Diario Libertad

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Don Sata

lunes, 14 de agosto de 2017

• Del único Dios verdadero…
Apoyado en las palabras de Pitágoras (569 - 475) “La Verdad es lo que es común a todos los hombres de todos los tiempos. Lo demás son solo puntos de vista”…

Lo que se hace evidente volteando en derredor y observando que todas, absolutamente todas las naciones y pueblos viven y mueren sacrificando sus vidas para obtener la bendición de su Dios…
Aunque los partidarios de algunas creencias puedan incomodarse por semejante afirmación; hay pruebas más que suficientes -hasta para los que solo han leído tres libros- que confirman la Teoría del monoteísmo -la existencia de un solo Dios verdadero- y la convierten en Teorema…

Cabe citar que el monoteísmo no es exclusivo del pueblo judío; sino que lo copiaron de los egipcios -con todo y su decálogo- muchos Siglos antes de que el misterioso Moisés hiciera su aparición como actor principal en el Gran Teatro de la Vida, al llevar a cabo El Gran Escape, que miles de años después inmortalizara en el cine Steve McQueen (1930 – 1980)…

Por cierto, con una versión un poco menos fantasiosa que la de los 40 años en el desierto; y que a pesar de ir huyendo los judíos llevaban oro suficiente para hacer una estatua -y eso que eran esclavos-…

Y también llevaban armas suficientes como para formar un ejército que atacara y arrasara ciudades como Jericó. ¡Claro! ayudados por la magia de don Jehová, al que visto está le encantan el pleito y las matanzas…

Toda una historia, que si no la inventa la Biblia, la habrían inventado en Holywood; o en los Estudios Churubusco, da igual. Lo que parece ser cierto, es que la Biblia ha influido mucho en los habitantes de Los Pinos…

Ya que aprendieron a dar declaraciones igual de fantasiosas -los nueve días de muerta de la pequeña Paulette, la verdad histórica, la Casa Blanca. Etc.- como la multiplicación de los peces y el pan; o la del maná que caía del cielo para darle de comer a su Pueblo Escogido. Milagrito que no se ha vuelto a repetir a pesar de que hay niños que diariamente mueren de hambre…

Pero regresemos con el monoteísmo, que ya como religión viene desde los tiempos de Zoroastro, en parsis, o Zaratustra, en griego. Fundador del Mazdeísmo -creían en Aura Mazda, El Sol, como el Dios dador de vida- y supuesto autor de los 21 libros del Avesta; de los que infortunadamente solo quedan cinco…

Pues desde ese entonces, cuando el inventado Moisés bajó del Monte Sinaí, donde recibió de manos de don Jehová los 10 Mandamientos, ya adoraban al único Dios que hace milagros: el oro…

Y los políticos, que lo huelen como si fueran sabuesos, se someten a él sin importar para donde sople el viento. Lo mismo aplaudieron al General Lázaro Cárdenas cuando nacionalizó el petróleo, que aplaudieron a Peña Nieto cuando lo entregó de nueva cuenta casi a los mismos…

Así aplaudieron cuando López Portillo nacionalizó la Banca. Así aplaudieron a rabiar cuando la entregaron a la IP extranjera. Don Adolfo López Mateos fue aplaudido cuando nacionalizó la luz, y lo mismo aplaudieron con las reformas del Iletrado que la entregó a los extranjeros…

Aplaudieron el grito de “Tierra y Libertad”. Lo mismo tomaron como lema el Sufragio Efectivo No reelección; y ya la tierra es de los latifundistas. Del Sufragio Efectivo mejor ni hablamos. Y de la No Reelección, mejor tampoco…

Pero eso sucede en todo el mundo, por eso es propio de los políticos el ceder la dignidad ante el poder que da el dinero…

En Argentina, donde el día de ayer se llevaron a cabo elecciones; sin saber todavía los resultados, se puede suponer que ganará el peronismo representado por la ex presidente Cristina Fernández, viuda de Néstor Kirchner…
O sea, que los argentinos están más o menos como estamos aquí los mexicanos. Y por ello me permito compartir una nota que me llegó de Buenos Aires, omitiendo el remitente para evitar posibles represalias:

“Así fueron, son y serán, los peronistas de mi edad:

Los peronistas de mi edad empezaron aplaudiendo la vuelta del General -Juan Domingo Perón (1895 - 1974)- se mataron para recibirlo y después mataron para echarlo. Instalaron el caos y la violencia, pero después condenaron el golpe militar contra Isabel.

Los peronistas de mi edad vivaron a Herminio cuando le prendió fuego al cajón y al poco tiempo lo denostaron acusándolo de haber perdido las elecciones por su culpa. Los peronistas de mi edad fueron verticalistas y luego renovadores. Los peronistas de mi edad fueron cafieristas, menemistas, duhalistas, asistas, kirchneristas, massistas. Algunos sucesiva y otros simultáneamente.

Los peronistas de mi edad fueron estatistas contra Alfonsín, privatistas con Menem y nuevamente estatistas con Néstor y ahora andan a la pesca a ver qué onda. Los peronistas de mi edad aplaudieron con el mismo entusiasmo la privatización y la estatización de YPF, eso sí, siempre cantando la marcha peronista y haciendo V con las manos.

Los peronistas de mi edad aclamaron a Rodríguez Saa cuando anunció el no pago de la deuda, y se rompieron las manos cuando Néstor anunció el pago total de la deuda.

Los peronistas de mi edad aplaudieron de pié el indulto de Menem a los genocidas porque había que pacificar Argentina, y poco después abrazaban a las Madres de la Plaza, porque la memoria blá, blá, blá.
Los peronistas de mi edad escracharon, repudiaron y condenaron los genocidios y luego pusieron a uno al frente del Ejército y lo defendieron con uñas y dientes.

Los peronistas de mi edad aplaudieron a rabiar a Cavallo y el 1 a 1 y después lo negaron como Judas.
Los peronistas de mi edad fueron libre empresistas en el los 90s y luego socialistas del Siglo XXI. Según venga la mano tienen sexo diplomático con EE.UU. o con Irán, China o Rusia, no le hacen asco a nada.

Los peronistas de mi edad se la pasaron burlándose de los zurditos, los imberbes de la Plaza, hasta 2015, cuando vieron que podían perder el ballotage y salieron a mendingarle los votos al Partido Obrero.
Los peronistas de mi edad fueron los que en los 90 inventaron la escuela-shopping, los que importaron una reforma educativa que ya había fracasado en otros países y se burlaban de la carpa blanca.

Hoy los peronistas de mi edad se ponen un guardapolvo “trucho”, van a la marcha por la educación y cantan “vamos a volver”.

Los peronistas de mi edad se ufanaban de ir a Miami y pedir “dame dos” y después maldijeron a todos los oligarcas que vacacionaban en el Imperio.

Los peronistas de mi edad rechazan a las oligarquías terratenientes y latifundistas, pero defienden a un empleado bancario que en 10 años compró tierras que equivalen a 13 veces la Capital Federal.

Los peronistas de mi edad acusan a la Justicia de politizarse y de comprometerse cuando algún fallo no les es favorable, procrearon una facción partidaria llamada Justicia Legítima que presiona, extorsiona, parcializa y condiciona las sentencias.

Denuncian un supuesto partido judicial pero infectaron el Poder Judicial con jueces y fiscales afines.
Los peronistas de mi edad reprocharon la detención de Milagro Sala y la califican de presa política, pero callan y otorgan cuando el régimen de Venezuela encarcela a Leopoldo López.

Los peronistas de mi edad cuando se enteraron que Bergoglio era Papa, lo acusaron de cómplice, colaboracionistas y buchón del régimen militar y al poco tiempo hacían cola y se peleaban por ir al Vaticano a sacarse una foto con él.

Los peronistas de mi edad condenaron y reprocharon el helicóptero de Isabelita, pero se regocijaron con el De la Rúa y hoy hacen souvenirs con el de Macri.

Los peronistas de mi edad vitoreaban a su abanderada que condenó a un viejo y lo trató de avaro porque le regaló $0.10 a su nieto, pero miraban para otro lado cuando el esposo abrazaba las cajas fuertes y sentía “éxtasis” o a su hija le embargaban una caja de seguridad con nueve palos verdes.

Para no aburrirlos, a los peronistas de mi edad no les importa la economía, la educación, los Derechos Humanos y si se descuidan hasta la democracia, la República, la Constitución y las Leyes les importan muy poco. Porque a los peronistas de mi edad solo les importa el poder para apropiarse de los dineros públicos.

Porque el poder es la otra cara de la “guita”; y la “guita” porque es la otra cara del Poder.

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.

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