Opiniones y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
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Y además hacen negocio...
Lo primero que hay que aclarar, es que llaman narcotraficantes a quienes
secuestran, cobran piso, tanto en la ciudad como en el campo, acaparando las
cosechas y los minerales de exportación…
Y quienes así opinan. O no tienen
una idea de lo que dicen; o lo mismo y sí la tienen, pero a eso se dedican, es
decir, a cobrar por hablar o por escribir.
Un ejemplo…
Cuando secuestraron a Diego
Fernández de Cevallos, aquel 14 de mayo del 2010. Por el que pidieron de
rescate 30 millones de dólares. Y que
después de siete meses fue liberado; según él mismo declaró, gracias a
Dios. Cuando fue gracias al dinero que
se pagó por rescatarlo. A menos que el
clero haya cooperado; pero no lo creo…
En lo personal nunca creí en el secuestro del mañoso individuo -como tampoco
en el atentado a José Murat,
entonces Gobernador de Oaxaca- y va el porqué.
El simple sentido común y un poco de conocimiento de lo que se habla,
hace del asunto algo más que sospechoso…
Según la crónica, una semana después, la PGR declaró que suspenderían la investigación
del caso, atendiendo a la solicitud de la familia; para no entorpecer las
negociaciones y atendiendo el bien último, la vida del secuestrado…
Luego, hasta varias semanas después, los familiares tuvieron noticias de
los secuestradores, que se hacían llamar “Los
Misteriosos Desaparecederos” o algo así.
El sujeto de marras, o sea, Diego,
aparecía con el torso desnudo, los ojos vendados y con una revista en las
manos, para demostrar que estaba vivo.
De película de Hollywood…
Y luego le envió una carta a su hijo pidiéndole que se apresurara para
conseguir el rescate; cuando a lo mucho, sí lo que los secuestradores quieren
es presionar, no le dicen que escriba una cartita, mandan una oreja o un dedo,
en el mejor de los casos…
“Te pido que hagas lo más rápido que puedas tu mayor esfuerzo. Ellos tienen todo el tiempo del mundo, no les
corre ninguna prisa”, decía
la misiva. Haciendo evidente que tenía
comunicación con sus secuestradores y sabía que no le iban a hacer nada. Lo que le daba tranquilidad a su familia y al
gobierno del mal hadado Calderón…
Pero eso no es todo. Se ve que los
que sí creen en el secuestro, nunca han visto a un recién liberado. Pues por principio de cuentas, lo sueltan en
despoblado y drogado, a tal grado de de no saber ni cómo se llama; y durante un
buen tiempo así se la pasa…
Pero reapareció con una barba blanca y desaliñada como de leñador perdido en
Alaska; pero, curiosamente, con las cejas bien negras, tipo Vicente Fernández. Lo que quiere decir que los secuestradores,
buena onda, le daban pal tinte…
Y eso de que llegando a su casa se bañó y ¡solito! se fue a llevarle flores
a su novia en un auto Mercedes -y eso que dijo que tuvo que pedir dinero prestado
a sus amigos para completar el rescate- ¡Por favor! eso es de novela de Corín Tellado…
Solo faltó que le diera un beso y se despertara. Mientras los reporteros filmaban el
acontecimiento -tipo Televisa; ya saben-
Pero viniendo de la generación de “La Verdad Histórica” y la pequeña Paulette -a quien aún no se le ha hecho
justicia-…
Originalidad es algo que no podía pedírsele al émulo de “Orlando
el Furioso” -el poema épico de la era caballeresca escrito por Ludovico Ariosto (1474 - 1533)- demasiado
burdo y prepotente…
¿Cómo pueden creer semejante patraña?
Conociendo lo mañoso que es el individuo, especialista en asuntos
financieros entre Hacienda y los contribuyentes para que les devuelvan dinero,
el mentado secuestro más huele a evasión de impuestos que a otra cosa…
Sin omitir sus fanfarronas declaraciones.
Pues refiriéndose a los secuestradores dijo que “Como hombre de fe, ya les perdoné;
pero como ciudadano la Autoridades tienen una tarea pendiente; pero sin abuso,
ni atropello”…
Pero “no me van a amedrentar”, y dijo “que seguiría su vida como
siempre”. Y además agregó que viviría para adelante, sin
miedos, sin cobardías, sin arrogancia, pero con definición y valor…
Pero eso fue todo, pues consciente de que quien mucho habla, mucho yerra; y
se fuera a “balconear”, no quiso responder nada más a los reporteros…
¿Realmente amables lectores, ustedes creen que “El Mencho” o cualquier
otro capo de altura, se va a molestar en secuestrar a un insufrible, irascible
y patético sujeto; y todavía soportarlo ¡durante siete meses! para sacarle 30
millones de dólares. Cuando esa cantidad
se la gana en un embarque…
Haciendo cuentas. Un gramo de
cocaína pura, cruzando la frontera cuesta al consumidor 100 dólares -cuando
menos antes de la pandemia-. Una
tonelada tiene un millón de gramos; luego entonces, cada tonelada representa
100 millones de dólares. Un submarino en
que la transportan lleva 10 toneladas y según cuentan hacen viajes diarios…
Ni tampoco han seguido los pasos de quienes han estado secuestrados; pues su
vida cambia de manera radical. Desconfían,
como es lógico, de todo. Los que pueden
viven con guardaespaldas hasta de noche.
Pero éste le anda haciendo al valiente…
Pero como les decía amables lectores, otra cosa es la delincuencia
organizada. Que son los que tienen
amedrentada a la sociedad. Porque cuando
ven las camionetas de los verdaderos narcos, hasta hacen fiesta, pues ayudan a
todo el mundo…
El pueblo no les teme a los narcos, eso es mentira. Les temen a los delincuentes, que se drogan
para cometer todo tipo de crímenes. Los
capos le tienen prohibido a su gente meterse en eso; y ya saben lo que les pasa
a quienes desobedecen…
Pero hemos llegado a tal grado de descomposición social, que 10 mujeres
mueren asesinadas cada 24 horas; y eso ya no es noticia. Pero por alguna turbia y aviesa razón, no
quieren acabar con los cárteles para dedicarse a combatir a la delincuencia
organizada…
Cuando legalizar las drogas es el único camino que hay. No hay otro.
Y seguir la experiencia de Portugal, donde las drogas las entrega el
gobierno de manera gratuita, con la condición de que se acuda a un tratamiento
para erradicar la adicción. Y además hacen negocio.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
No hay político que no diga mentiras o tenga secretos de corrupción o privilegios con dineros de los impuestos. Se volvió una moda para limpiar la imagen o bien ocultar un hecho punible, inventar un secuestro por jóvenes pudientes. Y en efecto los secuestradores tienen códigos violentos. Asi que para limpiar el país y hacerlo seguro para sus habitantes debieran visitar a los países que ya legalizaron las drogas y ver y palpar sus resultados.
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