Opiniones y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
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Al pan, pan; y al vino, vino…
Las palabras del Presidente López Obrador referente a su decálogo. Si no se raja, si no se echa para atrás -o lo
obligan a que se retracte y abandone el tema- valdrán todo su mandato; y se le
recordará para siempre como el que verdaderamente Transformó a México…
Y si piensan que ya me arreglé con el
Presidente o con sus secuaces; pues no.
Ni los conozco. Hace muchos años
entrevisté al entonces candidato y platicamos sobre la República; sistema de
gobierno al que Víctor Hugo (1802 -
1885) calificó como “El clímax de la
civilización”...
Pero no exagero. La riqueza más grande que puede tener una
Nación, es la salud de sus ciudadanos. Y
ese puede ser el legado mejor y más grande que puede dejar para la Historia…
Solo que éste no depende exclusivamente del
Estado; que ciertamente ha fallado al permitir la publicidad de lo que es
dañino para la salud; como lo es la comida chatarra, incluyendo por supuesto
los refrescos y todos esos productos “energetizantes” que entre todos tienen a
los mexicanos enfermos. Y los enfermos
son muy caros…
No solo no producen, sino que cuestan mucho
dinero y hasta exigen que les den solución a sus problemas de salud; cuando
ellos son los primeros que no la cuidaron y no la quieren cuidar…
Los enfermos quieren que los curen; pero no quieren
curarse ellos; y los diabéticos son un ejemplo de ello. Si se sometieran a una dieta, no necesitarían
ni medicinas ni médicos. Pero no. ¿Cómo creen que van a dejar sus galletas y
sus refrescos, que tanto se antojan al verlos por la TV?…
El Gobierno tiene que detener completamente la
publicidad y propaganda por cualquier medio, de todos los productos que son
dañinos para la salud. Como sucedió con
el tabaco…
Si no lo hace y se avienta la bronca con los
industriales de la comida chatarra, entonces todo va a colapsar y todos van a
salir perdiendo. Y no solo por las
juventudes diabéticas que no tendrán ningún futuro…
La carga social y económica que representan los
enfermos para la Patria y para el Estado, crece a un ritmo descontrolado que
nada tiene que ver con la edad y, visto está, sobre pasa la capacidad para
atenderlos…
El Estado, con el dinero de los contribuyentes,
no puede seguir atendiendo a ninguna persona que no quiera curarse. Es demasiado caro. Los dineros que pagan de impuestos y los
empleos que generan las chatarreras -que son muchos- no justifican el daño que
hacen a la salud del Pueblo…
Ni socialmente, pues los enfermos piensan como
enfermos; ni económicamente, ya que como arriba se cita, son muy caros para el
Estado, puede continuar permitiéndose que se envenena al Pueblo…
Decía un ilustre Maestro: “Si los gordos comieran lo que
dicen y los flacos comieran lo que dicen; no habría ni flacos ni gordos”. “Para subir un kilo de peso, para que la
báscula marque un kilo de más; es porque te lo comiste”…
Eso de que hay quien se come una galleta y sube
un kilo, es una broma, pues es absolutamente imposible. Ni en los que verdaderamente tienen problemas
de tiroides o de hipófisis puede suceder…
Sin embargo, lo bueno es que por fin se abordó
el tema de la salud y la alimentación, pues todos somos el resultado de lo que
hemos comido; y si comemos porquerías, en eso nos convertimos…
Luchar contra la Industria de los venenos sabrosos,
puede sacar chispas. Seguramente
lloverán amparos y amenazas -lo hicieron con lo de las etiquetas- Pero toda vez que el tema está en la mesa y
lo puso el Presidente, habrá que esperar las respuestas. Se puede poner bueno.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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