Diario Libertad

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Don Sata

miércoles, 16 de agosto de 2017

Opiniones y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
  • No es suficiente…
Empezando que no es la primera vez que el papa argentino pide perdón por las atrocidades que hicieron, han hecho y siguen haciendo los pederastas registrados en el Vaticano como sacerdotes…

La conmovedora declaración escrita en el prefacio de un libro intitulado: “Lo perdono padre” escrito por el francés Daniel Pittet, una víctima que en u narrativa relata la terrorífica historia de como fue violado por un cura; y cómo finalmente pudo superarlo…

Pero la mayoría no logra y “hay quienes terminan quitándose la vida -que es a lo que se refirió Bergoglio, en el prólogo del libro, subrayando que- esos muertos pesan en mi corazón, en mi consciencia y en la de toda la iglesia”…

El abuso sexual lo consideró “una monstruosidad absoluta”, un pecado horrendo y un “sacrificio diabólico”.  Aunque sinceramente no entiendo cómo es que utilizó el término “sacrificio”, pues es un calificativo que no encaja, se sacrifica a alguien en aras de algo…

Independientemente de que el bien y el mal tampoco existen, son cuestiones culturales.  Lo que para unos es bueno, para otros es malo; y por consiguiente el diablo y la idea del dios bueno, también es un mito con el que han sacado ventaja los vivales

¿Cómo puede un sacerdote al servicio de Cristo y de su Iglesia, agregó, llegar a provocar tanto mal?  ¿Cómo puede haber consagrado toda sus vida para conducir a los niños a Dios, y acabar, en cambio, devorándolos en eso que he llamado un sacrificio diabólico que destruye tanto a la víctima como la vida de la iglesia?...
  
Lo mejor fue cuando, sin dar nombres -pero puede interpretarse que se refería a Norberto Rivera Carrera- fustigó a la jerarquía eclesiástica que encubre a sus clérigos pederastas…

“Es nuestro deber dar prueba de severidad extrema con los sacerdotes que traicionan su misión, y con su jerarquía, obispos o cardenales que los hubieran protegido, como ya ha sucedido en el pasado”…

Y terminó el exordio refiriéndose al autor, de quien dice que “No perdió la esperanza ni en los hombres ni en Dios a pesar de los abusos sexuales que sufrió durante su niñez.  Y no solo eso, sino que además decidió encontrar a su agresor 40 años después ver a los ojos de ese hombre que lo hirió en lo más profundo del alma.  Y le tendió la mano.  El niño herido es hoy un hombre de pié, frágil, pero de pié”…

Y por último, en el prólogo el papa argentino reza por el autor y por todas las víctimas de sacerdotes pederastas pidiendo a Dios que les de a todos su perdón y su misericordia…

Y no es la primera vez que se refiere a los pederastas en esos duros términos; pero aún entendiendo que quien manda en el Vaticano es la Curia Romana; y que por consiguiente Bergoglio ha tenido que luchar contra ellos para tratar de modificar las cosas…

Lo único cierto es que todo ha quedado en palabrería -“demagogia religiosa”-.  Pues todavía no se sabe que a los delincuentes sexuales los hayan entregado a las autoridades civiles para que sean juzgados y merecidamente castigados…

No obstante esperamos, porque esa sí es su absoluta decisión, que no vaya a jubilar al cardenal Norberto Rivera Carrera, quien ya renunció a su cargo como cardenal y arzobispo por haber cumplido los 75 años, cuando menos hasta que sea juzgado por las autoridades y responda por el encubrimiento que hizo de los pederastas bajo su mando…

Pero me temo que al detestable purpurado le va a pasar lo mismo que a Emilio Lozoya Austin, o sea, nada.  Y prueba de que lo protegerán, es que su comparecencia ante la PGR fue por demás discreta…

Quizá fue sí para evitar que un gran número de personas acudieran al interrogatorio, cuando menos para mentarle la madre, porque sus fechorías son ampliamente conocidas…

No en vano desconfiando sabiamente de los inventados ejércitos de su inventado dios, anda con guardaespaldas y en vehículos blindados…

En resumen, el individuo de marras representa toda la podredumbre que vive tras la espectacular columnata que construyera Gian Lorenzo Bernini (1598 - 1680) y todo el dolor de su corazón no basta para resarcir los daños.  Y todo su blá, blá, blá, tampoco es suficiente.

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.    


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