Ante la espectacularidad de los
Juegos Olímpicos en Sochi, cuya clausura fue más allá de todo lo imaginable, en
comparación, se puede apreciar la decadencia estadounidense; toda vez que el medio
tiempo del Súper Bol, el Juego de Estrellas y cualquier otro espectáculo de
Hollywood, después de lo visto, se quedan en la mediocridad.
No obstante, mientras en Sochi
todo era esplendor y gozo, olvidando que los Juegos Olímpicos suspendían las
guerras, no muy lejos de ahí, en Ucrania, la violencia permaneció imparable
durante los 17 días que duraron las competencias.
Y tras el Golpe de Estado
orquestado por los Halcones sionistas, la respuesta del Kremlin no podía
hacerse esperar. El Primer Ministro,
Dimitry Medvedev, después de que la Rada -el Parlamento- destituyó al
Presidente Viktor Yanukovich, cuestionó hoy la legitimidad de las nuevas
autoridades en Ucrania:
"Personas enmascaradas
y armadas no son socios para un diálogo. No entendemos qué está pasando allá. Existe una verdadera amenaza para nuestros
intereses y para la seguridad de nuestros ciudadanos".
Sin embargo, prometió que se
cumplirán todos los acuerdos firmados con Ucrania. "Esos acuerdos que sean
vinculantes legalmente, deben ser cumplidos. No estamos cooperando con personalidades ni
con individuos aislados".
Y toda vez que en Diciembre
Rusia aceptó reducir el precio del gas, de los 400 dólares que pagaba desde el
2009, a 268.50 dólares los mil metros cúbicos.
Llamando Medvedev a Ucrania "un socio importante", subrayó
que los contratos de gas tienen límites de tiempo, y que Moscú podría
reconsiderarlos en consultas con la parte ucraniana. Lo que habla muy bien del Kremlin, pues
anteponen el diálogo a las decisiones unilaterales, aunque ellos tengan los
ases en la manga.
Y aunque por simples cuestiones
de distancia -y sobre todo financieras, pues la economía rusa es muy superior a
los satélites sionistas- quienes ahora los apoyan, no podrían competir en
cuestión de precios de energéticos, pues el Kremlin también les surte petróleo
a precios especiales.
Por lo que, de seguir tomando
partido por la UE, el Pueblo resentiría de inmediato la consecuente elevación
de los precios. Y más pronto de lo que
esperan, como ya se ha citado en este mismo espacio, los ucranianos se
arrepentirían de haberse aliado al quebrado experimento sionista; pues de
inmediato el nuevo gobierno comenzaría a aplicar las draconianas medidas que
imponen los organismos financieros internacionales, con las consecuencias que
se saben padecen los griegos, los italianos, o los españoles, por poner solo
tres ejemplos.
Sin embargo, es difícil pensar
que el Kremlin se conformará con presionar económicamente al nuevo Gobierno; y
aunque lo más probable es que esperará a que se lleven a cabo las elecciones en
Mayo próximo antes de tomar decisiones -en las que todo indica que tampoco se
quedarán con los brazos cruzados- se puede asegurar que no serán las únicas
acciones que tome.
Sin soslayar que los EEUU
actualmente tienen abiertos tres claros frentes: en Siria, donde están
desesperados pues ya están prácticamente derrotados, como quedó demostrado en
Ginebra II, donde Rusia se opuso tajantemente a la salida de Bashar el-Assad.
En Venezuela, donde a pesar de
su propaganda no la llevan tan fácil; pues la mayoría apoya al régimen
socialista; como lo han demostrado en las elecciones. Y no sería remoto que las poderosas BRICS,
aparte de algunas naciones americanas, acudieran en apoyo del pueblo
venezolano.
Y en Ucrania, donde a pesar de
los hechos todavía no se ha dicho la última palabra.
Y si los EEUU no pueden
controlar ni a sus propios ciudadanos; pues es un hecho que la sociedad
estadounidense está en malas condiciones económicas, pues la pobreza ha
aumentado de manera significativa; y lamentablemente por tanta droga y comida
chatarra que consumen, también andan mal de salud, el panorama para los yanquis
no se divisa nada aragüeño.
Pero no se puede pasar por alto
que como necesitan de una guerra, no para estabilizar su economía, pues su
deuda con los sionistas es impagable, sino para darles a ganar más dinero a sus
transnacionales y que les presten más dinero.
No sería nada extraño que hicieran alguna otra barbaridad, como la de
Las Torres Gemelas para justificarse ante sus ciudadanos.
Por otra parte, regresando con
el tema del Golpe de Estado en Ucrania, la cancillería rusa acusó al nuevo
Gobierno de métodos "dictatoriales y terroristas y de adoptar medidas contra los
ucranianos de origen ruso”. Haciendo énfasis en la abrogación de la Ley
que hacía del ruso la lengua oficial en algunas regiones.
Y agregó: "Al invocar intereses
revolucionarios, se validan decisiones y leyes que buscan sobre todo perjudicar
los derechos humanitarios de los rusos”. El Embajador ruso fue retirado
de Kiev y llamado a Moscú para consultas sobre el "agravamiento de la
situación".
Habrá que estar pendientes de lo
que suceda en los próximos días.
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