también están en contra
de la vacuna que en algunos lados la quieren hacer obligatoria; a pesar de todo
lo que se ha dicho de ella y de que atrás están siniestros personajes como Bill Gates y el epidemiólogo Anthony Fauci…
El caso es que ya no sabiendo que inventar; y
ante la realidad de que ya no todos les creen sus advertencias, que más parecen
amenazas, pues para muchos los individuos están totalmente desprestigiados…
Para seguir creando pánico, echaron mano de la
máxima autoridad sanitaria de Canadá; la doctora Theresa Tam -médica, dirían las feministas, quienes por cierto que acaban de obtener un
gran logro en Argentina, pues todo indica que por fin la interrupción
voluntaria del embarazo será aprobada-…
Quien declaró, “Aunque Usted, no lo crea”,
que al tener relaciones sexuales, deberán cubrirse la cara con una mascarilla;
y evitar los besos. Lo que tan absurdo,
que ya más bien parece chacoteo. Y por
eso ya nadie les cree nada...
Como nota al respecto, se creía que el humano
era el único animal que copula cara a cara -todos los demás lo hace la hembra
dando la espalda al macho- hasta que en el 2008 se supo que habían fotografiado
a una pareja de gorilas teniendo sexo cara a cara.
Pero nunca más se ha sabido de otro
comportamiento así.
Para terminar.
Los datos que se dieron a conocer de los
fallecimientos del personal médico que atiende la pandemia de pánico, revelan
que más que en EE.UU. o Brasil, que tienen más población y han tenido más
contagios, está México…
Lo que nos lleva a la reflexión, de que si no
se pueden cuidar ellos mismos, cómo es que pueden ver por los demás…
Y aunque si bien es cierto que carecían de la
protección adecuada para enfrentar el contagio, como lo han estado demandando,
no es menos cierto que en términos generales murieron quienes tenían organismos
debilitados por padecimientos crónicos. Lo que siempre ha sucedido en las
epidemias, y seguirá sucediendo…
Pero independientemente de que lo que han hecho
está mal -si estuviera bien los resultados sería de otra manera- empezando por
la información contradictoria con los tratamientos y las medidas a seguir. Excluyendo el dióxido de cloro y censurando a
quienes probaron su eficacia; lo que ya rayó en lo criminal…
No se diga del uso del cubrebocas, del que
seguramente liberarán a la humanidad en cuanto se agoten las existencias; ya
que es impensable que los gobiernos condenen a las personas a utilizarlo
siempre y lo mismo con la sana distancia.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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