Opiniones
y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
- No es
suficiente…
Empezando que no es la primera
vez que el papa argentino pide perdón por las atrocidades que hicieron, han
hecho y siguen haciendo los pederastas registrados en el Vaticano como
sacerdotes…
La conmovedora declaración
escrita en el prefacio de un libro intitulado: “Lo perdono padre” escrito por el francés Daniel Pittet, una víctima que en u narrativa relata la terrorífica
historia de como fue violado por un cura; y cómo finalmente pudo superarlo…
Pero la mayoría no logra y “hay quienes terminan quitándose la vida
-que es a lo que se refirió Bergoglio,
en el prólogo del libro, subrayando que- esos
muertos pesan en mi corazón, en mi consciencia y en la de toda la iglesia”…
El abuso sexual lo consideró “una monstruosidad absoluta”, un pecado horrendo y un “sacrificio diabólico”. Aunque sinceramente no entiendo cómo es
que utilizó el término “sacrificio”, pues es un calificativo que no encaja, se
sacrifica a alguien en aras de algo…
Independientemente de que el bien
y el mal tampoco existen, son cuestiones culturales. Lo que para unos es bueno, para otros es malo;
y por consiguiente el diablo y la idea del dios bueno, también es un mito con
el que han sacado ventaja los vivales…
¿Cómo puede un sacerdote al servicio de Cristo y de su Iglesia, agregó,
llegar a provocar tanto mal? ¿Cómo puede haber consagrado toda sus vida
para conducir a los niños a Dios, y acabar, en cambio, devorándolos en eso que he llamado un
sacrificio diabólico que destruye tanto a la víctima como la vida de la
iglesia?...
Lo mejor fue cuando, sin dar nombres -pero puede
interpretarse que se refería a Norberto
Rivera Carrera- fustigó a la jerarquía eclesiástica que encubre a sus
clérigos pederastas…
“Es nuestro deber dar prueba
de severidad extrema con los sacerdotes que traicionan su misión, y con su
jerarquía, obispos o cardenales que los hubieran protegido, como ya ha sucedido
en el pasado”…
Y terminó el exordio refiriéndose al autor, de quien dice que
“No perdió la esperanza ni en los hombres
ni en Dios a pesar de los abusos sexuales que sufrió durante su niñez. Y no solo eso, sino que además decidió
encontrar a su agresor 40 años después ver a los ojos de ese hombre que lo
hirió en lo más profundo del alma. Y le
tendió la mano. El niño herido es hoy un
hombre de pié, frágil, pero de pié”…
Y por último, en el prólogo el papa argentino reza por el
autor y por todas las víctimas de sacerdotes pederastas pidiendo a Dios que les
de a todos su perdón y su misericordia…
Y no es la primera vez que se refiere a los pederastas en
esos duros términos; pero aún entendiendo que quien manda en el Vaticano es la
Curia Romana; y que por consiguiente Bergoglio
ha tenido que luchar contra ellos para tratar de modificar las cosas…
Lo único cierto es que todo ha quedado en palabrería -“demagogia
religiosa”-. Pues todavía no se sabe que
a los delincuentes sexuales los hayan entregado a las autoridades civiles para
que sean juzgados y merecidamente castigados…
No obstante esperamos, porque esa sí es su absoluta decisión,
que no vaya a jubilar al cardenal Norberto
Rivera Carrera, quien ya renunció a su cargo como cardenal y arzobispo por
haber cumplido los 75 años, cuando menos hasta que sea juzgado por las
autoridades y responda por el encubrimiento que hizo de los pederastas bajo su
mando…
Pero me temo que al detestable purpurado le va a pasar lo
mismo que a Emilio Lozoya Austin, o
sea, nada. Y prueba de que lo
protegerán, es que su comparecencia ante la PGR fue por demás discreta…
Quizá fue sí para evitar que un gran número de personas
acudieran al interrogatorio, cuando menos para mentarle la madre, porque sus
fechorías son ampliamente conocidas…
No en vano desconfiando sabiamente de los inventados ejércitos
de su inventado dios, anda con guardaespaldas y en vehículos blindados…
En resumen, el individuo de marras representa toda la
podredumbre que vive tras la espectacular columnata que construyera Gian Lorenzo Bernini (1598 - 1680) y
todo el dolor de su corazón no basta para resarcir los daños. Y todo su blá, blá, blá, tampoco es
suficiente.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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