Opiniones y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
·
¡Ya era
hora!…
Si ya dijeron que la pandemia del
coronavirus es la causante de que un cubre bocas haya llegado a costar 15 mil
pesos; y que el mismo bicho es el responsables de que las afores hayan perdido
en solo el mes de febrero la cantidad de 26,410 millones de pesos…
Dado que las enfermedades afectan
todo el organismo, o sea, tanto al cuerpo como la mente -a la que los “especialistas”
consideran aparte del resto del organismo-
“Cura el cuerpo y se curará la mente” es un buen pensamiento
que deberían aprender…
Lo cierto es que se ha difamado
tanto al pobre virus, que no faltará quien lo vaya a hacer responsable de una
violación, un feminicidio, el desfalco de Pemex; o de que el Presidente López Obrador proponga llevar a cabo
una mañanera a bordo del avión que la vergonzante ex primera dama utilizara
para ir a cenar a Paris…
Todo el mundo habla de la alimaña,
de su origen, su sintomatología, su prevención, sus cuidados y tratamientos, la
vacuna -que unos dicen ya estará lista para fin de año y otros que ya la tenían
desde antes porque todo es estrategia financiera para destruir económicamente a
China-…
Dicen de todo y lo mejor es que todos
los expositores son “expertos” sobre el animalito recién descubierto; y que, visto
está, tiene una enorme capacidad para reproducirse. Lo que hace pensar que su existencia debe de
ser muy divertida. Algo podríamos
aprender; aquí hay quienes piensan que venimos a sufrir o a aprender…
Pues todo el día deben de comer
para, supuestamente tener esa energía que necesitan para estarse reproduciendo
todo el tiempo; cuando la impotencia se cura precisamente con el ayuno, es
decir, dejando de comer…
Pero así dicen los “expertos”,
que seguramente ignoran si estos animalitos también están sujetos al Ciclo Circadiano, o no; lo que determinaría si son de este
Sistema Solar, o vienen de otras galaxias.
Ya que finalmente somos muy parecidos a ellos…
Porque también comemos todo el
día -el hombre es el único animal que come por horas, no por hambre- a todos nos
guía el instinto de la conservación de la especie; y sin que en lo más mínimo
nos importe el daño que le hacemos a nuestro hábitat…
Pero el bicho no es tan dañino
-como nosotros, comprenderemos- lo han desprestigiado, ya que solo les da pase
para el otro mundo a los débiles, a los más enfermos…
Porque aún en las verdaderas
pandemias, donde la gente cae muerta en las calles y nadie se atreve a recoger
los cadáveres para no contagiarse, hay a quienes les dá; y a otros que no les
dá…
Y eso era lo que hacía el llamado
Padre
de la Medicina, Hipócrates (460 - 370) cuando lo llamaban para atender
una epidemia. No solo veía lo que podía
hacer por los enfermos; sino que también estudiaba a los sanos para saber por
qué no se habían contagiado…
A diferencia de los “expertos” de
hoy en día, mismos que, con toda seguridad, no conocen a Hipócrates de Cos; de otra manera seguirían muchas de sus sabias
enseñanzas…
Pero todos ya hablan de eso, como
si verdaderamente supieran, o lo hubieran hecho a propósito; hoy comentaremos
de otras cosas. Porque dentro de la
destructiva actividad del Hombre, hay cosas interesantes que hacen pensar como que
medio quieren empezar a hacer consciencia…
Y para sorpresa sobre el tema,
como iniciativa de Ley lo presentó el senador Ricardo Monreal. Y va en el
sentido de que se catalogue y penalice como delito el abandonar a las mascotas…
Actitud propia de enfermos
mentales con aires de superioridad -que en el fondo son muestras de
inferioridad- pero que se sienten superiores -y muy superiores- al resto de los
animales…
Oportuno recordar, que no hace
mucho la Real Sociedad de Geografía de Londres y el Earthwatch Institute, se declararon
que el animal más importante del Planeta, es la abeja…
Pero todavía estamos muy lejos de
la conciencia que se requiere para dejar de divertirnos a costa del sufrimiento
de los animales; o para matarlos por placer.
Lo que ya debería de castigarse tanto o más que los que matan por dinero...
Pues la humanidad entera, sin que
falte un solo individuo -aunque para algunos parezca ofensivo y para otros un
tema de profunda reflexión- es decir, que todos valemos menos que una abeja. Pero finalmente se ha dado un buen paso. ¡Ya era hora!
Y nos vemos mañana, si el Sol me
presta vida.
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