Opiniones y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
- El Bicho bendito…
Como el juego siempre tiene dos caras, ayer en
este mismo espacio se comentó sobre El Bicho maldito; pues hoy hablaremos de su
contraparte y los históricos pleitos que siempre han ganado los malosos, pues
ciertamente que los bichos nunca se han ido…
Y la verdad, en justicia dicho, no tienen por
qué irse. Ellos han estado aquí desde siempre. Nosotros somos los intrusos que queremos
echarlos de su hábitat…
Pero pedirle a la gente que entienda eso,
cuando está innoblemente fanatizada, es tanto como arar en el desierto. Por
regla general, la gente siempre tiene la razón, el otro es el que está
equivocado…
No hay día que no me tope con alguno de los tres
amables lectores que tengo, que cuestione mi opinión y me exprese la suya; lo
que ciertamente me enriquece y corrobora
que cada cual ve lo que quiere ver y entiende lo que quiere entender…
El fanático no escucha argumentos y es en
extremo difícil que entre en razón. Ni siquiera
que acepte que todos tenemos puntos de vista diferentes. Pero los dogmatizados quieren
que todos pensemos igual que ellos…
No entienden, que si se le da un mismo libro a
diez, o a cien personas; y se les pide que subrayen con un plumón lo que
consideren más interesante. Todos,
absolutamente todos marcarán cosas distintas; porque todos vemos la vida de
manera diferente…
El caso del coronavirus es más
que evidente; cada cual dice y opina lo que se le viene en gana. Lo mismo es malísimo, pues vino a cambiar la
forma de vida de todos; y tal vez para siempre…
Que lo mismo y el Bicho es todo
lo contrario pues vino a cambiar la aberrante forma de vida que llevamos; y se
espera que el cambio sea para siempre.
Pero…
¿Irá a cambiar algo? ¿Será ésta
la extinción de una civilización que vivió sin dar pie con bola? Porque si
hubiéramos vivido de una manera adecuada seguro que esto no estaría sucediendo…
¿Esta vez habremos aprendido la
lección; y que como resultado de la simulada pandemia se formará una nueva
sociedad? Desde mi muy personal punto de
vista, no lo creo…
Y no lo creo, porque la sociedad
está formada por hombres; y mientras esos hombres no cambien, la sociedad no va
a cambiar. Nada va a cambiar, porque
todos somos el resultado de lo que hemos comido. Si comemos porquerías, pues en eso nos
convertimos…
Mientras no se cambie la
alimentación, se seguirá pensando de manera arrogante, creyendo que todo lo
merecemos, sin reconocer que somos unos viles parásitos de este Planeta…
Que fue lo que le incomodó al
amable lector con el que a medio día tuve una breve plática; que se sintió
ofendido y me reclamó el que yo pensara que somos unos parásitos que llegamos
de las estrellas; cuando, según él, el ser humano es lo máximo…
Y un parásito es el que no
trabaja. Que él ha trabajado toda su
vida; no es ningún parásito y que nunca ha dañado a La Naturaleza…
De nada sirvió que expusiera el
origen griego de la palabra. Simplemente
no escuchó. Mientras yo intentaba
explicar el concepto, me di cuenta de que él no escuchaba. Él estaba pensando en lo que me iba a decir y
esperando el momento para interrumpir y refutar…
Los parásitos son necios; pero unos
más que otros.
Y nos vemos mañana, si el Sol me
presta vida.
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