Diario Libertad

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Don Sata

jueves, 24 de diciembre de 2020

 

 

 

Opiniones y Comentarios

Julio Ricardo Blanchet Cruz

·                   Del Bicho que derrotó a los Dioses…

 

Primero prenden el fuego y luego no saben cómo apagarlo.  Y se dice esto, porque no podemos pasar por alto que el autor intelectual y material de las epidemias es don Jehová.  Negarlo sería tanto como desconocer lo que dicen las $agradas Escritura$…

 

Y lo traigo a colación, porque si algo le podemos agradecer al Bicho, es que acabará desenmascarando a las religiones; pues todas hablan de súper dioses con poderes para hacer llover fuego, como en Sodoma y Gomorra; o para que llueva como Dios manda, pero a lo bárbaro, como en el Diluvio…

 

Pero no les hables del Coronabichus Apanicatum, porque con ese no pueden, o cuando menos así lo parece…

 

Hay Dioses para todo; y $antos, ni se diga.  Pero ninguno funciona.  Ahí tenemos a San Jorge bendito.  Pa que amarre a sus animalitos le han rezado y suplicado en todos los idiomas habidos y por haber; y nada…

 

A pesar de que según dicen se agarra a cachetadas con los dragones y los mantiene a raya, el $anto se ha hecho como El Tío Lolo con el asunto del virus.  Con decirles que dicen haberlo visto con cubrebocas.  Cualquiera pensaría que también le tiene miedo

 

Tal vez en esta nueva Era de Acuario que ya comenzó, el hombre deje de mirar a los cielos para buscar a los Dioses -bastante inútiles por cierto; cuando menos en lo que se refiere al control de las epidemias- y comience a ver bajo sus pies; hacia La Tierra…

 

Cuando entendamos que los parásitos somos nosotros, que la única y verdadera Diosa que además sí hace milagros, es La Tierra, deberemos comenzar a actuar de otra manera…

 

Y es de esperarse que tengamos la suficiente gallardía para aceptar que toda la humanidad junta, no somos más importantes que una sola abeja...

 

Lo traigo a colación, porque vi una entrevista con un jesuita, que se supone que son más abusadillos, además sociólogo y escritor español de nombre José Ma. Rodríguez Olaizola, en la que el entrevistador le preguntó dónde está Dios durante la pandemia…

 

El cura respondió que “Dios está en las preguntas que nos hacemos ante la muerte”.  Y también señaló que “Dios está en el amor que ha salido en primer plano durante la pandemia”…

 

Y por si fuera poco, agregó: “Dios está de lado de los que sufren, del lado de las víctimas; como invitando a que las cosas no se queden así”.  O sea, de mucha utilidad, vaya... 

 

Cuando para lo que sí sirven los Dioses, es para hacer dinero.  Y si no que le pregunten al líder “espiritual” de la Luz del Mundo, Naasón Joaquín García, detenido en EE.UU. por pederastia y tráfico de personas, a quien la UIF denunció ante la FGR por lavado de dinero y delitos fiscales. 

 

Cambiando de tema…

 

La guerra que involucrará a casi todo el mundo, ya está en curso.  Pero no es entre países, sino entre los vacunados vs. los que no se quieren vacunar…

 

En descargo algunos dicen que la vacunación no va a ser obligatoria; pero todo indica será coercitiva.  Porque si no te la aplican no podrás hacer ningún trámite, ni trabajar, ni viajar, ni acudir a los restaurantes, clubes o espectáculos.  La exigirán para todo…

 

Y lo mismo como en las películas de ilegales o de zombies, los no vacunados hasta tendremos que escondernos para salir a comprar comida.  Los vacunados nos perseguirán y en el mejor de los casos nos entregarán a las autoridades -o lincharan, como ahora se acostumbra-  A un zombie no se le puede pedir que razone; y así está actuando la gente…

 

No obstante, no deja de parecer extraño que el transporte de las vacunas a menos 70° esté tan custodiado, aduciendo que es para que no se las roben ahora que hay mucho mercado donde venderlas…

 

Sino que puede pensarse que es para que no las vayan a analizar y descubran lo que tienen.  Y que en el mejor de los casos sea solo agua destilada -que a no dudar es la que están aplicando a los mandatarios- y encima de todo estén haciendo millones con el fraude. 

 

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.

 

 

 

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