Opiniones y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
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¿Seré yo acaso maestro?…
Muy lamentablemente la cifra de muertos tras el temblor en Haití ya se
eleva a unos 2 mil; y se espera que, debido a la falta de la suficiente
maquinaria pesada para remover los escombros, es muy probable que en los
próximos días el número aumente…
Pero por lo visto, más les interesa a algunas naciones el continuar sus
ejercicios militares, gastando millonadas, que enviar ayuda a quienes en verdad
la necesitan…
No como Miguel Alemán Magnani, que
no lo necesita a pesar de que fue localizado en Francia y tiene una orden de
aprehensión; pero de donde no lo pueden extraditar, porque el delito de
defraudación fiscal por el que se le acusa en México, allá no es un delito
grave; y como él tiene la nacionalidad francesa, parece que no regresará por
algún tiempo…
No así Laura Bozzo, también
buscada por la Interpol por el mismo delito de defraudación fiscal, quien seguramente
que no correrá la misma suerte; pues no tiene muchos lugares dónde esconderse y
tampoco es muy querida que digamos…
Sin embargo, lo importante por el momento, es que las relaciones con el
gobierno de Biden son tan buenas,
que mientras siguen deportando gente como nunca antes, Ebrard tuvo que salir a declarar que “La reapertura de la frontera no
será en corto plazo”.
Sobre el regreso a las escuelas…
O el hombre más informado de México -con sus datos ¡claro!- ya no lo es
tanto; o es de los que tira la piedra y esconde la mano. Porque ahora sale con que no sabía nada; y
que la carta de corresponsabilidad es falsa.
¡Qué fácil!…
Cuando todo indica que Delfina
es la responsable de haber publicado eso -no la del Presidente para sucederlo;
sino a la que le ha quedado muy grande el cargo. Seguro debe añorar estar frente a los niños
enseñándoles que 2 más 2 son 4-…
Porque encima del escándalo que se formó, todavía declaró que no cerrarán las
escuelas, aunque se registren casos de infectados. “El miedo no nos puede paralizar”, dijo la alta funcionaria…
Pero siendo tan sumisa, como se muestra ante el dueño del Rancho; aceptando
que le carguen el muertito de la cartita; cuando otra con dignidad ya le
hubiera aventado el arpa- su lealtad merece una gubernatura, diputación o algo…
Porque el señor Presidente lo supo, pues iba incluida en el “decálogo” que
le presentaron y que convenientemente ha desaparecido. Que no haya puesto atención, es otra
cosa. Pues parece que la neurona le gira
recio y siempre está en lo suyo, en su nube de datos. Siempre confiando en que los demás harían
bien su trabajo de revisar todo; pero dejaron pasar una; que ni a sus peores
enemigos se les habría ocurrido…
Al aceptar doña Delfina, la
responsabilidad -como la acompañante del hoy Gobernador electo de Zacatecas, el
casto Monreal, que le agarró las
“nachas” a Roció Moreno, que creo
que dijo que no sintió nada, o algo así, pero lo exculpó-…
Ya ha pasado a pertenecer al selecto grupo de los que rodean al Presidente y
a los que protege como si le supieran algo o en ello le fuera la vida misma…
Aunque ciertamente que a cualquier otro que pusiera en su lugar le pasaría
lo mismo; toda vez que en las dictaduras solo uno es el que manda, “llueve, truene o relampagueé”. Bueno;
no siempre…
Pero lo cierto es que de nueva cuenta el dueño de su Rancho perdió el
control de sí mismo; pues al ser interrogado sobre lo de la ya famosa carta de
corresponsabilidad, reaccionó visiblemente molesto. Sin embargo, es difícil creer que no lo hayan
consultado…
Y de haber sido así, es decir, que nunca se enteró de la mentada carta, debió
de haber tomado medidas; pues el daño que ocasionó al desgobierno de la 4T fue
considerable. La política del recule no
deja satisfecho a nadie…
Sus propios colaboradores se desconciertan y desmoralizan -los que creyeron
en él- al ver con que desfachatez dice una cosa y luego se desdice; además repartiendo
culpas. Por cierto, que, como
responsables de la referida carta, bueno se le hizo responsabilizar a los
conservadores. Ya no sabe de otra. Al
rato también van a ser los culpables de que tenga colitis…
Pero si lo que se pretende es hacerse como el monje loco, “nadie sabe, nadie supo”; y no se da a
conocer al responsable de semejante estulticia.
Ante la duda de que ya nadie sabe nada, habrá que preguntarle: ¿Seré
yo acaso maestro?
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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