Opiniones y Comentarios
Julio
Ricardo Blanchet Cruz
* ¡Y que se salva!…
Aprovechando que la gente ha caído en brazos
del Coronabichus
Apanicatum; que en el colmo de la exageración ahora unos científicos
dicen que el infectarse con el malvado Bicho podría alterar la calidad del
esperma…
Lo que no necesariamente quiere decir que en lo
sucesivo quienes sean infectados podrían tener solo hijos dedicados a la
política o las religiones. No, nada de
eso. Ni siquiera han hecho los estudios
necesarios para determinarlo…
Y se puede decir que la noticia es falsa,
porque los tiempos no se ajustan. Veamos.
Si se infectó al inicio de la pandemia, quiere decir que ya recuperadito,
para festejarlo pudo volver a tener relaciones sexuales…
Y que a los respectivos nueve meses después,
tendría un vástago, no muy vivo que digamos, pero del que se darían cuenta de
sus anomalías al paso de unos meses; a menos que estas fueran muy notorias; como
pintado de algunos colores, ya saben las elecciones…
Y además tendrían que haber muchos casos
similares para aventurarse a declarar la calidad del esperma. Pero no.
Todo eso lo dicen para que la gente se vacune. Sin que muy se entienda por qué tanta prisa,
si finalmente va a ser imposible que vacunen a todos los habitantes del
Planeta…
Por lo que el Bicho seguirá viviendo entre
nosotros y a la primera oportunidad que le demos regresará para acabar con los
que queden -y que siguen haciendo planes para el futuro como si nada estuviera
pasando; lo que hace altamente sospechoso de que ahí hay gato encerrado-…
Bien podríamos darle una caladita a los
Derechos Humanos de la ONU y demandar al Bicho por ser evidentemente clasista,
casi racista. ¡Que ya se contagió el Slim! pero luego-luego salió del
problema, como Trump, Bolsonaro y
esperemos que también la libre don
Manuelito, porque sin él, que nos cuenta cuentos bien bonitos, ya no nos
saben las mañaneras. A doña Olga, con
todo respeto, le falta cancha…
Pero que las bocas se les hagan chicharrón y se
les cierre el cicirisco a todas aquellas personas que han inventado que al
señor Presidente ya se lo estaba cargando el pintor. Que un derrame cerebral, que la hipertensión,
que los problemas cardiorrespiratorios…
Pero eso es lo que quisieran los apuntados
opositores para poner a uno de los suyos. Pero díganme amables lectores, de
dónde van a sacar uno decente si todos han andado metidos en el roba-roba de
toda la vida. Crecieron dentro de la
corrupción. No se les puede pedir otra
cosa…
Pero regresando con don Manuelito, y la falta de sus mañaneras. Ya casi recuperado, se acaba de aventar un
Mensaje a la Nación -que digo a la Nación, al mundo entero- agradeciendo el
cariño y buenos deseos -hasta de la oposición- a su restablecimiento…
Luego-luego los montados en la ola se apuntaron
diciendo que se habían enterado de tal o cual fármaco por una caja de la
presentación que descuidadamente tiraron a la basura y un enfermero la recogió
y etc. etc. todos se atribuyen el milagro de su pronta recuperación…
Cuando en realidad, ya se sabe, por personas
muy allegadas a los virus, que lógicamente prefirieron omitir sus nombres, que
el Coronabichus
Apanicatum tiene arreglos con los ricos para que a ellos les dé pero poquito
y a los demás les atice en serio. No se
explica de otra manera…
Pero no fue fácil la negociación, pues hay
muchísimo dinero de por medio; y el Bicho, antes de finalmente darse por
vencido, o sea, erradicado, exigió que en su honor debían de reconocer que
todos los que se murieron había sido por su causa. Como El Batallón de San Patricio ¡vaya! y así
inmortalizarse como sus parientes españoles…
No puedo pasar por alto que Don Sata, experto en todo, me señaló
que al principio del sermón tabasqueño, su lenguaje corporal fue cambiando de
apagado a mejor tono. Primero andaba hasta medio jorobado y ya luego como que
se hizo del escenario…
Al igual que su sermón, que empezó con un tema
y acabó, para no variar como Presidente de una Nación guadalupanamente laica,
con su cantaleta de que hay que ser buenos; aunque esta vez sin mencionar a las
abuelitas…
El caso es que a algunos nos duró poco el gusto;
y a doña Olga el susto. A falta de
mañanera, desde los pasillos de Palacio el casi recuperado Presidente se soltó
como hilo de media y no había modo de que se callara…
El Sermón de la Montaña se quedó chiquito; y
poco faltó que terminara diciendo: Podéis ir en paz, etc…
Por cierto que el citado sermón de Jesús a sus discípulos y a miles más -y
a capela, es decir, sin micrófono- es muy parecido a lo que dice El
Sermón de Benarés que Siddharta
Gautama Buda (563 - 483) pronunció
hacia el año 528 antes de que iniciara esta Era. Aunque no se ha sabido de ninguna demanda de
plagio ni nada por el estilo…
Lo cierto es que Dios salve al Rey; y que se salva.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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